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Cromo: el ajuste final de la dieta

Escrito por: Guillermo Mattioli - Laboratorio de Nutrición Mineral, Fac. Cs. Veterinarias, Univ. Nac. de La Plata , Rosa Diana E. - Laboratorio de Nutrición Mineral, Fac. Cs. Veterinarias, Univ. Nac. de La Plata
Cromo

Cromo: el ajuste final de la dieta

Los bovinos logran expresar su potencial genético y reproductivo cuando cubren sus requerimientos nutricionales. 

Cuando el animal alcanza una concentración elevada de glucosa en sangre se libera insulina: esta hormona actúa como una “buena noticia” que estimula al animal a afrontar situaciones como la adaptación a cambios, la actividad inmune o la fertilidad.

Sin embargo, las células pueden no responder bien a la insulina si no poseen cantidades adecuadas de un micromineral como el cromo (Cr).

El cromo es aportado por el alimento o debe ser suplementado. Dentro de los forrajes, la familia de las leguminosas son las que poseen mayor concentración (0,2 a 4 ppm MS) seguidas por las gramíneas (0,1 a 0,35 ppm), y siendo aún menor en los cereales (0,01 a 0,55 ppm), donde el grano de maíz es especialmente deficiente (0,02 ppm-MS) (Lashkari et al., 2018).

La única forma por la cual el cromo es biodisponible para los animales es el cromo trivalente (Cr+3), el cual se encuentra asociado a material orgánico. Cuando este elemento ingresa al organismo como cromo hexavalente (Cr +6 ) no es absorbido y puede ser útil como indicador inerte de consumo de materia seca (Kim et al., 2005).

El Cr es transportado en la sangre unido a transferrina para luego ser tomado por los tejidos sensibles a la insulina, hormona encargada de estimular su captación. Cuando la insulina se une a los receptores de superficie en las células, el Cr es captado por una proteína llamada cromodulina, que a su vez estabiliza el complejo hormona- receptor y facilita su acción activando la tirosina-cinasa del mismo.

En el momento en que la insulina deja de actuar, la cromodulina unida a Cr es liberada de la célula (Vincent, 2000). El Cr endógeno se elimina especialmente por orina, mientras que cantidades menores lo hacen por materia fecal y por leche (Bowen et al., 2009).

Requerimientos de Cromo

[registrados]Los requerimientos de Cr no han sido claramente establecidos (NRC, 2001; 2016). Estas dudas son el resultado de los pocos avances en el conocimiento de su metabolismo, y están condicionadas por ensayos con respuesta positiva, lo cual coincide con su empleo en animales con estrés metabólico (McNamara y Valdés, 2005; Kafilzadeh et al., 2012).

Spears et al. (2012) observaron una mayor sensibilidad a la insulina en vaquillonas Holstein de 300Kg suplementadas con Cr-propionato, siendo más efectiva la dosis de 0,5mg/Kg MS de alimento que las dosis más altas (1 o 1,5 mg/KgMS de alimento). En cambio, cuando se administró Cr-metionato fue más 3 efectiva la dosis más alta (0,8 mg/Kg) que la de 0,4 mg/Kg en animales del mismo peso (Kegley et al., 2000). La suplementación con 8mg totales por día Cr-metionina ha disminuido el estrés térmico en vacas lecheras en transición (Kafilzadeh et al., 2012) o bien 0,05 mg/Kg 0,75 (Mirzaei et al., 2011).

 

Beneficios de la suplementación con Cromo

Los beneficios de la suplementación con Cr podrían resumirse como una mejora en el funcionamiento de la insulina.

Cuando un animal es expuesto a un balance energético negativo, expresa este estado metabólico a través de la disminución de la glucemia y, por ende, de la insulina.

El sostenimiento o la profundización del estado catabólico termina por limitar, en un principio la producción, y luego funciones vitales como la inmunidad o la fertilidad.

De este modo, cuando mejora la respuesta a la insulina disminuye la lipomovilización extrema y el riesgo de cetosis e hígado graso (Cook et al., 2001).

La respuesta a la insulina es más importante cuando las dietas son ricas en grano de maíz que cuando se suplementan con pulpa de cítricos o grasas protegidas (Leiva et al., 2017 y 2018).

