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Dietas bajas en energía y proteína en aves de engorde

Escrito por: Bernardo Iglesias - Sección Avicultura, INTA-EEA Pergamino , Lucas Ramos

INTRODUCCIÓN

Entre los principales requerimientos de los pollos se encuentran la energía y proteína; la primera es indispensable para el funcionamiento del cuerpo y la segunda es un componente estructural y funcional de las células, por lo tanto, un constituyente esencial para todos los tejidos del organismo (Sindik et al., 2009).

A fin de asegurar la máxima utilización de todos los principios nutritivos, se requiere que estos se encuentren en una correcta proporción para lograr un óptimo crecimiento, minimizando el uso ineficiente de los componentes de la dieta. 

 

Los requerimientos nutricionales de los pollos parrilleros generalmente disminuyen con la edad (a excepción de la energía) cambiando continuamente a lo largo de su desarrollo.

Estas diferencias en los requerimientos nutricionales están basadas en procesos fisiológicos y metabólicos que ocurren en las distintas etapas del crecimiento del ave, y su objetivo es proporcionarle la cantidad de nutrientes necesarios para cubrir las demandas y maximizar el uso del alimento (Rostagno et al., 2011).

Al momento de formular, la atención se centra en la proteína y la energía de la dieta debido a que son dos de los componentes más caros e importantes de la ración.

La proteína representa el 40-45% del costo total de la misma. Por esto, la reducción proteica ha sido vista como una de las vías posibles de mejorar los costos de producción (Nawaz et al., 2006).

Actualmente, la utilización de enzimas exógenas tiene una amplia difusión en la formulación de dietas para aves, debido a que estas permitirían una liberación más eficiente de nutrientes de la dieta y por lo tanto se encuentren más disponibles para su absorción.

Por tal motivo, las dietas formuladas con enzimas suelen tener, según el tipo de enzima empleada, menor contenido de energía, proteína y otros nutrientes (Nunes et al., 2015).

LA ENERGÍA

En cuanto a la energía, la disminución de la cantidad suministrada en una dieta de pollo de engorde puede causar una reducción en el crecimiento de las aves, con la consecuente pérdida de peso, aumento del consumo de alimento y afectar con esto la conversión alimenticia, ya que el ave preferentemente va a emplear la energía para mantenimiento en detrimento de la producción

Al disminuir la cantidad de energía de la dieta también se reduce la acción de las enzimas digestivas sustrato dependiente, lo cual retrasa la absorción del saco vitelino en la primera etapa de vida del ave (Leeson et al., 1991).

LA PROTEÍNA

La proteína es un componente nutricional de fundamental importancia, ya que es utilizada para la formación de músculo, pluma, anticuerpos, hormonas y enzimas entre otras muchas funciones vitales, por lo que un menor nivel de proteína de la dieta provocará una disminución del crecimiento de las aves, afectando negativamente su masa corporal y el desarrollo del aparato digestivo, dando como resultado un menor peso a faena (Tesseraud et al., 2011).

EL CONSUMO DE ALIMENTO

En cuanto al consumo de alimento, hay varios factores que influyen sobre su regulación, especialmente si la composición de nutrientes en la dieta es deficiente o excesiva con relación a los requerimientos del ave.
Los pollos de engorde regulan su consumo según el aporte energético de la dieta. Una dieta nutricionalmente equilibrada es consumida hasta satisfacer una cierta cantidad de energía diaria

 

Este escenario genera la necesidad de conocer la concentración calórica de los alimentos empleados en una dieta para balancear el aporte total de energía metabólica (Hess, 1956).

Una vez determinado el nivel de energía, este debe guardar relación con el contenido de proteína y sus aminoácidos, vitaminas y minerales ya que el factor principal de regulación del consumo de alimento en el pollo es la cantidad de energía metabolizable, de ahí la importancia de la regulación del contenido de nutrientes en función a la energía (Diggins, 1991; Romo, 1998).

El consumo de alimento aumentará conforme disminuye el contenido energético de la dieta hasta que sea limitado por el llenado del intestino, u otros límites fisiológicos.

Debido a que la conversión de alimento es económicamente importante en la producción de pollos de engorde, es poco práctico estimular un mayor consumo de alimento reduciendo la densidad calórica (Saito, 1966).

Cuando la energía de la dieta aumenta, se debe aumentar el contenido de proteína para mantener la relación energía/proteína adecuada y también la de los otros nutrientes como vitaminas y minerales (Marks y Pesti, 1984; Romo, 1998).

El contenido de aminoácidos tiene un efecto indirecto sobre el consumo de alimento y, a diferencia del efecto de la energía de la dieta, las aves no modularán el consumo de alimento para satisfacer los requerimientos de aminoácidos, a menos que haya una leve deficiencia en el primer aminoácido limitante

En tales casos, los aumentos en el consumo de alimento estarán asociados con una disminución en la eficiencia de la conversión alimenticia (Barroeta et al., 2002).

Por otra parte, la obtención de energía a través de la proteína es una forma ineficiente de aprovechamiento de un componente de alto valor comercial (Haynes, 1990).

