El estrés oxidativo es un desequilibrio entre la producción de radicales libres y su neutralización por las defensas antioxidantes. Se requiere una baja cantidad de especies reactivas de oxígeno (ROS) para las funciones fisiológicas del organismo; sin embargo, un exceso provoca daño oxidativo en varias moléculas, influyendo negativamente en el ADN y las proteínas celulares, además de provocar la peroxidación lipídica de las membranas celulares (Rahal et al., 2014).
En los animales de producción existe una correlación bien definida entre la aparición de algunas enfermedades y la reducción del estado antioxidante. El estrés oxidativo también está implicado en muchos trastornos patológicos que afectan:
- la salud
- el bienestar
- y los parámetros productivos de los animales
De hecho, en algunas fases productivas, los animales tienen que lidiar con cambios fisiológicos, como el parto y la lactancia, o cambios ambientales, como el destete o la temperatura ambiente que generan estrés y causan una disminución en el estado antioxidante (Rossi et al., 2009).
Los consumidores tienden a centrarse en productos seguros y naturales de origen animal y, por lo tanto, es importante sustituir las sustancias sintéticas con aquellas naturales. Ha habido varios estudios recientes sobre los aditivos para alimentos para animales utilizados como alternativas naturales a los antioxidantes sintéticos.
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