INTRODUCCIÓN
A nivel mundial, entre un 60% y 80% de las cosechas están contaminadas por micotoxinas, superando el 20% los requisitos legales de seguridad alimentaria en la Unión Europea (UE) (FAO, 2004).
El maíz es el principal cereal afectado, seguido del trigo, con una creciente presencia de aflatoxinas, fumonisinas y deoxinivalenol (DON) (Smith et al., 2016).
Esta contaminación ha aumentado del 30% al 60% en la última década, debido a una mayor precisión en el control de ingredientes y al calentamiento global (Magan & Medina, 2016).
Las micotoxinas en los alimentos pueden causar efectos agudos o crónicos en diversos órganos, con un riesgo mayor de intoxicación crónica y daño hepático.
Los parámetros determinantes del daño incluyen la duración de la exposición, especie, edad, estado sanitario y nutricional de los animales, y la concentración de micotoxinas presentes (Richard, 2007).
DESCRIPCIÓN DE LAS AFLATOXINAS
Las aflatoxinas son compuestos tóxicos producidos por ciertos hongos del género Aspergillus, principalmente Aspergillus flavus y Aspergillus parasiticus.
- Estos hongos pueden contaminar los granos durante el cultivo, la cosecha, el almacenamiento y la elaboración de alimentos, especialmente en condiciones de alta humedad y temperatura.
Las aflatoxinas son frecuentes en la producción animal y su presencia puede empeorar significativamente los índices productivos, causando retraso en el crecimiento, aumento de la mortalidad, los problemas reproductivos y el debilitamiento del sistema inmunológico (CAST, 2003).
La aflatoxina B1 es la más prevalente y la más tóxica, con una fuerte implicación en el desarrollo de cáncer hepático. El primer caso de aflatoxicosis, intoxicación por aflatoxinas, se reportó en la década de 1960 en pavos en el Reino Unido. |
Para prevenir la proliferación de aflatoxinas, es crucial mantener la humedad del alimento por debajo del 10-12% y la humedad relativa del ambiente bajo el 70% (Bryden, 2012).
- Las aflatoxinas son rápidamente absorbidas en el intestino y transportadas al hígado, donde provocan su toxicidad.
- Inhiben la síntesis de RNA y proteínas, lo que resulta en daño hepático, inmunosupresión y efectos carcinogénicos (Eaton & Gallagher, 1994).
TOXICIDAD Y MECANISMO DE ACCIÓN
La toxicidad de las aflatoxinas radica en su capacidad para ser transformadas en epóxidos reactivos en el hígado, los cuales pueden unirse al ADN y otras macromoléculas, inhibiendo la síntesis de proteínas y RNA.
Esta acción conduce a una serie de efectos tóxicos que incluyen daño hepático, inmunosupresión y potencial carcinogénico (Williams et al., 2004).
- La eliminación de las aflatoxinas se realiza principalmente a través de la orina, heces y leche, dependiendo de la especie animal.
La aflatoxicosis puede presentarse de manera aguda o crónica. La intoxicación aguda se caracteriza por síntomas como ictericia, insuficiencia hepática y, en casos severos, la muerte.
En su forma crónica, se observa una disminución en el consumo de alimento y en el crecimiento, daño hepático, problemas reproductivos y trastornos digestivos (Llewellyn et al., 1992).
Las aves, cerdos, conejos y rumiantes son las especies más sensibles a la aflatoxicosis (Rawal et al., 2010). |
CUANTIFICACIÓN
El diagnóstico de la contaminación por aflatoxinas se basa en la cuantificación de micotoxinas en alimentos, el contenido estomacal, los tejidos, la leche, sangre y orina (Shephard, 2009).
La cuantificación precisa de las aflatoxinas es crucial para determinar los métodos de detoxificación más adecuados y eficaces. |
Los niveles de aflatoxinas pueden variar considerablemente entre diferentes lotes de alimentos, lo que hace necesario un muestreo exhaustivo y representativo para una evaluación precisa del riesgo.
MÉTODOS DE DETOXIFICACIÓN
El control y la eliminación de aflatoxinas en los alimentos es una tarea crucial debido a su alta toxicidad y su capacidad para afectar negativamente la salud animal y humana.
Existen diversos métodos de detoxificación que pueden aplicarse para reducir o eliminar la presencia de aflatoxinas en los alimentos, y se pueden clasificar en métodos físicos, químicos y biológicos.
Métodos físicos
Métodos químicos
Métodos biológicos
Métodos combinados
La combinación de diferentes métodos de detoxificación puede resultar en una mayor eficacia en la reducción de aflatoxinas. Por ejemplo, el uso de adsorbentes junto con tratamientos térmicos o químicos puede proporcionar una doble barrera contra las aflatoxinas.
Además, la integración de métodos biológicos y químicos puede ofrecer una solución más completa y sostenible para el control de aflatoxinas.
CONCLUSIONES
El control de aflatoxinas en la alimentación animal es esencial debido a sus graves efectos en la salud y productividad de los animales. La contaminación por aflatoxinas representa un riesgo significativo, incrementado por factores como el calentamiento global y las prácticas de almacenamiento deficientes. La implementación de métodos de cuantificación y detoxificación adecuados es crucial para mitigar estos riesgos. La adopción de adsorbentes y tratamientos específicos, junto con una correcta gestión de la humedad y condiciones de almacenamiento, puede reducir significativamente la presencia de aflatoxinas en los alimentos. La continua vigilancia y mejora de estas prácticas son fundamentales para garantizar la seguridad y eficiencia en la producción animal. |
El futuro del manejo de aflatoxinas requiere un enfoque multifacético que combine mejores prácticas agrícolas, el desarrollo de cultivos resistentes a hongos, y el uso de tecnologías avanzadas para el monitoreo y control de micotoxinas (Munkvold, 2003). Además, la educación y capacitación de agricultores y productores sobre la importancia del control de aflatoxinas y las técnicas disponibles son vitales para reducir la incidencia de estas toxinas en la cadena alimentaria (Whitaker et al., 2005). Es fundamental fomentar la investigación y desarrollo de nuevas tecnologías y métodos para la detección, cuantificación y detoxificación de aflatoxinas. La colaboración entre científicos, agricultores, fabricantes de alimentos y organismos reguladores es esencial para abordar este problema de manera efectiva y sostenible. |