INTRODUCCIÓN
Entre los principales requerimientos de los pollos se encuentran la energía y proteína; la primera es indispensable para el funcionamiento del cuerpo y la segunda es un componente estructural y funcional de las células, por lo tanto, un constituyente esencial para todos los tejidos del organismo (Sindik et al., 2009).
A fin de asegurar la máxima utilización de todos los principios nutritivos, se requiere que estos se encuentren en una correcta proporción para lograr un óptimo crecimiento, minimizando el uso ineficiente de los componentes de la dieta. |
Estas diferencias en los requerimientos nutricionales están basadas en procesos fisiológicos y metabólicos que ocurren en las distintas etapas del crecimiento del ave, y su objetivo es proporcionarle la cantidad de nutrientes necesarios para cubrir las demandas y maximizar el uso del alimento (Rostagno et al., 2011).
Al momento de formular, la atención se centra en la proteína y la energía de la dieta debido a que son dos de los componentes más caros e importantes de la ración.
Actualmente, la utilización de enzimas exógenas tiene una amplia difusión en la formulación de dietas para aves, debido a que estas permitirían una liberación más eficiente de nutrientes de la dieta y por lo tanto se encuentren más disponibles para su absorción.
LA ENERGÍA
LA PROTEÍNA
La proteína es un componente nutricional de fundamental importancia, ya que es utilizada para la formación de músculo, pluma, anticuerpos, hormonas y enzimas entre otras muchas funciones vitales, por lo que un menor nivel de proteína de la dieta provocará una disminución del crecimiento de las aves, afectando negativamente su masa corporal y el desarrollo del aparato digestivo, dando como resultado un menor peso a faena (Tesseraud et al., 2011).
|
Este escenario genera la necesidad de conocer la concentración calórica de los alimentos empleados en una dieta para balancear el aporte total de energía metabólica (Hess, 1956).
El consumo de alimento aumentará conforme disminuye el contenido energético de la dieta hasta que sea limitado por el llenado del intestino, u otros límites fisiológicos.
Debido a que la conversión de alimento es económicamente importante en la producción de pollos de engorde, es poco práctico estimular un mayor consumo de alimento reduciendo la densidad calórica (Saito, 1966).
Cuando la energía de la dieta aumenta, se debe aumentar el contenido de proteína para mantener la relación energía/proteína adecuada y también la de los otros nutrientes como vitaminas y minerales (Marks y Pesti, 1984; Romo, 1998).
El contenido de aminoácidos tiene un efecto indirecto sobre el consumo de alimento y, a diferencia del efecto de la energía de la dieta, las aves no modularán el consumo de alimento para satisfacer los requerimientos de aminoácidos, a menos que haya una leve deficiencia en el primer aminoácido limitante.
|
OBJETIVOS
Determinar el efecto de diferentes niveles de energía metabolizable (EM) y proteína cruda (PC) en las dietas de pollos parrilleros sobre parámetros zootécnicos, composición corporal y resultados económicos.
MATERIALES & MÉTODOS
Se utilizaron 630 pollitos BB machos de un día de vida, de la línea Cobb-500.
Las dietas se formularon a base de maíz, harina y aceite de soja y harina de carne empleando el software de programación lineal N-utrition (Cuadro 1, DAPP, 2003). |
Cuadro 1. Contenido de proteína cruda y energía metabolizable de los diferentes tratamientos
Los datos fueron sometidos al Análisis de la Variancia de dos vías. Cuando el grado de significancia resultó menor al 5%, la comparación de medias se realizó por la prueba de rangos múltiples de Duncan. El análisis estadístico se llevó a cabo utilizando el software InfoSTAT (Di Rienzo et al., 2020).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Resultados zootécnicos
Consumo
Cuadro 2. Consumo acumulado de alimento (gramos)
BE: Baja energía; BEP: Baja energía y proteína. Medias en una misma columna con distinta letra difieren significativamente (p≤0,05).
Los pollos del tratamiento BE consumieron menos alimento que los del tratamiento Control a lo largo de toda la prueba, siendo estas diferencias significativas a los 21 y a los 42 días de vida (p≤0,05; Cuadro 2).
Por otro lado, no se observaron diferencias significativas en consumo entre los pollos de los tratamientos Control y BEP o BE y BEP en ningún momento del experimento (p>0,05).
En las primeras semanas de vida no hubo diferencias significativas entre los tratamientos, pero hacia el final del ciclo, los pollos del tratamiento BE mostraron un consumo inferior respecto a los del tratamiento Control.
Además, la dieta del tratamiento BE, presentó el mayor desequilibrio en la relación energía/proteína, lo que provocaría una disminución del consumo (Barroeta et al., 2002; Madrigal et al., 2002; Dozier et al., 2011).
Peso
Cuadro 3. Peso vivo (gramos)
BE: Baja energía; BEP: Baja energía y proteína.
