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¿Cuáles son los minerales que nos interesan por su función antioxidante?

minerales

Algunos minerales traza se encuentran ligados a la protección contra el daño oxidativo, ellos son: Zinc (Zn), Selenio (Se), Manganeso (Mn), Hierro (Fe) y Cobre (Cu).

El mecanismo general de acción de estos minerales es a través de la participación en sistemas enzimáticos, ya sea como componentes estructurales o activadores de las mismas. Sin embargo, dichos minerales también son capaces de ejercer funciones antioxidante en forma independiente.

 

Zinc

El Zn puede ejercer sus efectos a corto o largo plazo. El efecto a largo plazo requiere de una extensa exposición al Zn, lo que desencadena la inducción de metalotioneínas, las cuales, en último término, cumplen la acción antioxidante. La mecánica del efecto inmediato se puede desarrollar a través de dos rutas:

 

Se ha informado, además, que la actividad antioxidante del Zn influye en la estabilización no enzimática de membranas.

 

Selenio

Otro de los minerales con función antioxidante es el Selenio. La función que el Se desempeña en el organismo es bajo la forma de seleno-enzimas. En sus inicios, el Se fue estudiado como un elemento tóxico, y sólo hace unos treinta años se estableció su importancia en la salud y producción de ganado, cuando se demostró que prevenía la distrofia muscular de origen nutricional, enfermedad asociada con una deficiencia de la metaloenzima Glutatión Peroxidasa (GSH-Px).

La deficiencia de Se se traduce en la disminución de la actividad de GSH-Px y otras seleno-enzimas, dejando a la célula expuesta al ataque oxidativo de las especies reactivas de oxígeno (ERO).

 

Manganeso

Estudios recientes realizados en ratas señalan que dentro de los minerales, el Mn es el que manifiesta propiedades protectoras contra la peroxidación de los lípidos en algunos tejidos; aunque los mecanismos involucrados no son del todo dilucidados, se presume que el Mn puede:

 

[registrados] Hierro y Cobre

Si bien los metales de transición Fe+2/+3 y Cu+/+2 desarrollan importantes funciones antioxidantes como minerales constituyentes de enzimas y proteínas, también pueden actuar como poderosos generadores de radicales libres cuando estos iones se encuentran libres en altas concentraciones.

La forma reducida de estos iones (Fe+2 y Cu+) es mucho más reactiva que su forma oxidada (Fe+3 y Cu+2). Los iones Fe+2 y Cu+ promueven la descomposición del peróxido de hidrógeno cuyo producto final más importante es el radical hidroxilo. Ésta es una de las principales vías de producción del radical hidroxilo en el medio celular y se conoce como reacción de Fenton.

Por otra parte, la auto-oxidación de estos iones puede llevar a la formación de radicales superóxido que facilitan la transferencia de electrones a macromoléculas biológicas tales como lípidos, proteínas y ADN. Se confirma, así, la importancia de las proteínas séricas encargadas de transportar y quelar estos metales.

 

Estrés oxidativo

El estrés oxidativo constituye una alteración producida por un desequilibrio entre la generación de radicales libres (RL) y la defensa anti oxidante (AO), que puede conducir a un estado de daño. Esta acepción no precisa si la alteración es por un incremento de los RL (prooxidantes) o por una disminución en la respuesta homeostática de los tejidos (defensa AO).

Miller et al. (2012) se refieren también al estrés oxidativo como la resultante de una deficiencia de sustancias protectoras naturales o de una excesiva exposición a agentes generadores de RL; en otras palabras, el estrés oxidativo se desencadena cuando los prooxidantes exceden a la capacidad AO de un organismo.

Un ejemplo lo constituye la respuesta inflamatoria crónica, en donde la sobreproducción de ERO por macrófagos activados sobrepasa la defensa AO y agrava las lesiones de los tejidos involucrados.

