Los antimicrobianos son medicamentos que se utilizan en humanos, animales y plantas para el control de microorganismos, sin embargo, estos tienen la habilidad natural de resistir a su acción, lo que se conoce como resistencia antimicrobiana (RAM).
- Algunas especies bacterianas son resistentes de forma innata a una o más clases de agentes antimicrobianos (Khameneh et al., 2021), principalmente los antibióticos.
Figura 1 – Mecanismos de resistencia bacteriana hacia los antibióticos.
Elaborado con información de Khameneh, B., et al. (2019).
Otras, van adquiriendo la resistencia a lo largo del tiempo, es decir que bacterias que eran susceptibles a determinados antibióticos, mediante cambios genéticos, dejan de responder a los mismos, sobreviven y continúan multiplicándose.
Algunos de esos factores son:
El principal mecanismo de propagación de la resistencia a los antibióticos a través de las poblaciones bacterianas son los plásmidos de material genético, que pueden replicarse de forma independiente y transmitirse entre las células bacterianas y las distintas especies (Khameneh, Bahman & Iranshahi et al., 2019).
Cuando los tratamientos se vuelven ineficaces, las enfermedades persisten y aumenta el riesgo de transmisión entre humanos, animales y el medio ambiente, siendo la cadena alimentaria un factor de interrelación que favorece la propagación, la cual incluso puede atravesar fronteras y diseminarse por todo el mundo.
Figura 2 – Diagrama de factores interrelacionados que intervienen en la transmisión de la resistencia antimicrobiana.
Adaptación (National surveillance of antimicrobial resistant bacteria in retail food).
Situación mundial sobre la Resistencia Antimicrobiana
Los esfuerzos para reducir el uso innecesario de antibióticos en animales destinados a la producción de alimentos fueron eficaces y dieron como resultado una disminución del 43% en el uso entre 2011 y 2020, en 25 países de la UE.
Esta problemática sanitaria mundial, incentivó a lo largo de los años a que se desarrollen sistemas integrados de vigilancia, prevención y acción, como “One Health” o “Una salud” que involucra a varios sectores interdisciplinarios para abordar el riesgo que surge en la interfaz entre humanos, animales y medio ambiente (Una salud. Organización de las Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura -FAO-).
Figura 3 – Cambios en el uso de antibióticos en animales destinados a la producción de alimentos en la UE
Antimicrobial Resistance in the EU/EEA: A One Health Response
La tendencia mundial sobre los antibióticos
Sin embargo, incluso en este contexto de medidas para combatir la resistencia antimicrobiana, la misma continúa siendo una importante amenaza global.
La creciente prevalencia de enfermedades combinado con los altos niveles de resistencia a los tratamientos antibióticos que se perpetúan, remarcan un gran desafío para los distintos sectores de producción animal y la necesidad de implementar nuevas estrategias para controlarlas.
Alternativas Naturales
Muchos compuestos naturales derivados de animales, plantas e incluso microorganismos, se utilizan desde hace tiempo por sus propiedades beneficiosas para la salud y por presentar baja toxicidad y buen potencial terapéutico (Stan D et al., 2021), convirtiéndolos en alternativas alentadoras para el control de enfermedades como reemplazo a los antibióticos.
El enfoque de interés hacia estos compuestos se basa en su capacidad de contribuir a una salud intestinal, reduciendo trastornos por desequilibrio microbiano y el riesgo de aparición de enfermedades.
Los fitobióticos se definen como compuestos naturales extraídos de fuentes vegetales, que se incorporan a la alimentación animal y son considerados promotores naturales del crecimiento debido a sus propiedades:
Figura 4 – Ecosistema intestinal
Contienen una variedad de metabolitos secundarios producto del metabolismo de las plantas (compuestos fenólicos, terpenoides, alcaloides y glicósidos).
- La concentración de los mismos dependerá de factores relacionados con los segmentos de la planta (tallo, raíz, flor, etc.) y de las condiciones ambientales a las que se expone, desde la siembra hasta su extracción, procesamiento y almacenamiento. F
Se pueden clasificar en cuatro subgrupos (Díaz-Sanchez et al., 2015):
Los mecanismos de acción antimicrobiana sugeridos incluyen (Vidanarachchi et al., 2005):
Un ejemplo de ellos es el Lúpulo cuyas fracciones, como los α-ácidos y β-ácidos, fueron evaluadas en una prueba in vitro, donde se pudo comprobar su eficacia contra bacterias gram-positivas multirresistentes a varios antibióticos (Bogdanova et al., 2018).
Los fitobióticos contienen múltiples principios activos con distintos mecanismos de acción que se pueden potenciar y generar un efecto sinérgico.
Por ejemplo, la suplementación con inulina y salvado de trigo a las dietas de iniciación de pollos de engorde generó:
Otras propiedades
En la producción de pollos de engorde, los aceites esenciales mejoran la producción al aumentar la actividad de las enzimas digestivas y así mejorar la digestión de nutrientes (Díaz-Sanchez et al., 2015; Li, Bing & Leblois, Julie & Taminiau et al., 2018).
También se ha demostrado que los aditivos fitogénicos aumentan la eficacia del alimento mediante la estimulación de la secreción de saliva, moco intestinal y bilis, así como al inducir cambios morfológicos aumentando el tamaño de las vellosidades y de las criptas en el intestino aviar (Gayatri Suresh et al., 2017).
Evaluación
Hoy en día existe una gran variedad de productos fitobióticos disponibles en el mercado, sin embargo, garantizar la efectividad de cada uno de ellos se convierte en una limitante para muchas empresas.
Aunque los resultados zootécnicos son el objetivo final a lograr, no siempre es el indicador correcto de eficacia.
Es fundamental que los productos cuenten con un respaldo brindado por bibliografía y pruebas científicas, no solo de los principios activos sino también del producto terminado, el cual a su vez se debe evaluar siempre a campo bajo las condiciones de crianza de la empresa.