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El cobre en la dieta de gallinas ponedoras

Escrito por: Tatiana Carlesso dos Santos - Programa de Pós Graduação em Zootecnia, Universidade Estadual de Maringá , Vinício dos Santos Cardoso - Universidade Estadual de Maringá

EL COBRE Y SUS FUNCIONES EN LA DIETA DE LAS GALLINAS PONEDORAS: VENTAJAS DE LA FORMA QUELADA

El uso de minerales orgánicos como el cobre ha despertado un gran interés en la producción de gallinas ponedoras, ya que es esencial para la formación de huevos y huesos, para la integridad estructural de los tejidos, para la protección contra la oxidación y para el desarrollo de la respuesta inmune.

El cobre (Cu) es un oligoelemento esencial para los seres vivos en pequeñas cantidades, generalmente en escala de miligramo o microgramo.

 

 

Las principales funciones incluyen ser cofactor en enzimas involucradas en la producción de energía celular (citocromo-C-oxidasa), en la desintoxicación de radicales libres (superóxido dismutasa de cobre- zinc o SOD), en la formación de tejido conectivo (a través de la lisil oxidasa), en la movilización de hierro (a través de la ceruloplasmina) y en la neurotransmisión (mediada por la dopamina β-hidroxilasa) (SUTTLE, 2010).

El cobre ha sido estudiado desde hace mucho tiempo y su característica de ser un micromineral esencial para el metabolismo fue citada en 1928 por Hart y Elvehjem, quienes al realizar algunos estudios con ratas, encontraron que el cobre es esencial para el crecimiento, la formación de hemoglobina, así como como en la prevención de una variedad de trastornos clínicos y patológicos relacionados con su deficiencia, como la anemia (McDonald, 2006).

Por lo tanto, la suplementación de cobre en las dietas es necesaria, ya que los ingredientes de origen vegetal utilizados en la elaboración de alimentos balanceados para aves en general, a pesar de tener altas concentraciones, tienen baja disponibilidad.

 

De este modo, es importante cubrir los requerimientos nutricionales, para que no haya exceso ni falta de este nutriente en las dietas, ya que niveles muy superiores a los requeridos pueden producir toxicidad y niveles inferiores resultan en deficiencia, comprometiendo ambas situaciones el rendimiento.

La toxicidad por cobre en las gallinas puede provocar diarrea, pérdida de peso, letargo y, en casos graves, la muerte. También puede haber cambios en el color de las heces, daños en el hígado y los riñones y una disminución en la producción y la calidad de los huevos.

 

La deficiencia de cobre puede causar anemia, disminución de la tasa de puesta de huevos y de la calidad de la cáscara, baja tasa de crecimiento y menor peso corporal, alteraciones en la estructura y función de los riñones y el hígado, y cambios en la pigmentación de las plumas (Schlegel, 2017).

Satisfacer los requerimientos de cobre de las aves asegura el mantenimiento de la homeostasis, el equilibrio fisiológico del animal, mejora la reproducción, el crecimiento, el desarrollo del tejido conectivo y la pigmentación de la piel (OLIVEIRA, 2019).

Para las gallinas ponedoras Hy-line W36, el requerimiento de cobre proveniente de fuentes inorgánicas en las fases de cría y recría es de 15 mg por kg y de 8 mg por kg en la fase de producción (Guia de manejo – Hy-Line 2020). Sin embargo, según Rostagno et al. (2024) afirman que para las gallinas ponedoras ligeras en general, el requerimiento de cobre proveniente de fuentes inorgánicas en las fases de cría y recría es de 9,48 mg por kg y de 10,43 mg por kg en la fase de producción (Rostagno et al., 2024).

La suplementación de cobre en la dieta de las gallinas ponedoras se puede realizar a través de fuentes inorgánicas y orgánicas.

Los microminerales inorgánicos existen en su forma elemental o en formas simples, como las sales inorgánicas. Estos minerales no contienen carbono y normalmente se añaden en forma de sales.

Ejemplos comunes de fuentes de este mineral traza inorgánico son el sulfato de cobre (CuSO4), el cloruro de cobre (CuCl2), el óxido de cobre (CuO), el carbonato de cobre (CuCO3) y el citrato de cobre (Cu(C6H5O7)2).

Aunque las fuentes inorgánicas son ampliamente utilizadas, presentan desventajas como: factores que pueden afectar la absorción, reducir su eficiencia de uso, mayor excreción al medio ambiente, entre otros.

 

La otra manera de suplementación es en forma de microminerales orgánicos. El mineral orgánico es una forma diferente, donde el mineral inorgánico esencial está unido (quelado) a una molécula orgánica.

La unión da como resultado un complejo estable donde el mineral está protegido por la molécula orgánica durante la digestión y la absorción en el tracto gastrointestinal.

Esto aumenta la biodisponibilidad del mineral, es decir, mejora la capacidad del organismo para absorber y utilizar el mineral de forma más eficiente.

La unión orgánica se puede realizar con aminoácidos (glicina, lisina, metionina), proteínas (caseína), levaduras (Saccharomyces cerevisiae) o ácidos orgánicos (ácido cítrico y málico).

La sustitución de minerales inorgánicos por minerales orgánicos es cada vez más común en la preparación de suplementos para gallinas ponedoras debido a sus beneficios, que son:

El interés en utilizar cobre orgánico en dietas para animales de producción, especialmente en aves de corral, se debe a que el cobre inorgánico no está o se vuelve no disponible para la absorción porque es secuestrado por compuestos como el fitato, así como por la competencia entre microminerales por algunos transportadores.

Debido a las ventajas de la quelación, al trabajar con cobre orgánico para gallinas ponedoras, es posible suplementar en cantidades menores a las establecidas en los requerimientos, sin comprometer el rendimiento y la calidad de los huevos.

Los estudios demuestran que esta suplementación de cobre orgánico proporciona efectos positivos para las gallinas ponedoras comerciales y reproductoras de pollos de engorde, siendo los principales:

Los efectos esenciales son: mejora del rendimiento y resistencia de la cáscara, calidad interna y externa del huevo, reducción de la excreción al medio ambiente, aumento de la capacidad antioxidante y modulación de genes implicados en la formación de la matriz orgánica en la glándula de la cáscara (Passos, 2010; Dong, et al., 2022; Qiu y col., 2020; Yaqoob, et al., 2020).
En reproductoras pesadas durante el período pico de postura, se observó una mejora en la calidad del huevo y en el estado antioxidante hepático (Yaqoob 2020). En las gallinas ponedoras comerciales al final de la producción, hubo un aumento en el espesor y la resistencia de la cáscara, una mejora en la ultraestructura de la cáscara y un aumento de la deposición de minerales en la cáscara, un aumento de la capacidad antioxidante y la función inmune y una disminución de la excreción de minerales en las heces (Zhang 2021).
Formación ósea, debido a que este oligoelemento es un activador de la lisil oxidasa, enzima que participa en la biosíntesis de colágeno (POPHAL e SUIDA, 2007).

 

Por lo tanto, el uso de cobre orgánico es una estrategia nutricional interesante en la alimentación de gallinas ponedoras, ya que su aplicación mejora los índices de producción sin comprometer el rendimiento y la calidad de los huevos, además de una menor excreción del elemento al medio ambiente.

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