En otro ámbito, la baja tensión de oxígeno que se produce en el lapso de una isquemia induce la formación de xantina oxidasa. Durante el periodo de reperfusión tisular, esta enzima cataliza la reacción entre el oxígeno y la hipoxantina generando ERO, de los cuales el radical superóxido puede desencadenar la formación de nuevos RL. La alteración tisular provocada por los RL, originados en esta situación, se conoce como daño por reperfusión.

Como consecuencia de que la presentación del daño oxidativo puede atribuirse a una deficiencia de sustancias protectoras, queda establecida una estrecha relación entre el estrés oxidativo y el estatus nutricional. Diversos estudios han puesto de manifiesto que una ingesta inadecuada de estos nutrientes deprime la acción de algunas enzimas AO, lo que favorece la presentación del estrés oxidativo.

Otros factores como la enfermedad, el estrés o la inducción de la respuesta inmune llevan a un incremento en los requerimientos de vitaminas y minerales traza, la mayoría de ellos involucrados en la defensa AO.

Es interesante precisar que, como contraparte, se han observado situaciones de estrés oxidativo en las cuales la ingesta de oligoelementos no mejora el estatus AO, hecho que se atribuye a la influencia que ejercen otros factores sobre la expresión de la capacidad AO.

 

Así como una dieta inadecuada puede no incorporar los nutrimentos necesarios para el óptimo desempeño de la defensa antioxidante, eventualmente puede contener agentes que promuevan la generación de RL, tales como toxinas o excesos de grasas poliinsaturadas.

 

Cambios patológicos asociados al estrés oxidativo

El estrés oxidativo ha sido implicado en la etiopatogenia de numerosos trastornos en procesos como el envejecimiento y en el incremento de la apoptosis celular. Es así como en animales de producción y compañía se han identificado diversas alteraciones cuya incidencia se reduce al suplementar con AO.

En caninos se ha observado la favorable evolución que presenta la miocardiopatía dilatada idiopática y la osteoartritis al tratamiento con AO, lo que corrobora su relación al estrés oxidativo.

 

La presentación de la encefalomalacia nutrimental en pollos Broiler corresponde a una disfunción peroxidativa por deficiencia de vitamina E. En tanto que una de las etiologías del síndrome ascítico, observado en aves de rápido crecimiento, es el daño celular provocado por las ERO.Este daño se originaría por una alteración en la cadena transportadora de electrones a nivel mitocondrial que impide una adecuada utilización del oxígeno.

 

La hepatosis dietética en cerdos también es descrita como un cuadro patológico mediado por RL, como ocurre con la esteatosis y la miodistrofia nutrimental en equinos.

 

Recientemente, la enfermedad de neurona motora en equinos, afección asociada a una deficiencia de vitamina E y un incremento de Cu en el tejido nervioso, ha sido sugerida como la resultante de un daño oxidativo.

 

En bovinos lecheros se ha observado que la mayoría de las afecciones asociadas con el estrés oxidativo están en estrecha relación con el periodo de preparto y lactancia temprana, etapas caracterizadas por importantes cambios en la fisiología de la hembra, y que conlleva a una gran demanda en requerimientos nutrimentales frecuentemente no satisfechos. Las alteraciones frecuentemente descritas son: Retención de placenta, edema de la ubre, mastitis, fiebre de leche, reducción de la inmunocompetencia12 y rendimiento reproductivo disminuido.

En tanto que la enfermedad del músculo blanco, la debilidad neonatal, la reducción de la función inmune tanto humoral como celular, infertilidad, abortos, quistes ováricos, metritis, degeneración testicular y desarrollo retardado, también poseen un componente estrechamente ligado con el desbalance prooxidante: antioxidante, como lo es la deficiencia de Se.

La fragilidad vascular, los cambios degenerativos de la hemoglobina y la fragilidad de las membranas de los eritrocitos, que según su intensidad pueden conducir a cuadros de anemia, también corresponden a manifestaciones del desarrollo de un estrés oxidativo

 

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