OBJETIVOS

Determinar el efecto de diferentes niveles de energía metabolizable (EM) y proteína cruda (PC) en las dietas de pollos parrilleros sobre parámetros zootécnicos, composición corporal y resultados económicos.

MATERIALES & MÉTODOS

Se utilizaron 630 pollitos BB machos de un día de vida, de la línea Cobb-500.

Los pollos se dividieron en categorías de peso y se distribuyeron formando 42 lotes homogéneos de 15 aves cada uno (14 lotes por tratamiento).

Los mismos fueron alojados a piso en lotes de 1 x 1,5 m (10 aves/m2) y se empleó viruta de madera como cama.

El agua (nipples) y el alimento (tolvas) fueron suministrados ad-libitum.

Sobre un diseño en bloques completos aleatorizado, se evaluaron 3 tratamientos con 14 repeticiones de 15 aves por lote. Cada lote fue considerado como una unidad experimental.

Los tratamientos evaluados fueron, Control según recomendaciones de la línea (Cobb, 2015); BE, con -100 kcal/kg de EM respecto del Control, y; BEP, con -100 kcal/kg de EM y -3,5% de PC y aminoácidos.

La alimentación se dividió en cuatro fases, Iniciador (1-14 días), Crecimiento (15-28 días), Terminador (29-42 días) y Última semana (43-49 días).

Las dietas se formularon a base de maíz, harina y aceite de soja y harina de carne empleando el software de programación lineal N-utrition (Cuadro 1, DAPP, 2003).

Cuadro 1. Contenido de proteína cruda y energía metabolizable de los diferentes tratamientos

Los parámetros evaluados fueron consumo acumulado de alimento, peso vivo, conversión alimenticia, composición corporal a los 49 días de vida y análisis económico.

Los datos fueron sometidos al Análisis de la Variancia de dos vías. Cuando el grado de significancia resultó menor al 5%, la comparación de medias se realizó por la prueba de rangos múltiples de Duncan. El análisis estadístico se llevó a cabo utilizando el software InfoSTAT (Di Rienzo et al., 2020).

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Resultados zootécnicos

Consumo

Cuadro 2. Consumo acumulado de alimento (gramos)

BE: Baja energía; BEP: Baja energía y proteína. Medias en una misma columna con distinta letra difieren significativamente (p≤0,05).

Los pollos del tratamiento BE consumieron menos alimento que los del tratamiento Control a lo largo de toda la prueba, siendo estas diferencias significativas a los 21 y a los 42 días de vida (p≤0,05; Cuadro 2). 

Por otro lado, no se observaron diferencias significativas en consumo entre los pollos de los tratamientos Control y BEP o BE y BEP en ningún momento del experimento (p>0,05).

En las primeras semanas de vida no hubo diferencias significativas entre los tratamientos, pero hacia el final del ciclo, los pollos del tratamiento BE mostraron un consumo inferior respecto a los del tratamiento Control.

Esto se puede atribuir a que los pollos con la dieta de menor densidad energética lograron menores incrementos de peso corporal, lo que produce una menor necesidad de consumo (Sindik et al., 2009). 

Además, la dieta del tratamiento BE, presentó el mayor desequilibrio en la relación energía/proteína, lo que provocaría una disminución del consumo (Barroeta et al., 2002; Madrigal et al., 2002; Dozier et al., 2011). 

En ensayos similares se muestran resultados dispares donde, el consumo de alimento no se vio afectado al disminuir el contenido de energía de la dieta (Leeson et al., 1992) o bien se vio incrementado, atribuyendo esto último a la necesidad del ave de mantener su ingesta energética (González, 1993; Meluzzi et al., 1995; Leeson, 1996). 

Por otra parte, en dietas isocalóricas no se encontraron diferencias en el consumo de alimento al variar los niveles de la proteína bruta (Nawaz et al., 2006), lo cual coincide con los resultados del presente ensayo al comparar los tratamientos BE vs. BEP, esto permite inferir que la modulación del consumo no depende solo de la cantidad sino también de la calidad de la proteína bruta suministrada, por lo que se podría presumir que la dieta de menor concentración en PC presentó un adecuado equilibrio en aminoácidos y su digestibilidad fue óptima.

Peso

Cuadro 3. Peso vivo (gramos)

BE: Baja energía; BEP: Baja energía y proteína.
Medias en una misma columna con distinta letra difieren significativamente (p≤0,05).

Los pollos de los tratamientos BE y BEP pesaron menos que los del Control, con diferencias significativas a partir de los 14 días (p≤0,05, Cuadro 3).

En tanto que, el peso de los pollos del tratamiento BE fue mayor que el de BEP con diferencia significativa solo a los 14 días de vida (p≤0,05).

 

Al bajar la energía disminuyó el peso de las aves, observándose que a medida que se bajan los niveles nutricionales de la dieta (energía y proteína), también lo hace el peso del ave.

Dichos resultados concuerdan con los hallados en otra investigación, donde se observaron diferencias significativas a la faena en pollos parrilleros que consumieron una dieta con bajo contenido de energía y proteína. 