 

Ganado de leche

En explotaciones lecheras se mejoró la respuesta inmune en situaciones de estrés, como el posparto, como así también en los índices reproductivos por:

● Una mejor resolución de la enfermedades asociadas al parto (LeBlanc, 2010)

● Por disminución del catabolismo hepático de esteroides (Roche, 2006)

● Por menor incidencia de muerte embrionaria (Diskins et al., 2011).

Se obtuvieron resultados favorables en fertilidad en vacas lecheras sobre pastoreo intensivo en Nueva Zelanda y suplementadas con Cr (6,25 mg/día), al disminuir los niveles plasmáticos de AGNE (Ácidos Grasos No Esterificados) (Bryan et al., 2004).

●Con la suplementación con 6 mg/día de Cr se logró mejorar la producción y la fertilidad en rodeos expuestos a estrés térmico, y el efecto metabólico del Cr quedó bien de manifiesto al reducirse las concentraciones de cortisol y de AGNE en el plasma (Soltan, 2010).

● Bajo condiciones similares la incorporación de 0,05 a 0,1 mg de Cr/Kg de peso vivo mejoró el consumo de materia seca, la producción lechera y bajó las concentraciones de AGNE en el posparto de vacas lecheras (Mirzaei et al., 2011).

 

Ganado de carne

En explotaciones de engorde a corral la suplementación con fuentes orgánicas de Cr evidenció mejoras en la performance y disminución en la incidencia de enfermedad respiratoria bovina (ERB) en terneros recientemente ingresados (Moonsie-Shageer y Mowat, 1993; Chang et al., 1996).

Burton et al. (1994) observaron que la suplementación con 6mg de Cr por animal produjo un incremento en el pico de anticuerpos neutralizantes para el virus de la Rinotraqueitis Infecciosa Bovina (IBR), pero no así para el virus de la Parainfluenza tipo3 (PI 3 ) luego de la vacunación.

Por otro lado, Wright et al. (1994) no obtuvieron diferencias en la morbilidad de ERB pero sí se necesitaron menos tratamientos con antibióticos para el control de la enfermedad en animales que recibían dietas con 0,35 y 1,05 mg/Kg (MS) de Cr, en contraste con el grupo no suplementado.

La determinación de Cr en los tejidos es un método que ha mejorado en los últimos años, sin embargo, lamentablemente no existen niveles de referencia que permitan establecer el estatus de Cr en el animal, condicionando el diagnóstico de la carencia a la respuesta positiva al tratamiento (Suttle, 2010).

Existen actualmente más trabajos que evalúan los efectos tóxicos que los terapéuticos de la suplementación con Cr. Esto se debe a que se ha popularizado su uso como suplemento en medicina humana, donde es empleado como complemento dietario para reducir el peso y aumentar el desarrollo muscular, llegando a ser el segundo más vendido después del Calcio (Vincent, 2010).

En bovinos se considera que las dosis empleadas en suplementación están muy alejadas de las tóxicas, estimándose una tolerancia de hasta 1000 ppm (MS) (NRC, 2005). Sin embargo, existen trabajos que demuestran la existencia de dosis óptimas, pasadas las cuales se pierde eficacia en la respuesta.

En este sentido, Mirzaei et al. (2011) obtuvieron mejoras en:

al inicio de la lactancia en vacas Holstein sometidas a estrés calórico con 0,05mg de Cr (metionato)/Kg 0,75 de peso vivo, pero se redujo la conversión alimenticia cuando se suplementó al doble.

En síntesis, se lograron resultados positivos suplementando animales adultos con alrededor de 6mg diarios de Cr en sistemas de pastoreo (Bryan et al., 2004) o estabulados (Soltan, 2010) y de 3 mg diarios en animales en crecimiento (Spears et al., 2012).

 

Conclusiones

La suplementación con Cromo trivalente facilita la acción de la insulina, ésta es la que indica que el animal se encuentra en un balance energético positivo, por lo tanto disminuye la movilización de tejido adiposo y el riesgo de sufrir cetosis e hígado graso en en ganado lechero.

La reducción en la lipomovilización genera menores concentraciones de ácidos grasos no esterificados en sangre, mejorando de esta manera también el consumo de materia seca y la fertilidad.

Por otro lado, se ha demostrado que la administración de cromo mejora:

– El sistema inmune tanto en ganado de carne como de leche

– La respuesta de los animales cuando son sometidos a estrés calórico.

Aún queda mucho camino para poder determinar los requerimientos fisiológicos de Cromo en el ganado, así como las dosis terapéuticas.

 

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