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Estrés calórico en porcicultura

Estrés calórico en porcicultura

La porcicultura se ha desarrollado en base a pilares como son:

A medida que se ha avanzado en la mejora genética se ha elevado el potencial productivo de los animales, sin embargo, también ha disminuido la rusticidad de éstos, trayendo como consecuencia que la sanidad, la nutrición, el manejo y el ambiente se vuelvan factores más críticos.

Este artículo tiene por objetivo abordar las implicancias que tiene el calor sobre la productividad en las granjas porcinas y los aspectos que debemos considerar para mitigar su impacto.

El mes de enero de 2020 fue el mes de enero más caliente jamás registrado en el planeta, un poco más que el de 2016, según el servicio europeo Copernicus sobre el cambio climático. Redacción Diario El comercio, 2020.

Los cerdos son homeotermos, esto quiere decir que son capaces de mantener su temperatura corporal sin mayores variaciones, independientemente de la temperatura ambiental donde se encuentren, sin embargo, para lograr esto es necesario un sistema regulatorio para equilibrar la producción y eliminación de calor. 

La temperatura de confort térmico para cerdos se calcula entre 16 y 22 grados centígrados.


Estrés

Según la definición de Broom y Johnson (2000), el estrés es: “un efecto ambiental sobre un individuo, que sobrecarga sus sistemas de control y reduce su desempeño físico o parece probable que lo haga”.

Según Lara y Rostagno (2013) es “la reacción del organismo animal a los estímulos que perturban su equilibrio fisiológico/homeostasis”.

 

Producción de calor

Los cerdos de granjas tecnificadas son animales provenientes de líneas genéticas que están mejorando constantemente el potencial productivo de los animales, buscando que estos produzcan más con menos (tiempo, alimento, espacio, etc.).

En esta búsqueda, uno de los factores que tiene más impacto en la productividad es la velocidad de crecimiento; y este factor tiene relación directa con la tasa metabólica.

Pero ¡atención! cuando se aumenta la tasa metabólica, también hay un incremento en la producción de calor (y de radicales libres) por parte de los animales. He ahí un factor que está inclinando la balanza cada vez más.

Eliminación de calor

Los cerdos no tienen glándulas sudoríparas funcionales, por lo tanto, las alternativas que le quedan para eliminar calor son las siguientes:

 

 

 

Si hemos definido que el estrés por calor es un desbalance, con el aumento de la tasa metabólica en los animales de rápido crecimiento estamos aumentando el calor producido, sin preocuparnos por aumentar en la misma proporción la eliminación de calor.

Presentación en la granja

El cuadro de estrés calórico se presenta principalmente en machos reproductores, cerdas gestantes, cerdas lactantes y cerdos en engorde.

En la granja podemos observar que los animales:

Entre las variables productivas, se detecta inmediatamente una disminución del consumo de alimento. Esto se hace evidente en engorde y cerdas lactantes, donde queremos que los animales consuman el máximo alimento posible para que produzcan más carne y leche, respectivamente.

 

Esta reducción de consumo de alimento está directamente ligada a lo señalado líneas arriba: la tasa metabólica. Cuando el cerdo ingiere alimento aumenta su tasa metabólica y, en consecuencia, aumenta su producción de calor.

Leer también “Antioxidantes y estrés oxidativo”

 

Consecuencias

Las consecuencias de la presentación de estrés por calor en cerdos son diversas y están relacionadas al calor y al estrés, de manera combinada e individual.

Como ya hemos señalado, el calor trae como consecuencia una disminución en el consumo de alimento, esto va a limitar la disponibilidad de nutrientes para la deposición de músculo y la producción de leche.

 

En teoría, si se disminuye el consumo de alimento no necesariamente debería disminuirse la eficiencia del animal, ya que si la producción disminuye en la misma proporción que el recurso (alimento) podría mantenerse la conversión alimenticia (ejemplo, si el animal consumía 4 y producía 2, ahora por efecto del calor consumiría 2 y produciría 1, en ambos casos la conversión alimenticia se mantendría en 2) sin embargo, esto no es así.

