Enzimas exógenas: una herramienta para el mantenimiento de la salud intestinal
Mantener los índices productivos con un costo de producción competitivo es un constante desafío para el sector avícola.
La inclusión de enzimas exógenas a las dietas es una práctica indispensable para enfrentar este desafío, siendo que maximiza el aprovechamiento del alimento por las aves con una reducción en el costo, debido a los ajustes en las formulaciones.
De hecho, se estima que la consideración de una matriz nutricional de un complejo enzimático conteniendo carbohidrasas, fitasas y proteasas en la formulación de dietas comerciales de origen animal para pollos de engorde es capaz de reducir 10-15%, en promedio, el costo de producción por tonelada de ración.
De esta manera, las enzimas exógenas son esenciales para la formulación de raciones de mínimo costo para las aves. |
Abordaje práctico sobre los beneficios del uso de enzimas
Las acciones de las enzimas sobre los factores antinutricionales presentes en las dietas, como el fitato y los polisacáridos no amiláceos y sobre la actividad de las enzimas endógenas, aumentando la disponibilidad de los nutrientes (calcio, fósforo y aminoácidos) y energía son frecuentemente mencionadas (Alabi et al., 2019; Bedford & Cowieson, 2020) y se reflejan en la reducción de los costos.
No obstante, este texto realiza un abordaje práctico sobre los beneficios, además de los económicos, enfatizando los mecanismos de acción de las enzimas en el mantenimiento de la salud intestinal de las aves.
Polisacáridos no amiláceos
Los polisacáridos no amiláceos, además de interferir en la digestión de otros nutrientes, pueden favorecer la proliferación de los microorganismos indeseables y desencadenar procesos inflamatorios por ser reconocidos por receptores localizados en el intestino (Kogut et al., 2018; Dal Pont et al., 2020).
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