El control de la calidad del agua de bebida es importante por rentabilidad y por seguridad. Además, es uno de los parámetros básicos de certificación de una granja, por lo cual tenemos que normalizar, protocolizar y realizar la trazabilidad de la misma.
El agua juega un papel fundamental en la producción ganadera y a menudo se infravalora el aporte de agua con calidad apropiada para la producción animal.
En la última década disponemos de una gran cantidad de alternativas respecto a los productos y protocolos que se han utilizado tradicionalmente para el tratamiento de agua de bebida y para limpieza de los circuitos.
Sabemos que no existen productos milagrosos ni “fórmulas mágicas” que se puedan aplicar de manera general para todas las situaciones, por lo que es fundamental un buen asesoramiento y un diagnóstico de la situación de partida para poder trabajar con un programa que permita asegurar la calidad que deseamos con una inversión que no sea desproporcionada.
Metodología de trabajo
Cuando nos proponemos mejorar el programa de tratamiento de agua, debemos comenzar siempre por una primera fase de identificación de los problemas reales que están apareciendo en la granja.
Debemos disponer de un análisis detallado de cada uno de los orígenes del agua (pozos, canales, agua de red pública…) y de cada una de las diferentes áreas dentro de la granja.
» Es muy frecuente encontrar gran contaminación en los bebederos y zonas de producción, aunque el origen del agua o los primeros depósitos indiquen una calidad de agua aceptable.
Es importante diferenciar bien entre la causa (presencia de patógenos, contaminación química, temperatura, cantidad de agua…), los síntomas que apreciamos (color, olor, depósitos o bloqueos en las conducciones, precipitaciones…) y las consecuencias que implican en la producción (diarreas, alteraciones de fertilidad, mortalidades excesivas…).
Que un agua sea turbia o que veamos los paneles evaporativos con grandes depósitos de calcio, no son la causa en sí, sino la consecuencia de otros factores.
FASE DE DIAGNÓSTICO
En esta fase de diagnóstico no debemos olvidar la evaluación sobre si cada uno de los problemas detectados están afectando realmente en la producción de nuestros animales y en qué grado.
En la siguiente fase, el objetivo será identificar todas las posibles alternativas que nos ofrece el mercado para el tratamiento de los problemas detectados.
Aquí podemos servirnos del asesoramiento de las casas comerciales que puedan aportar información precisa de cada producto en el mercado y de los resultados que debemos esperar siguiendo las recomendaciones de uso en cada protocolo.
Los pretratamientos químicos se pueden plantear como medida adicional a un tratamiento posterior con un biocida más potente en la entrada a la granja.
TRATAMIENTO DE AGUA DE BEBIDA & LIMPIEZA DE DEPÓSITOS
Para el tratamiento de agua de bebida y limpieza de depósitos y conducciones, son los productos en base a peróxido de hidrógeno y los productos derivados del cloro los más extendidos en el mercado.
Finalmente, y no menos importante, es la evaluación periódica de los resultados y toma de acciones correctivas en el protocolo aplicado, ya que las condiciones en que el agua ingresa en nuestro circuito fluctúan de manera importante a lo largo del año y por tanto debemos adaptarnos a estos cambios.
MANTENIMIENTO PERIÓDICO & MEDIDAS PREVENTIVAS
La bioseguridad en las instalaciones ganaderas no estaría completa sin un control sobre el circuito de agua. Es bien conocido cómo existen riesgos microbiológicos que pueden afectar a los animales debido a un tratamiento incorrecto o una limpieza insuficiente de los circuitos.
Como medida preventiva es deseable realizar periódicamente limpiezas de los depósitos de agua, así como de las tuberías de agua de bebida cuando las instalaciones están sin animales.
Por su facilidad en el manejo y poder de limpieza, los productos con base de peróxido de hidrógeno son los más utilizados para la limpieza de circuitos.
Éste es un aspecto importante, ya que en zonas con excesiva dureza, dónde la alta concentración de calcio o magnesio precipita en los paneles evaporativos, debemos implementar un tratamiento de prevención, ya sea mediante una acidificación y desecho posterior de las sales disueltas, o mediante la instalación de equipos descalcificadores.
La aplicación del biocida apropiado en el agua de bebida debe garantizarnos la calidad microbiológica del agua a lo largo de todo el circuito.
Es importante que seleccionemos un biocida con doble efecto, tanto en la eliminación de microorganismos patógenos, como en la prevención y eliminación de biofilm.
Tradicionalmente se ha trabajado con productos a base de cloro o sus derivados, pensando que de esta manera controlábamos todos los problemas asociados a la calidad del agua y que el biofilm era algo inevitable.
Desde hace varias décadas se ha visto como la toma de conciencia en la prevención y los mejores resultados productivos que se obtenían con la introducción de biocidas capaces de disolver y prevenir el biofilm, han acabado instaurando unas buenas prácticas en los tratamientos de agua que muchas veces son referente a nivel internacional.
Finalmente es importante destacar, por motivos de la seguridad laboral de los trabajadores en las explotaciones, como por la seguridad de los propios animales, la necesidad de trabajar siempre con productos registrados para su uso en entornos ganaderos y entorno de industria alimentaria.
Por esta razón debemos asesorarnos por empresas especializadas en esta área para que nos faciliten su conocimiento y experiencia.