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Ensilado de maíz, recientes investigaciones sobre producción y manejo

Desde que el granjero francés Auguste Goffart publicó su libro sobre ensilado de maíz fresco en 1877, el ensilado de maíz se ha convertido en uno de los ingredientes más usados en la industria lechera.

El ensilado de maíz es una buena fuente de energía y fibra efectiva, y un excelente forraje para vacas lecheras.

El objetivo de este artículo es resumir 6 trabajos científicos publicados recientemente relacionadas con prácticas de producción y manejo de ensilados de maíz en granjas lecheras.

 

 

Prácticas de manejo de ensilados en granjas Californianas

Productores lecheros de San Joaquin Valley, California, fueron encuestados sobre sus prácticas de manejo del ensilado de maíz.

El estudio publicado en el “Journal of Dairy Science”, incluyó 153 lecherías con una media de 1.512 vacas lecheras. Las estructuras donde se almacenaron los ensilados fueron:

con suelos con base de:

En resumen, los autores (Heguy y col., 2016) encontraron estos resultados:

 

1/ Método de extracción. Los ensilados fueron extraídos con:

2/ Índice de extracción: El índice fue:

3/ Lugar de extracción:

El ensilado estropeado fue descartado (50.4%) o alimentado exclusivamente a novillas y vacas secas (33.1%), a vacas lecheras (3.0%), vacas lactantes y secas (1.5%), vacas lactantes, secas y novillas (12.0%).

En conclusión, este estudio demuestra que las estructuras de almacenaje no están dimensionadas adecuadamente

 

 

Mermas en ensilados de maíz bien manejados

Investigadores de la Universidad de California David (Robinson y col., 2016) midieron las mermas, definidas como pérdidas entre el tiempo de cosecha de material fresco y la alimentación de este, en ensilados de maíz bien manejados de granjas lecheras del San Joaquín Valley de California.

Los ensilados (1 con paredes y 6 montones) tenían entre 950 y 12.204 toneladas (media 6.257), contenían un inoculante bacteriano, fueron cubiertos con un plástico interno de 45 μm para prevenir la infiltración de oxígeno y un plástico externo blanco/negro de 125 μm cubierto con neumáticos, y fueron administrados usando palas cargadoras.

Los resultados, publicados recientemente en el “Science of the Total Environment” magazín, mostraron que las mermas entre la cosecha de maíz fresco y el tiempo de cargar el ensilado en el remolque mezclador promediaron 9.0 y 6.8% de la materia fresca y seca, respectivamente.

Adicionalmente, los autores encontraron que el tiempo de almacenaje estaba correlacionado con mayores mermas, de tal forma que:

Mermas (% materia fresca) = −3 + (10.9 x mes)/10 (r2 = 0.78)

 

Recubrir las paredes del silo para mejorar la calidad del ensilado

Un estudio publicado recientemente por investigadores brasileños (Lima y col., 2017) evaluó los efectos de recubrir las paredes de los silos trinchera con un plástico anti-oxigeno (AO) de 45-μm de grosor.

Los investigadores dividieron longitudinalmente 8 silos trinchera en dos partes de tal forma que solo una pared del silo fue cubierta por el AO.

El AO fue colocado a lo largo de la pared antes del llenado del silo, con un exceso de aproximadamente 2 metros que caían sobre la cara externa.

Una vez que el silo fue llenado, el exceso de plástico fue colocado cubriendo el forraje, y otra capa de polietileno estándar de 180-μm de espesor fue colocada para cubrir toda la superficie.

En resumen, la fermentación y la pérdida de nutrientes evaluada a 50 cm de la pared y a 40 cm de profundidad mejoró considerablemente:

 

Y aunque los factores principales son los presentados hasta ahora, hay otros que también son de crucial importancia y que a su vez han sido objeto de recientes estudios.

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