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Burlanda para mejorar la calidad nutricional de la carne bovina

Desde Argentina se sugiere un impacto positivo en la calidad nutricional de la carne de res gracias a la suplementación con burlanda

En una apuesta por la mejora continua de la calidad de la carne, un reciente estudio del INTA (Argentina) revela que la suplementación del ganado bovino con burlanda, un subproducto de la industria del etanol producido a partir del maíz, presenta beneficios notables. 

Este enfoque no solo aporta energía adicional a los animales criados a pasto, sino que también reduce costos y disminuye el impacto ambiental asociado al residuo industrial.

En la nota informativa del Gobierno de Argentina al respecto, se explica que el investigador Darío Pighin establece que: 

“…la suplementación con granos de destilería en alimentación a pasto incrementa la presencia de ácidos grasos poliinsaturados en la carne. Asimismo, incrementa los niveles de un ácido graso trans natural (ácido vaccénico), precursor de los conocidos ácidos grasos conjugados del linoleico (CLA)”.

A pesar de que la inclusión de granos de destilería en las dietas en ganadería es una práctica consolidada a nivel internacional, el estudio que comparte el INTA profundiza en sus efectos sobre atributos clave de la carne. 

En esta línea, la investigación revela que la suplementación no altera el nivel de grasa intramuscular, ni tampoco el perfil de ácidos grasos saturados o monoinsaturados. Sin embargo, sí se registra un aumento significativo en los ácidos grasos poliinsaturados, especialmente de la serie n6, lo que sugiere mejoras en la salud cardiovascular.

La estrategia de suplementación con burlanda se destaca por su contribución a la economía circular. Al ser un subproducto de la producción del bioetanol, los costos suelen ser más bajos. Además, la proximidad de las plantas de bioetanol en regiones como Córdoba, Santa Fe y San Luis facilita el acceso al transporte, promoviendo las prácticas más sostenibles.

En el mismo comunicado que se mencionó anteriormente, Gabriela Grigioni, investigadora del INTA, destaca la importancia de estos avances en términos de economía circular y aprovechamiento de subproductos, subrayando el papel crucial de la investigación para reducir el desperdicio y el impacto ambiental en el sector agroindustrial. Este enfoque, según Grigioni, puede contribuir significativamente a la seguridad alimentaria en el contexto de un desarrollo sustentable.

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