Rumia: Además del consumo de alimento, la rumia es un rasgo clave del comportamiento alimentario de las vacas para el correcto funcionamiento digestivo del ganado.
La rumia tiene como objetivo hacer que el alimento (especialmente el forraje) sea más accesible para las bacterias que facilitan la fermentación de la fibra y aumentan su digestibilidad.
- Sin embargo, en general, el consumo de alimento y la rumia son mutuamente excluyentes.
El tiempo de rumia también puede tener un impacto en la producción de leche, probablemente como resultado de la asociación positiva entre la rumia y el tiempo de reposo (Fregoni et al., 2007).
Soriani et al. (2012) calcularon esta asociación y encontraron que el tiempo de rumia se correlaciona positivamente (r = 0.36) con la producción de leche (kg) durante las primeras semanas de lactancia.
Asociación entre el comportamiento alimentario y el bienestar
La evidencia sugiere que existe una estrecha asociación entre el comportamiento alimentario y el bienestar animal. Por ejemplo, el conocido principio de las Cinco Libertades, incluye la ausencia de hambre (y sed) como un aspecto capital para salvaguardar el bienestar de los animales de granja.
- Además, esta asociación es un proceso bidireccional en el que el comportamiento alimentario afecta algunos aspectos del bienestar del ganado pero, al mismo tiempo, el estado de bienestar del ganado también puede modificar el comportamiento alimentario.
Comportamiento alimentario como consecuencia de problemas de salud y bienestar
Cualquier alteración del estado de salud de un animal suele estar asociada a cambios en el comportamiento alimentario. En el ganado lechero, esta relación se ha utilizado para identificar problemas de salud. Estudios previos son ejemplos de cómo las herramientas para monitorear el comportamiento, como podómetros o collares electrónicos, pueden usarse para identificar animales enfermos de manera rápida y precisa.
- Esto puede ser muy valioso para las lecherías, ya que puede mejorar la detección de enfermedades y facilitar tratamientos sanitarios adecuados, lo que mejora el bienestar animal y reduce las pérdidas de producción.
Fogsgaard et al. (2012) informaron que el comportamiento de alimentación disminuyó cuando las vacas padecían mastitis.
Huzzey et al. (2007) encontraron un consumo de materia seca (CMS) más bajo durante las primeras semanas posparto en vacas diagnosticadas con metritis.
Bareille et al. (2003) previeron que los signos clínicos de cojera asociados a lesiones en el corvejón y el pie, provocan una disminución del CMS de 5,6 y 6,4 kg a los 4 y 5 días antes del diagnóstico, respectivamente. Es probable que esta reducción en el consumo disminuya la producción de leche en alrededor de 1,2 y 3,3 kg/día, respectivamente.
Además del consumo de alimento, el patrón de alimentación también cambia durante la enfermedad.
- Las vacas multíparas posteriormente diagnosticadas con metritis o placenta retenida tendieron a pasar un 5 o 10% menos de tiempo alimentándose antes del parto que sus contrapartes sanas, respectivamente (Luchterhand et al., 2016).
Además de la ingesta y el tiempo de alimentación, otros estudios han demostrado que un aumento en la tasa de alimentación (TA) es una consecuencia de la enfermedad y la cojera, probablemente como un mecanismo para mantener la ingesta (32, 73). Schirmann et al. (2012) sugirieron que cuando las vacas se sienten enfermas, son menos capaces de competir con éxito por el acceso al comedero y, por lo tanto, usan una TA más alta cuando tienen acceso.
Un ejemplo notorio de esta relación es el tiempo dedicado a comer en vacas cojas. El dolor asociado a la cojera reduce el tiempo de pie, incluso de pie en el comedero, lo que reduce el tiempo de alimentación y aumenta la TA (Cook et al. 2004).
Comportamiento alimentario como causa potencial de problemas de bienestar
Además de la relación causal entre los problemas de salud y los cambios en el comportamiento alimentario descrito hasta ahora, existen algunos casos en los que los cambios en el comportamiento alimentario provocados por factores externos pueden aumentar el riesgo de enfermedad.
- Un ejemplo es la relación entre el tiempo dedicado a comer y la acidosis ruminal. La ingesta diaria de alimento determina la producción de ácido, mientras que la masticación determina la producción de saliva (que actúa como tampón ruminal).
Los animales que se ven obligados a pasar menos tiempo alimentándose (por competencia social, por ejemplo) a menudo compensan el déficit de tiempo comiendo más rápido. Dichos aumentos en la TA pueden reducir la salivación durante la alimentación de 3 a 1 ml por g de CMS (Maekawa et al., 2002).
- Así, un mayor tiempo dedicado a comer reduce la susceptibilidad a la acidosis y consecuentemente en consecuencia, también se reduciría la aparición de problemas de salud asociados con la acidosis en las vacas lecheras, como laminitis y abscesos hepáticos (Plaizier et al., 2008).
La selección de alimentos es otro ejemplo de comportamiento de alimentación que puede provocar problemas de salud si se cumplen ciertas condiciones.
La selección del alimento en vacas lecheras lactantes alimentadas intensivamente puede aumentar el riesgo de acidosis ruminal:
- Las vacas lecheras que reciben una dieta TMR normalmente seleccionan partículas finas y cortas (como granos) y discriminan las de forraje más largo (Greter y DeVries, 2011).
Este patrón puede resultar en un mayor consumo de carbohidratos de fermentación rápida y menos fibra efectiva en comparación con la dieta formulada, y puede resultar en un pH ruminal más bajo.
Además, numerosos estudios sugieren que los patrones típicos de clasificación de alimentos pueden ajustarse según el estado fisiológico del animal como un mecanismo de retroalimentación posterior a la ingestión.
- Por ejemplo, varios autores han notado alteraciones en el patrón de alimentación en animales bajo acidosis ruminal, que modificaron la preferencia típica por el grano a una mayor preferencia por partículas alargadas con mayor contenido de fibra física eficaz para atenuar el malestar digestivo (DeVries, 2008).
En resumen, los cambios en el comportamiento alimentario en las vacas de leche pueden ser tanto indicadores como causas de problemas de salud, especialmente de enfermedades metabólicas como la acidosis ruminal y problemas asociados. |
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