La integración de bagazos de vino y cerveza se considera como una buena alternativa de aditivo nutricional y funcional en los piensos
Recientemente, la Universidad de Cádiz compartió los hallazgos aportados por el proyecto UBAGALAC, que desde el 2020 se ha dedicado a investigar nuevos ingredientes para mejorar la calidad de los piensos en la acuicultura. Esta iniciativa fue coordinada por los doctores Juan Miguel Mancera y Francisco Javier Moyano, el primero de la Universidad de Cádiz y el segundo de la Universidad de Almería.
En esta línea, la UCA expone:
La propuesta y desarrollo de UBAGALAC surgen del creciente interés por incluir en los piensos para acuicultura de ingredientes con actividad biológica que puedan beneficiar la salud y la resistencia de los peces frente a efectos adversos como estrés ambiental, disminución de la calidad del agua y posibles patologías. Estos compuestos bioactivos, con función antioxidante y/o inmunoestimuladora, son de muy diferente naturaleza (terpenos, carotenoides, compuestos fenólicos, etc.) y suelen estar presentes de manera natural en muchos subproductos de la industria agroalimentaria de origen vegetal, entre ellos: en los generados en la producción de bebidas alcohólicas (como el vino y la cerveza).
El proyecto finalizó en julio, concluyendo en que utilizar bagazos de vino y cerveza en los piensos aporta una serie de factores nutricionales beneficiosos para las especies.
Entre estos aspectos, se destaca que el uso de bagazos de uva o lías de vino tinto reduce los niveles de cortisol en los peces. Este resultado se encontró gracias a una prueba de estrés que buscó disminuir el oxígeno del entorno acuático de forma no letal, de manera que se pudiesen apreciar los cambios en las especies. Así lo establece el doctor y profesor Mancera para la UCA:
«… los peces alimentados con piensos que contenían cualquiera de los dos subproductos presentaban niveles más bajos de cortisol (indicador clave del estrés) que los alimentados con un pienso normal. Esto indica los potenciales beneficios del consumo de los polifenoles presentes en los subproductos del vino frente a condiciones adversas que se pueden dar de manera habitual en la práctica acuícola».
En esta línea, otro de los ensayos, esta vez efectuado en liza aurata, demostró que el crecimiento de los animales y el estado de su microbiota fueron positivos a corto plazo. La UCA destaca que esto significa «que el uso de subproductos del vino en piensos puede desencadenar una serie de respuestas que mejoren la aptitud fisiológica de la especie y la preparan para resistir mejor posibles alteraciones ambientales».
Finalmente, gracias a una prueba realizada en dicentrarchus labrax, se descubrió que la suma del bagazo de uva en pequeñas cantidades «podría ayudar a trasladar su capacidad antioxidante al músculo, mejorando su conservación», cuestión que se refleja en la calidad del filete.
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