A lo largo de la historia, el progreso de las grandes civilizaciones estuvo íntimamente relacionado al cultivo de algún cereal.
Así, la cultura china descubrió los beneficios de cultivar el arroz, los Mayas el maíz, los romanos el trigo, y la lista continúa.
Esta característica hizo que los cereales se destaquen sobre otros grupos de vegetales, y permitan a las grandes civilizaciones proyectar mas allá del corto plazo.
La lista de cereales que existen en el mundo es muy amplia. Sin embargo, un puñado de ellos abarcan casi la totalidad del consumo de cereales del mundo (actualmente situado en 2.300 millones de toneladas).
Recientemente, la Organización de las Naciones Unidas declaró al 2023 como El Año Internacional del Mijo. Los objetivos de dicha decisión, se explican claros en la web de la FAO:
«El Año Internacional del Mijo 2023 brindará la oportunidad de concienciar sobre los beneficios del mijo para la salud y la nutrición y su idoneidad para el cultivo en condiciones climáticas adversas y cambiantes, así como de dirigir la atención de las políticas hacia estos beneficios. El Año Internacional fomentará asimismo la producción sostenible de mijo, al tiempo que pondrá de relieve su potencial de ofrecer nuevas oportunidades de mercado sostenibles para productores y consumidores.»
¿De qué beneficios para la salud habla la ONU?
Favorece la digestión: Su contenido en fibra regulariza el paso de los alimentos por el tracto digestivo.
Previene enfermedades cardiovasculares: Su concentración de ácido fítico, regula los niveles de colesterol en sangre.
Aporte de hierro: Es uno de los cereales con mayor concentración de hierro, indispensable en la prevención de enfermedades como la anemia.
Antioxidante: Contiene significativas cantidades de zinc y selenio, minerales con propiedades antioxidantes.
Carece de gluten: Carece de gluten, por lo que puede ser consumidos por personas con celiaquía.
¿Cuáles son las condiciones en las que puede cultivarse?
Según estadísticas de la FAO, el mijo es el sexto cereal mas cultivado en el mundo, luego del maíz, el trigo, el arroz, la cebada, y el sorgo. Esto nos da un indicio de la versatilidad de la especie para adaptarse a distintos climas y suelos. Sin embargo, la mayoría del mijo en el mundo se encuentra actualmente en África y Asia.
Suelo: de pH neutro a ácido, texturas medias a gruesas, y buena infiltración (no tolera anegamientos). Una de sus principales ventajas frente a otros cultivos, es su capacidad de producir en condiciones de sequía en las que otra especie (maíz, por ej) no presentaría rendimiento alguno. Esta característica lo convierte en un cultivo interesante para las denominadas zonas «marginales» o difíciles.
Clima: es un cultivo estival, por lo que su corto ciclo (en ocasiones de apenas 120 días) transcurre mayoritariamente en verano. En años donde el agua no escasea, puede llegar a rendimientos de hasta 4.000 kg, o incluso más.
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