Medias en una misma columna con distinta letra difieren significativamente (p≤0,05).
|
Al bajar la energía disminuyó el peso de las aves, observándose que a medida que se bajan los niveles nutricionales de la dieta (energía y proteína), también lo hace el peso del ave.
Dichos resultados concuerdan con los hallados en otra investigación, donde se observaron diferencias significativas a la faena en pollos parrilleros que consumieron una dieta con bajo contenido de energía y proteína.
En ambos experimentos, los pollos que consumieron dietas bajas en proteína bruta, mostraron una disminución de la tasa de crecimiento y menor peso corporal al final del período de estudio, por lo que se puede deducir que dietas bajas en proteína bruta (o altas en la relación energía/proteína) no logran la misma tasa de crecimiento que aquellas con alto nivel proteico y relación energía/proteína más adecuada (Barroeta et al., 2002; Bregendahl et al., 2002; Dozier et al., 2011). |
Conversión
La conversión alimenticia de los pollos de los tratamientos BE y BEP fue mayor que la de los del Control, con diferencias significativas desde los 14 días en adelante (p≤0,05; Cuadro 4).
Mientras que la conversión de los pollos del tratamiento BE fue menor que la de los de BEP, con diferencias significativas a partir de los 21 días de vida (p≤0,05).
A diferencia de lo observado en el presente ensayo, en otros trabajos sobre programas de restricción alimenticia en pollos parrilleros, se comprobó que, si bien las aves que consumieron la dieta de menor densidad nutricional fueron más livianas por el menor consumo de alimento, su conversión alimenticia fue similar (Meluzzi et al., 1995).
Cuadro 4. Conversión alimenticia
BE: Baja energía; BEP: Baja energía y proteína.
Medias en una misma columna con distinta letra difieren significativa- mente (p≤0,05).
Composición corporal
Cuadro 5. Composición corporal de pollos de 49 días de vida
BE: Baja energía; BEP: Baja energía y proteína. % PV: Expresado como porcentaje del peso vivo.
Medias en una misma columna con distinta letra difieren significativamente (p≤0,05).
No se observaron diferencias significativas en los parámetros de composición corporal (p>0,05; Cuadro 5).
Al igual que en el presente estudio, otros autores no encontraron que la reducción de proteína comprometa el rendimiento de pechuga de los pollos (Páez, 2007; Rostagno et al., 2007). Sin embargo, otros estudios han demostrado que el aumento de lisina de las dietas por encima de lo recomendado, genera un aumento en los pesos de la pechuga y del filete de pechuga (Potença et al., 2015). |
En cuanto al porcentaje de grasa, pese a que no se encontraron diferencias significativas, el tratamiento BE presentó el menor porcentaje de grasa, como consecuencia de las dietas con bajo contenido energético; y BEP mostró el mayor porcentaje de grasa.
Resultados económicos
No se observaron diferencias significativas en los costos de alimentación por kg de pollo producido, ni por cajón de pollo eviscerado (p>0,05; Cuadro 6).
Cuadro 6. Costo de alimentación por kg de pollo producido y kg de pollo faenado
BE: Baja energía; BEP: Baja energía y proteína; cts. US$/kg PP: centavos de dólar por kg de pollo producido; Cajón: Pollo eviscerado por 20 kg.
Medias en una misma columna con distinta letra difieren significativamente (p≤0,05).
Esto es debido a que, aunque se compromete el desempeño productivo de las aves, se produce una reducción muy importante del costo del alimento.
Estos datos, llevados a una integración de una granja de mediana dimensión que faena 1 millón de pollos anuales produciría un retorno de 3.400 U$S/año si se compara BE contra Control, y de 9.100 U$S/año en el caso de BEP vs. Control. Al considerar el cajón de pollo eviscerado este retorno se amplía a 4.100 U$S/año al comparar BE y Control, y 11.200 U$S/año para BEP y Control.
CONCLUSIONES |
ANEXOS
Cuadro 7. Composición y aporte de nutrientes (Iniciador y Crecimiento).
BE: Baja energía; BEP; Baja energía y proteína; EMV: Energía metabolizable verdadera; EMA: Energía metabolizable aparente;
AA: Aminoácidos; (): valores analizados.
Cuadro 8. Composición y aporte de nutrientes (Terminador y Última semana)
BE: Baja energía; BEP; Baja energía y proteína; EMV: Energía metabolizable verdadera; EMA: Energía metabolizable aparente;
AA: Aminoácidos; () valores analizados.
BIBLIOGRAFÍA
Barroeta A, Calsamiglia S, Cepero R, López-Bote C, Hernández JM. 2002. Óptima nutrición vitamínica de los animales para la producción de alimentos de calidad. Editorial Pulso. España. 208 pp.
Bregendahl K, Sell JL, Zimmerman DR. 2002. Effect of low protein diets on growth performance and body composition of broiler chicks. Poultry Science 81(8): 1156-1167.
