La acidosis ruminal continúa siendo un trastorno digestivo común en el ganado de carne y puede conducir a reducciones marcadas en el rendimiento del ganado.
Esta enfermedad refleja un desequilibrio entre la producción microbiana de ácidos grasos volátiles (AGV) y la absorción ruminal de éstos.
Mientras la disponibilidad de sustrato no sea excesiva y la tasa de absorción se mantenga a la altura de la producción, la fermentación ruminal es estable y el pH ruminal a menudo se encuentra en el rango de 5,8 a 6,5 en el ganado adaptado al grano.
El pH ruminal fluctúa considerablemente en un período de 24 horas y está influenciado por:
- La ingesta de carbohidratos fermentables
- La capacidad inherente del animal para proporcionar sustancias tampón
- Y las tasas de utilización y absorción de ácidos
En el ganado de carne alimentado con dietas altamente concentradas, la capacidad del animal para amortiguar el rumen está limitada por una secreción salival inadecuada. Si la capacidad de absorción de la pared ruminal se ve afectada por papilas ruminales anormales o rumenitis, la posibilidad del animal para mantener un pH ruminal estable se ve afectada.
El pH ruminal es un factor crítico en la función normal y estable del rumen debido a su profundo efecto sobre las poblaciones microbianas y los productos de fermentación, y sobre las funciones fisiológicas del rumen, principalmente la motilidad y la función de absorción.
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- El ácido láctico es unas 10 veces más fuerte que los AGV (pKa 3,9 frente a 4,9); por lo tanto, está menos protonado y se acumula en el rumen y contribuye a la espiral descendente del pH ruminal.
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