Tras la guerra comercial entre EE.UU. y China, los precios de la soja estadounidense bajaron y es así como Argentina compra una cifra significativa de este grano a EE.UU.
Por lo cual, un buque llamado Torrent está por finalizar su navegación de 5.000 millas, transportando soja desde Great Lakes en EE.UU. a Argentina, un trayecto que sólo tiene sentido económico debido a la guerra comercial entre EE.UU. y China.
El buque tiene previsto atracar en el terminal del Puerto de Rosario el 4 de diciembre, días después de que los líderes de las dos economías más grandes del mundo, el presidente de EE.UU. y su homólogo chino Xi Jinping, sostengan conversaciones comerciales de alto nivel en Buenos Aires, en el marco del G-20.
La carga de 20.000 toneladas de soja del Torrent es una de esas distorsiones, y éste es solamente uno de los 14 buques que la trituradora de soja argentina Vicentin ha encargado para importar soja desde EE.UU., de acuerdo con los datos del puerto revisados por Reuters.
En dos décadas, estas son las primeras compras de soja significativas de Argentina a EE.UU., según los datos del puerto y del agente de Vicentin.
Argentina, uno de los principales exportadores de soja del mundo y el mayor exportador de harina y oleaginosa procesada, generalmente no tiene motivos para importar este grano. Pero este año, la nación sudamericana se ha posicionado en el primer lugar de la lista de importadores de soja de EE.UU. Porque los precios del grano estadounidense han caído 15% desde fines de mayo, cuando China, por primera vez, amenazó con aplicar aranceles a las compras de soja proveniente de EE.UU.
Thomas Hinrichsen, presidente de la corredora J.J. Hinrichsen SA, quién realiza los contratos comerciales para Vicentin, señaló que “Una de las consecuencias de la guerra comercial es que los granos estadounidenses tienen que encontrar un nuevo destino”.
Además, agregó que “los saldos son positivos para las empresas que tienen dinero para importar granos de soja estadounidense más baratos para plantas de trituración eficientes en Argentina”.
Más allá del precio, Argentina necesita soja de EE.UU. para alimentar a su masiva industria de trituración del grano tras una fuerte sequía que provocó pérdidas la temporada pasada. Lo que queda de los propios cultivos de soja están siendo exportados para alimentar cerdos en China, donde los compradores están pagando una prima por el grano sudamericano para cubrir el vacío que quedó por la falta de la importación desde Estados Unidos.
La secretaria de Comercio Internacional de Argentina, Marisa Bircher, manifestó a Reuters que este país también está tratando de exportar más soja y subproductos a la India y al sudeste asiático. Los principales compradores actuales de harina de soja argentina incluyen a la Unión Europea, Vietnam e Indonesia.
Asimismo, ella comentó que “Claramente, este conflicto entre Estados Unidos y China está generando un cambio en el comercio de granos”.
Argentina está incluso negociando una licencia para exportar harina de soja directamente a China, ya que hasta ahora sólo ha importado el grano entero para ser triturado en China.
Por otra parte, Argentina recauda impuestos de exportación de las empresas que envían productos agrícolas como soja, maíz y trigo, proporcionando ingresos tan necesarios en medio de una crisis económica.
En este momento Argentina, está en el centro de atención mundial como anfitrión del G20, tiene buenas relaciones tanto con Estados Unidos como con China y ha buscado acuerdos con ambos en las últimas semanas, ya que busca aprovechar las oportunidades que han surgido debido a la guerra comercial.
Argentina, además de estar en la búsqueda de llegar a un acuerdo sobre la harina de soja con China, también ha negociado un tratado para exportar carne de vacuno a EE.UU. por primera vez en 17 años.
El Torrent, que se cargó hace un mes en una instalación de Toledo, Ohio operada por The Andersons, con sede en Ohio, es uno de los 43 barcos con soja de EE.UU. que han navegado a Argentina desde julio y el segundo desde la región de los Great Lakes. Mientras, al otro lado del mundo, desde el país sudamericano, sólo nueve han zarpado hacia China.
Hace un año, se cargaron 282 buques de carga de soja en EE.UU. con destino a China y ninguno a Argentina, según los datos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, USDA.
Destinos Alterados
Los aranceles a la soja impuesta por China, prácticamente han detenido las compras de soja estadounidense que el año pasado totalizaron US$12 billones, fueron una represalia por los aranceles de Trump sobre el acero y el aluminio chinos.
Esto ha dejado a los granjeros y comerciantes de granos de EE.UU. con grandes inventarios de soja, porque China normalmente compra el 60% de las exportaciones de este grano estadounidense.
Las compañías de granos estadounidense se han tenido que adaptar rápidamente para mantener grandes volúmenes de bienes perecederos moviéndose al menor costo posible.
Los terminales de granos a granel en el U.S. Pacific Northwest, la salida más directa para los envíos con destino a Asia, manejan una cuarta parte de su volumen normal de soja de la campaña de otoño de esta región. Los granos que eran transportados allí por ferrocarril, actualmente se dirigen hacia el este, a los terminales de los Great Lakes y hacia el sur a México o a los puertos de la Gulf Coast con destino a otros países distintos a China.
El Director Ejecutivo de Bunge Ltd, Soren Schroder, señaló a Reuters que “Al embarcar soja desde EE.UU. a destinos no naturales -y trasladar el grano a Argentina y Brasil en lugar de a China – cuando deberían haber salido de la West Coast de EE.UU., hay un costo logístico inherente a esto”. De la misma forma, complementó “Las ineficiencias ascienden a “muchos, muchos millones” de dólares en nuevos costos, asumidos por toda la industria”.
Fuente: Reuters.