Cobb. 2015. Suplemento informativo sobre rendimiento y nutrición del pollo de engorde – Cobb 500. Cobb-Vantress.com. 14 pp.
Corzo A, Fritts CA, Kidd MT, Kerr BJ. 2005. Response of broiler chicks to essential and non-essential amino acid supplementation of low crude protein diets. Animal feed science and technology 118(3-4): 319-932.
DAPP. 2003. N-utrition 2.0. [Software de formulación]. Colón, Entre Ríos, Argentina
Di Rienzo JA, Casanoves F, Balzarini MG, Gonzalez L, Tablada MV, Robledo CW. 2020. InfoStat. [Software estadístico]. Córdoba, Argentina.
Diggins K. 1991. Avicultura. Editorial Limusa. México DF, México. 640 pp.
Dozier WA, Kerr J, Branton SL. 2011. Apparent metabolizable energy of crude glycerin originating from different sources in broiler chickens. Poultry Science 90(11): 2528-2534.
González E. 1993. Algunas estrategias en la alimentación. Tecnología Avipecuaria: 14-17.
Haynes, C. 1990. Cría doméstica de pollos. Editorial Mexico Limusa Noriega. México DF, México. 318 pp.
Hess EH. 1956. Natural preferences of chicks and ducklings for objects of different colors. Psychological Reports 2: 477-483.
Leeson S, Summers JD, Caston LJ. 1991. Diet dilution and compensatory growth in broilers. Poultry Science 70(4): 867-873.
Leeson S, Summers JD, Caston LJ. 1992. Response of broilers to feed restriction or diet dilution in the finisher period. Poultry Science 71(12): 2056-2064.
Leeson S. 1996. Programas de alimentación para ponedoras y broilers. En: XII Curso de Especialización FEDNA. Madrid, España. 7 y 8 de noviembre. Pp. 199-216.
Madrigal SE, Watkins SE, Anthony NB, Wall CE, Fritts CA, Waldroup PW. 2002. Effect of dietary modifications designed to reduce early growth rate on live performance and on incidence and severity of ascites in two commercial broiler strains when maintained under low ventilation or low temperature models. International Journal of Poultry Science 1(5): 150-157.
Marks L y Pesti J. 1984. Anatomy and physiology of digestive system. Poultry Science. 49 p.
Meluzzi A, Cristofori C, Sirri F, Giordani G. 1995. Low sodium and low density diets to reduce broiler obesity. Zootecnica International 18(6): 41-50.
Nawaz H, Mushtaq T, Yaqoob M. 2006. Effect of varying levels of energy and protein on live performance and carcass characteristics. The Journal of Poultry Science 43(4): 388-393.
Nunes JO, Abreu RD, Brito JAG, da Silva RF, Oliveira LS, Jesus NA. 2015. Enzyme supplementation of broiler feeds with reduced mineral and energy levels. Revista Brasileira de Ciência Avícola Special Issue: 15-21.
Páez LE. 2007. Exigencias nutricionales de lisina, metionina y cisteína en pollos Cobb para las diferentes fases de crianza. [Tesis de doctorado]. Universidad Francisco de Vitoria, Madrid, España. 82 pp.
Potença A, Murakami AE, Ospina-Rojas IC, Muller Fernandes JI. 2015. Relación valina:lisina digestible en la dieta de pollos de engorda. Revista mexicana de ciencias pecuarias 6(1): 25-37.
Romo G. 1998. Manejo estratégico de materia prima para la elaboración de alimentos balanceados en el Ecuador. Seminario Internacional de Avicultura. Quito, Ecuador. Pp. 11-15.
Rostagno H, Páez L, Albino L. 2007. Nutrient requirements of broilers for optimum growth and lean mass. In 16th European Symposium on Poultry Nutrition. Strasbourg, France. 26-30 August. Pp. 91-98.
Rostagno H, Albino L, Donzele JL, Gomes PC, Oliveira RF, Lopes DC, Ferreira AS, Barreto L. 2011. Programa práctico en la formulación de raciones. Facultad de Medicina Veterinaria de Aracatuba/UNESP. Sao Paulo, Brasil.
Saito I. 1966. Comparative anatomical studies of the oral of the poultry. V. Structures and distribution of taste buds of the fowl. Bulletin of the Faculty of Agriculture. Miyazahi University 13: 95-102.
Sindik M, Revidatti F, Terraes J, Fernández R, Sandoval G. 2009. Efectos de diferentes relaciones energía/proteína sobre el comportamiento productivo de pollos parrilleros machos. Revista Veterinaria 20(2): 121-125.
Tesseraud S, Everaert N, Boussaid-om Ezzine S, Collin A, Métayer-Coustard S., Berri C. 2011. Manipulating tissue metabolism by amino acids. World’s Poultry Science Journal 67: 243-251.