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Antioxidantes en piensos para ponedoras

Escrito por: Christine Laganá - Agencia de Tecnología Agropecuaria de San Pablo, Centro Regional Este de San Pablo

La inclusión de fuentes lipídicas en las dietas para ponedoras es una práctica común, ya que aumentan la densidad energética, mejoran la conversión alimenticia y la palatabilidad del alimento, además de facilitar la absorción y digestión de componentes no lipídicos, y ser fuente de ácidos grasos esenciales.

 

Además de las funciones ya mencionadas, los lípidos tienen funciones en el organismo ejercidas sólo por ellos, como:

 

La mayor parte de la síntesis de lípidos en aves tiene lugar en el hígado. Dado que la lipogénesis ocurre casi exclusivamente en el hígado, las aves son más propensas a trastornos metabólicos como la lipidosis hepática (Bertechini, 2012).

La adición de aceites o grasas a la dieta como fuente de ácidos grasos insaturados es esencial para obtener una nutrición y producción adecuadas (Nogueira et al.,2014). 

En el período anterior al inicio de la postura, las pollitas reducen el consumo de alimento debido al estrés metabólico de producción, lo que sugiere la necesidad de aumentar los niveles de energía en la dieta para que el ave pueda acumular reservas para la producción.

 

El estrés afecta la fisiología de las aves en todas las etapas de la crianza, produciendo reacciones de oxidación metabólica que, a niveles elevados, perjudican el rendimiento y aumentan la predisposición a enfermedades, ya que el estrés oxidativo altera el funcionamiento del sistema inmunológico (Souza, 2022).

Un dato importante, común a los animales no rumiantes, es que el perfil de ácidos grasos de la dieta influye directamente en el perfil lipídico depositado, tanto en la canal como en los huevos.

 

Los huevos se consideran uno de los alimentos más completos, ya que además de ser un alimento natural y una fuente de proteínas de bajo costo, también contienen grasas, vitaminas, minerales y son bajos en calorías.

Son una reserva importante de nutrientes beneficiosos para la salud y preventiva de enfermedades, actuando en actividades antibacterianas, antivirales y en la modulación del sistema inmunológico (Amaral et al., 2016).

 

Debido a su composición rica en ácidos grasos esenciales, los huevos están sujetos a oxidación lipídica tan pronto como son puestos.

 

Según Amensour et al. (2010), aunque los procesos oxidativos no se consideran un obstáculo, cuando se agregan ingredientes ricos en ácidos grasos insaturados a la dieta, la producción de huevos se ve enriquecida en estos ácidos de cadena larga, por lo que puede haber una mayor susceptibilidad al deterioro oxidativo, afectando la calidad del huevo y resultando en la producción de compuestos tóxicos.

La oxidación es un mecanismo que puede ocurrir en tejidos vegetales y animales y en subproductos obtenidos de ellos, como grasas y aceites.

Catalizadores como la luz, el calor, los radicales libres, los iones metálicos y los pigmentos inducen un proceso complejo llamado oxidación lipídica en presencia de oxígeno (Laguerre et al., 2007).

La oxidación lipídica durante el procesamiento y almacenamiento de los alimentos es de gran importancia. A medida que los lípidos poliinsaturados se oxidan, forman hidroperóxidos, que son susceptibles a la oxidación posterior o descomposición en productos de reacción secundaria como aldehídos de cadena corta, cetonas y otros compuestos oxigenados que pueden afectar negativamente la calidad general del alimento, incluido el aroma, sabor, valor nutricional y producción de compuestos tóxicos (Vercellotti et al., 1992).

 

La exposición a la luz, las condiciones de almacenamiento, el procesamiento, el tiempo y la temperatura del huevo pueden causar daños oxidativos.

El uso de compuestos antioxidantes presentes en la dieta o incluso sintéticos es uno de los mecanismos de defensa contra los radicales libres que pueden ser utilizados en las industrias alimentaria, cosmética, de bebidas y en medicina, ya que los propios medicamentos a menudo aumentan la generación intracelular de estos radicales (Doroshow, 1983; Halliwell et al., 1995; Weijl et al., 1997).