En ambos experimentos, los pollos que consumieron dietas bajas en proteína bruta, mostraron una disminución de la tasa de crecimiento y menor peso corporal al final del período de estudio, por lo que se puede deducir que dietas bajas en proteína bruta (o altas en la relación energía/proteína) no logran la misma tasa de crecimiento que aquellas con alto nivel proteico y relación energía/proteína más adecuada (Barroeta et al., 2002; Bregendahl et al., 2002; Dozier et al., 2011). 

 

Conversión

La conversión alimenticia de los pollos de los tratamientos BE y BEP fue mayor que la de los del Control, con diferencias significativas desde los 14 días en adelante (p≤0,05; Cuadro 4).

Mientras que la conversión de los pollos del tratamiento BE fue menor que la de los de BEP, con diferencias significativas a partir de los 21 días de vida (p≤0,05).

La conversión alimenticia se vio afectada negativamente al disminuir los nutrientes de la dieta, resultados similares fueron observados por otros autores (Barroeta et al., 2002; Dozier et al., 2011) donde a su vez, encontraron una respuesta lineal a la suplementación con lisina (Corzo et al., 2005).

 

A diferencia de lo observado en el presente ensayo, en otros trabajos sobre programas de restricción alimenticia en pollos parrilleros, se comprobó que, si bien las aves que consumieron la dieta de menor densidad nutricional fueron más livianas por el menor consumo de alimento, su conversión alimenticia fue similar (Meluzzi et al., 1995).

Cuadro 4. Conversión alimenticia

BE: Baja energía; BEP: Baja energía y proteína.

Medias en una misma columna con distinta letra difieren significativa- mente (p≤0,05).

Composición corporal

Cuadro 5. Composición corporal de pollos de 49 días de vida

BE: Baja energía; BEP: Baja energía y proteína. % PV: Expresado como porcentaje del peso vivo.
Medias en una misma columna con distinta letra difieren significativamente (p≤0,05).

No se observaron diferencias significativas en los parámetros de composición corporal (p>0,05; Cuadro 5).

Al igual que en el presente estudio, otros autores no encontraron que la reducción de proteína comprometa el rendimiento de pechuga de los pollos (Páez, 2007; Rostagno et al., 2007).

Sin embargo, otros estudios han demostrado que el aumento de lisina de las dietas por encima de lo recomendado, genera un aumento en los pesos de la pechuga y del filete de pechuga (Potença et al., 2015).

 

En cuanto al porcentaje de grasa, pese a que no se encontraron diferencias significativas, el tratamiento BE presentó el menor porcentaje de grasa, como consecuencia de las dietas con bajo contenido energético; y BEP mostró el mayor porcentaje de grasa. 

Resultados económicos

No se observaron diferencias significativas en los costos de alimentación por kg de pollo producido, ni por cajón de pollo eviscerado (p>0,05; Cuadro 6).

Cuadro 6. Costo de alimentación por kg de pollo producido y kg de pollo faenado

BE: Baja energía; BEP: Baja energía y proteína; cts. US$/kg PP: centavos de dólar por kg de pollo producido; Cajón: Pollo eviscerado por 20 kg.
Medias en una misma columna con distinta letra difieren significativamente (p≤0,05).

Esto es debido a que, aunque se compromete el desempeño productivo de las aves, se produce una reducción muy importante del costo del alimento.

Estos datos, llevados a una integración de una granja de mediana dimensión que faena 1 millón de pollos anuales produciría un retorno de 3.400 U$S/año si se compara BE contra Control, y de 9.100 U$S/año en el caso de BEP vs. Control. Al considerar el cajón de pollo eviscerado este retorno se amplía a 4.100 U$S/año al comparar BE y Control, y 11.200 U$S/año para BEP y Control.

CONCLUSIONES

Disminuir los niveles nutricionales de las dietas de pollos parrilleros, bajando la energía o proteína, tiene impacto negativo sobre el consumo, peso corporal y conversión alimenticia de las aves.

Parámetros como porcentaje de pechuga y rendimiento de faena de los pollos parrilleros no se vieron afectados por la variación en el nivel de energía y proteína de las dietas.

En cuanto al aspecto económico, el peor desempeño productivo de las aves al disminuir los niveles nutricionales de la dieta se vio compensado ante una importante reducción del costo del alimento, por lo que, ante determinados escenarios se hace económicamente viable, sobre todo cuando el costo de los alimentos resulte muy elevado.

 

ANEXOS

Cuadro 7. Composición y aporte de nutrientes (Iniciador y Crecimiento).

BE: Baja energía; BEP; Baja energía y proteína; EMV: Energía metabolizable verdadera; EMA: Energía metabolizable aparente;
AA: Aminoácidos; (): valores analizados.

Cuadro 8. Composición y aporte de nutrientes (Terminador y Última semana)

BE: Baja energía; BEP; Baja energía y proteína; EMV: Energía metabolizable verdadera; EMA: Energía metabolizable aparente;
AA: Aminoácidos; () valores analizados.

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