Con el paso de los años, las vacas de raza Holstein han sufrido muchos cambios a nivel fisiológico y a nivel de manejo en granja.
Estos animales han sido seleccionados en las últimas décadas para producir más leche. En esta evolución se ha perdido en gran medida la rusticidad de los animales, obteniendo unos individuos más sensibles a patologías y con menos longevidad en las ganaderías.
A esto se suma la prohibición de ciertos aditivos en alimentación animal hace unos años, con los que se obtenían mejoras de rendimiento y se reducían los problemas de salud derivados del manejo de la alimentación (Ejemplo: acidosis, timpanismos, indigestiones).
En la actualidad existen algunas alternativas como son los aceites funcionales para mejorar la sanidad a nivel digestivo en rumiantes en un contexto de alta producciones de leche junto con problemas asociados a nivel reproductivo, principalmente un empeoramiento de la fertilidad.
Dentro de este grupo de aceites funcionales habría que destacar por su actividad el aceite de cáscara de anacardo (Cashew Nut Shell Liquid, CNSL).
¿QUE ES EL ACEITE DE CÁSCARA DE ANACARDO?
El aceite de cáscara de anacardo es un aceite funcional contiene varios compuestos fenólicos como el Cardanol (3-n-pentadecylphenol) y Cardol (5-n-pentadecylresorcinol), que le confieren la capacidad de actuar como ionóforo. (Nagabhushana et al., 1995), (Toyomizu, 2002).
Un ionóforo es una molécula soluble en lípidos que permite el transporte de iones a través de la capa lipídica de la membrana celular. Este aceite tiene la capacidad de formar derivados lipofílicos con alta afinidad hacia iones como el Fe2+, el Cu2+ o el Zn2+ lo cual implica la capacidad de transportar iones a través de membranas celulares.
Dada esta capacidad, el aceite de cáscara de anacardo puede actuar a nivel digestivo seleccionando la flora, pues es capaz de desestabilizar la membrana de los protozoos y bacterias Gram+ (Clostridium spp.).
A nivel protozoario es capaz de actuar frente a los coccidios en las primeras etapas del ciclo resultando un una bajada del índice de lesión intestinal.
COMO ACTÚA A NIVEL DIGESTIVO
- El aceite de cáscara de anacardo tiene la capacidad de aumentar la cantidad de ácido propiónico y reducir los niveles de ácido butírico y acético sin provocar acidosis.
En el rumen existe una población bacteriana muy amplia formada por bacterias, hongos y protozoos.
Los protozoos ciliados, cuya función principal es ingerir partículas como almidón y fibras causan una pérdida importante de nutrientes que el animal no va aprovechar y además son generadores de compuestos de amonio en exceso en el rumen.
Con el uso de aceite de cáscara de anacardo se puede seleccionar esta población para que haya una mayor disponibilidad de alimento para las células amilolíticas y celulolíticas incrementando así la producción de AGV.
- El aceite de anacardo tiene la capacidad de aumentar la ingesta de materia seca.
Dado que actúa a nivel ruminal aumentando la digestibilidad de la fibra y el almidón, el animal va a ingerir más materia seca que le aportará mayor cantidad de energía disponible.
- En 2008, Branco et al. indicó un incremento de 3 puntos en la digestibilidad de la MS y de 5 puntos en la digestibilidad de la FND en animales suplementados con aceite de cáscara de anacardo frente a un grupo control suplementado con monensina.
- Coutinho et (2014) también describió un incremento de la digestibilidad de la MS de 2,3 puntos, 1,5 puntos en la digestibilidad de la FND (Fibra Neutro Detergente) y 3,2 puntos en la digestibilidad de CNF (Carbohidrato Neutro Detergente) en vacas de leche suplementadas con aceite de cáscara de anacardo.
Por otra parte también se ven reducidas las pérdidas de proteína procedente del alimento. Además, el proceso de digestión mejorado va a generar más proteína microbiana disponible para el animal. Este mejor aprovechamiento de la proteína lo podemos ver con la reducción de los niveles de urea en leche y el incremento de producción.
MEJORAS EN LA PRODUCCIÓN EN ANIMALES SUPLEMENTADOS CON ACEITE DE CÁSCARA DE ANACARDO
- Como bien se ha comentado anteriormente, la suplementación con aceite de cáscara de anacardo es capaz de mejorar la eficiencia alimentaria obteniendo mejores producciones en dietas con la misma composición.
Estudios recientes indican que el aceite de cáscara de anacardo es capaz de aumentar 0,8 Kg/Ms en vacas de alta producción (26,5 VS 27,3 Kg/MS) respecto a un grupo control con la misma alimentación, con un incremento de 1,9Kg de leche por vaca y día (39,0Kg VS 40,9Kg) (Branco et al. 2015).
Estos mismos estudios nos indican que estos animales son capaces de incrementar la cantidad de sólidos en leche, tanto grasa como proteína, todo ello derivado de una mejor digestibilidad y una fermentación ruminal más eficiente.
· En otro estudio a nivel de campo se substituyó, en dos granjas, el bicarbonato sódico (búfer), el óxido de magnesio y las levaduras por aceite de cáscara de anacardo y se observó que en las granjas suplementadas había una tendencia a incrementar los niveles de grasa (ver tabla 1) y proteína (ver tabla 2) frente al grupo control compuesto por más de 3000 vacas.
En este mismo estudio también se vio un incremento del extracto seco (ver tabla 3) y un descenso importante de los niveles de urea en leche (ver tabla 4)
- Otro punto importante de la suplementación con aceite de cáscara de anacardo es la capacidad de reducir el período de balance energético negativo en vacas de leche en postparto.
En este período es cuando los animales tienen una mayor pérdida de condición corporal con el objetivo de compensar el déficit de energía en el momento de mayor producción láctea, ya que el consumo de materia seca se ve disminuido.
- Con el uso de aceite de anacardo conseguimos que el animal ingiera más materia seca que le proporcione la energía suficiente para que haya una menor pérdida de reservas corporales.
- Por otra parte, también va ayudar a que el animal no sufra tanto estrés en el cambio de ración de vacas secas a vacas de leche, pues mejorando la digestibilidad y manteniendo más estables los niveles de pH el animal, se consigue que el animal esté más sano.
Con la reducción del período de balance energético negativo estamos favoreciendo a su vez una mejora en el estado reproductivo del animal que se traduce en un acortamiento del intervalo parto-fecundación y evita que llegue al siguiente parto con un exceso de condición corporal que pueda desencadenar en patologías post-parto.