Los efectos de la nutrición temprana de las terneras son importante para el crecimiento, la salud y el estado inmunológico, el desarrollo del potencial de producción de leche y la impronta metabólica en la vida temprana (Drackley, 2000).
Los programas convencionales de alimentación líquida antes del desleche abarcan la alimentación individual o en grupo utilizando leche entera residual o lacto-reemplazantes a un mínimo 4 litros/día con niveles más altos en algunas situaciones de alimentación grupal, además de tener acceso a alimentos secos de arranque y agua.
Drackley y Van Amburgh (2005) informaron que el requerimiento de energía de mantenimiento para un ternero de 45kg de PV es de 1,75 Mcal de energía metabolizable (EM) por día.
- Este requerimiento aumenta a medida que la temperatura ambiental disminuye.
Se ha demostrado que los terneros crecerán más rápido con una mayor ingesta de leche por encima del mantenimiento y las necesidades de proteínas aumentan a un ritmo cada vez mayor a medida que aumenta la ganancia.
Durante los primeros dos meses de vida el potencial de crecimiento de los terneros es realmente alto, además es la etapa de mayor eficiencia de conversión de alimento en tejido magro, por lo tanto es fundamental alimentar de manera adecuada a los terneros quienes, a su vez, tendrán un mejor estado de salud.
Otras ventajas se relacionan con:
- La reducción de la edad para llegar al servicio
- La menor edad de parto
- La disminución de los costos de cría, lo que tiene implicaciones para la productividad del hato
Efectos del manejo nutricional de la vaquilla
El crecimiento exitoso de las vaquillonas requiere consistencia en los programas de alimentación y manejo desde la nutrición temprana hasta el primer parto.
Hoffman (2003c) ofreció pautas para vaquillas de razas grandes bajo una zona térmica neutra de 10 a 21°c. Sugirió que las novillas de razas grandes se alimentaran con una ración diferente cada 300 lb (136 kg) de aumento de peso corporal. Para las novillas de razas pequeñas, debería ser cada cambio de 200 libras (90 kg) de peso corporal.
Al igual que con los terneros, es fundamental cumplir con los requerimientos nutricionales para el crecimiento, utilizar alimentos de calidad y ajustar las dietas a los cambios en las condiciones ambientales.
|
>Se debe tener presente que la administración de ionóforos en las dietas de terneros y vaquillas es una herramienta de manejo importante para controlar la coccidiosis y mejorar el rendimiento de los mismos.
Mantente al día con nuestros boletines
Reciba gratuitamente la revista en versión digital REGISTRO ACCEDA A
SU CUENTA ACCEDER ¿Ha perdido la contraseña?