 

El mercado actual busca garantizar la confiabilidad de los productos generados por las cadenas de producción de alimentos de origen animal a través de certificaciones y regulaciones internacionales que incluso consideran el bienestar animal como política de responsabilidad para la calidad y seguridad alimentaria.

 

Ante esto, ha habido avances en la investigación orientada a incluir productos alternativos viables en la dieta de las ponedoras, como extractos vegetales (Fukayama et al., 2005) y vitaminas que han demostrado efectos antimicrobianos y antioxidantes y promueven mejoras en el rendimiento animal y la respuesta inmune (Brugalli, 2003).

 

Minerales como selenio, cobre, zinc, manganeso y hierro, así como vitaminas como C, E y A, carotenoides como beta-caroteno, licopeno y luteína, y taninos como las catequinas, son notables por su papel en la defensa contra la oxidación (Halliwell & Gutterdge, 1999).

Compuestos presentes en células vegetales, como licopeno, xantina, beta-caroteno, luteína, criptoxantina, zeaxantina y astaxantina, que son precursores de la vitamina A, también son antioxidantes, ya que pueden oxidar los radicales de oxígeno, lo cual es esencial para neutralizar estas moléculas dañinas (Valduga, 2009).

Las sustancias fenólicas son productos del metabolismo secundario de las plantas y se encuentran en los tejidos vegetales, tanto libres como unidas a azúcares y proteínas. Estas sustancias tienen propiedades antioxidantes, ya que actúan como agentes de oxidación-reducción, contribuyendo a la neutralización de los radicales libres en el organismo (Silva, 2010). 

Con el objetivo de mejorar el rendimiento de las aves y la calidad de los huevos debido a la presencia de actividad antioxidante, se han realizado muchos estudios sobre la inclusión de compuestos vegetales en el alimento para ponedoras.

» Radwan et al. (2008) encontraron que la inclusión de orégano, romero, tomillo o azafrán puede mejorar el rendimiento productivo de las gallinas, ayudar a la estabilidad oxidativa de los huevos y reducir la oxidación de los lípidos de la yema durante el almacenamiento.

» Özeku et al. (2011) informaron una mejora significativa en la altura del albumen y los valores de la unidad Haugh en huevos de ponedoras alimentadas con una mezcla de aceites esenciales de orégano, laurel, salvia, mirto, hinojo y cítricos.

» Zhao et al. (2011) concluyeron que agregar polvo de jengibre al alimento de las ponedoras aumentó la masa de huevos producidos y la estabilidad lipídica del alimento y los huevos durante el almacenamiento.

» Freitas et al., (2013) encontraron que la adición de antioxidantes sintéticos o extractos etanólicos de mango mejoró la calidad del albumen y la estabilidad lipídica de los huevos.


Papadoupoulou et al. (2017) observaron que la inclusión de polifenoles contenidos en las aceitunas en la dieta, vía agua de bebida, ayuda a reducir los daños inducidos por el estrés oxidativo.

La suplementación con polifenoles del té (600 mg/kg) alivia parcialmente los efectos adversos, reflejados en el aumento de la actividad de las enzimas antioxidantes, la regulación positiva de la expresión de genes relacionados con antioxidantes en ponedoras y el aumento de aminoácidos libres en la yema, según estudios de Zhou et al., (2021).

Otros compuestos, como el aceite de semilla de maracuyá, rico en tocoferoles, fitoesteroles, carotenoides y compuestos fenólicos, y conocido por proteger al organismo contra la acción de oxidantes, han tenido su acción antioxidante investigada (Da Silva & Jorge, 2017).

Los extractos vegetales y aceites esenciales se han utilizado durante mucho tiempo en la medicina humana y, más recientemente, han sido explotados en la producción animal.

 

El uso de aditivos fitogénicos en la alimentación o plantas medicinales ha recibido recientemente mucha más atención como alternativas a los antibióticos tradicionales, probióticos y prebióticos, y sin duda será una alternativa saludable para la producción avícola de calidad en el futuro próximo.

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