Las primeras semanas después del nacimiento son, junto con el destete, los momentos más críticos en la vida de los lechones.
¿Por qué es este periodo tan crucial para los lechones?
Las cerdas tienen una placenta epiteliocorial.
En este tipo de placenta, presente en caballos, rumiantes y cerdos, tiene 6 capas histológicas, tres capas del embrión y tres de la madre.
En otros tipos de placentas, las tres capas de tejido materno se degradan parcialmente (Placenta endoteliocorial en carnívoros) o completamente (Placenta hemocorial en humanos).
En los seres humanos, la capa de tejido más externa del embrión está directamente unida a la sangre materna. Por tanto, en especies que presentan placentas del tipo endoteliocorial y hemocorial, los anticuerpos maternos pueden ser transferidos más o menos eficazmente (dependiendo del animal) a la prole todavía en el útero.
Los anticuerpos maternos en animales con placenta epitelioma no pueden ser transferidos eficazmente y por ello los lechones nacen con un sistema inmunitario humoral o adquirido totalmente deficitario, casi sin defensas celulares.
Para los patógenos es muy fácil entrar en el organismo del recién nacido causando trastornos y enfermedades durante las primeras semanas después del nacimiento.
Patógenos que afectan a los lechones recién nacidos
Los patógenos proceden del entorno, del pienso, del agua y también de los excrementos de la cerda. Entre estos patógenos y especialmente en este período de la producción porcina, habría que destacar Escherichia coli y Clostridium perfringens.
E. coli pertenece a la flora intestinal normal de humanos y animales, y se presentan principalmente en el intestino grueso. Las cepas de E. coli patógenas porcinas normalmente son de un número limitado de serogrupos (O8, O108, O138, O139, O141, O147 and O149) y solo una fracción de los distintos serogrupos provocan enfermedades.
La patogenicidad de E. coli está relacionada con factores de virulencia específicos. Los factores clave de virulencia incluyen, por ejemplo, las fimbrias para la fijación a la pared intestinal y la capacidad de producir toxinas.
El 80% de las diarreas en lechones se originan por E. coli y son la causa del 50% de las perdidas en la producción de lechones.
El tipo C de Clostridium perfringens es el más importante dentro las distintas especies de este patógeno.
Es el causante de enteritis necrótica en lechones y los síntomas clínicos aparecen ya en los primeros días de vida. Esta enfermedad provoca trastornos generales graves con una mortalidad que puede llegar al 100 % y causar reducciones significativas en las ganancias diarias de peso y en el peso al destete.
Estrategias para proteger a los lechones en parideras
Es nuestra responsabilidad crear las mejores condiciones posibles para los lechones.
» Medidas higiénicas. Entre las estrategias para proteger a los lechones cuando aún están con las cerdas, la limpieza de la sala de partos es clave.
» Nuevos conceptos nutricionales en la cerda. Aparte de medidas higiénicas, una de las posibilidades para reducir la presión patógena es cambiar o desarrollar nuevos conceptos nutricionales en las cerdas.
Está demostrado que sí, es posible mejorar el rendimiento y reducir la mortalidad predestete por vía de la nutrición de las cerdas.
Una nueva tecnología que está siendo utilizada consiste en la suplementación de anticuerpos o inmunoglobulinas naturales del huevo a los piensos de las cerdas y primerizas.
Una vez en el tracto gastrointestinal de las hembras, estas inmunoglobulinas se fijan a los patógenos, disminuyendo la formación de colonias y bloqueando los sitios de unión (por ejemplo, las fimbrias) resultando en complejos innocuos que, una vez excretados por la cerda, pueden ser ingeridos por los lechones sin ser, sin embargo, capaces de contaminarlos.
Estudios sobre el uso de inmunoglobulinas de huevo en cerdas
En Octubre 2016 publicamos un artículo mostrando que las inmunoglobulinas del huevo ayudan a reducir el índice de mortalidad y aumentar el peso de destete.
Objetivo
Para comprobar nuestros razonamientos, realizamos un estudio en Japón en la granja Azumino Eco en Nagano ken, para evaluar o “cuantificar” la cantidad de patógenos relacionados con la diarrea neonatal en las heces de las cerdas.
Material & Métodos
Nº de animales :
En el experimento se utilizaron dos grupos con ocho cerdas cada uno.
Tratamientos :
- GRUPO CONTROL – Las cerdas del grupo control recibieron pienso estándar de lactancia.
- GRUPO EXPERIMENTAL – Grupo que se alimentó con pienso estándar + inmunoglobulinas del huevo* a la dosis de 10 g/cerda y día, sobre el pienso divididos en dos fases durante los diez días antes del parto (a.p.) hasta los siete primeros días después del parto (p.p.).
Parámetros evaluados: Se determinó la cantidad de UFCs (unidades formadoras de colonias) de Escherichia coli total, de O141 Escherichia coli y de Clostridium perfringens en los excrementos recogidos por estimulación rectal a los días 10 a. p. y 7 p. p.
Resultados
- Al comienzo de la prueba, antes de empezar con la aplicación de inmunoglobulinas del huevo*, ambos grupos mostraron niveles similares de los tres patógenos evaluados, con una pequeña desventaja para el grupo experimental.
- Después de 17 días de aplicación de inmunoglobulinas del huevo*, se puede observar una reducción en las UFCs de Escherichia coli total, de O141 Escherichia coli y de Clostridium perfringens.
- Las cerdas del grupo experimental presentaron en los excrementos un número de patógenos más bajo comparado con las cerdas del grupo control.
Los resultados son presentados en la figura 1.
Estos resultados son un indicio muy claro de que las inmunoglobulinas, si se añaden a los piensos de las cerdas, son capaces de reducir la excreción de patógenos “activos” y por consecuencia, también la presión patógena.
* Pienso complementario basado en inmunoglobulinas naturales del huevo puesto en prueba = Globigen® Sow