El estrés por calor es uno de los principales factores que afecta la productividad y Bienestar Animal, siendo particularmente sensible el ganado lechero, especialmente las vacas de alto valor genético.
Según Yousef (1985), la temperatura ideal para las vacas varía según el tipo de animal y su condición, pero generalmente se considera que para vacas lecheras se encuentra en el rango de 5°C a 24°C.
Cuando se mantienen dentro de este rango, las vacas no tienen que gastar energía adicional para mantener su temperatura corporal, lo que maximiza su confort y productividad.
La temperatura confort también se encuentra condicionada por la humedad ambiental, que es un factor que puede agravar una situación de estrés por calor.
En condiciones de altas temperaturas los requerimientos energéticos de los bovinos aumentan debido a que hay un incremento en el gasto energético para poder eliminar el calor corporal.
Cuando una vaca se encuentra bajo condiciones de estrés por calor lo primero que se observa es una disminución en la Ingesta de Materia Seca (IMS). Además, los animales permanecen parados, disminuye la rumia, presentan la frecuencia respiratoria avanzada y, en ocasiones, jadean eliminando gran cantidad de saliva.
Como consecuencia la vaca presenta:
Reducción de la IMS.
Disminución en la producción de leche.
Menor producción de sólidos.
Menor rendimiento reproductivo.
Incremento en la incidencia de retención placentaria, metritis y laminitis.
En vacas secas, menor desarrollo fetal y, posiblemente, menor producción de leche en la siguiente lactación (La Manna et al., 2014)
Además de la disminución en la IMS y en la producción láctea, el estrés por calor genera una disfunción del sistema inmunitario, dejando a los animales más susceptibles a padecer enfermedades.
Teniendo en cuenta que la producción puede caer en un 35-40% (Ding et al., 2022) y que, tal y como se ha demostrado recientemente, si la vaca está gestante también se verá afectada la futura producción de su descendencia, merece la pena prestar atención a la problemática del estrés por calor e instaurar medidas para prevenirlo.
INCREMENTO CALÓRICO
El incremento calórico se define como el gasto de energía asociado con la digestión y asimilación de los alimentos. Las vacas tienen varios métodos para disipar el calor, entre ellos la disminución
en el consumo de alimento, con la correspondiente menor producción de calor asociada a la fermentación ruminal y los procesos metabólicos dentro del organismo.
En la...