El profesor Juarez Lopes Donzele de la Universidad de Viçosa en Brasil, ha demostrado que en monogástricos, el efecto del calor afecta también la conversión alimenticia, es decir, que hay un efecto negativo donde se suma la menor producción (relacionada a un menor consumo de alimento) con una menor eficiencia de utilización del (poco) alimento consumido:

 

Por ejemplo, si el animal consumía 4 y producía 2, ahora por el efecto del calor consumiría 2 y produciría menos de 1.

En machos reproductores, causa disminución de la calidad espermática, punto crítico para el cumplimiento de la cuota de monta y el mantenimiento del volumen de producción de la explotación.

En hembras lactantes se observa dificultad para lograr los tan ansiados 7 kg de alimento ingerido por día (promedio), las hembras prefieren consumir agua y muestran resistencia a levantarse a comer. La cerda continúa produciendo leche, así no ingiera nutrientes suficientes para cubrir sus otras demandas nutricionales (mantenimiento, crecimiento, producción, reproducción).

 

En hembras lactantes se observa dificultad para lograr los tan ansiados 7 kg de alimento ingerido por día (promedio), las hembras prefieren consumir agua y muestran resistencia a levantarse a comer. La cerda continúa produciendo leche, así no ingiera nutrientes suficientes para cubrir sus otras demandas nutricionales (mantenimiento, crecimiento, producción, reproducción).

La mortalidad por shock térmico es otra consecuencia que se ve en la granja, a menudo en cerdos de engorde en sus últimos días en la granja o en el embarque/transporte al matadero.

Recordemos que los animales llegan a estas fases con un crecimiento aproximado de 1 kg por día, con un metabolismo acelerado y produciendo mucho calor endógeno (muchos hemos experimentado el calor que se siente al pasar por un corral de engorde con animales de 100 kg de peso vivo, sólo acercando la mano a la altura de los animales).

 

Estos mismos animales necesitan eliminar mucho calor, es por esto que entran en un estado de jadeo intenso, desbalance electrolítico y taquicardia, lo que puede conllevar en muerte.

Adicionalmente tenemos otros efectos más difíciles de cuantificar en granja, pero que afectan igual o más el aspecto económico de la actividad, como son:

Ambos efectos comprometen la eficacia del sistema inmunológico para responder a desafíos (vacunación y contacto con desafíos microbiológicos en campo).

Esto podría ser la respuesta a por qué en temporadas de calor intenso se observa en la granja una disminución en el consumo de alimento y un aumento de la conversión alimenticia, así como también un aumento en los índices de morbilidad y mortalidad.

 

 

Cómo reducir su impacto negativo

Las herramientas que tenemos para mitigar los efectos del estrés calórico en los animales y algunos ejemplos son:

 

Un antioxidante se puede definir como aquella sustancia natural o artificial con capacidad para neutralizar y proteger a un sistema biológico frente a radicales libres, tales como los radicales de oxígeno, los de nitrógeno y los lipídicos.

 

Pero ¿Qué tiene que ver el estrés por calor con radicales libres (y estrés oxidativo)?

Pues, resulta que en condiciones de estrés, aumenta la producción de radicales libres y el estrés oxidativo (Jahanian; MirfendereskiI, 2015). Como lo mencionan estos autores, no solo el estrés por calor, sino cualquier tipo de estrés (por manejo, vacunación, destete, cambio de dieta, cambio de ambiente, crianza en altura, frío, etc.) nos va a llevar a un desequilibrio entre la producción de radicales libres y los sistemas antioxidantes que los neutralizan; desequilibrio conocido como estrés oxidativo.

Es de esta manera que el uso de antioxidantes ayuda a neutralizar el efecto negativo del estrés calórico en porcinos.

Ahora bien, para que un antioxidante cumpla este papel tiene que cumplir dos requisitos básicos:

A manera de resumen podemos señalar que en todas las regiones donde se producen cerdos hay épocas de calor que afectan negativamente el rendimiento de los animales, en algunos países de América Latina representan más de la mitad del año.

Sumado a las estrategias de control de ambiente y manejo mencionadas, el uso de antioxidantes potentes y estables ha demostrado ser eficaz para mitigar las pérdidas relacionadas al estrés por calor (y cualquier estrés), especialmente en reproductores, cerdas gestantes, cerdas lactantes y cerdos de engorde, produciendo un retorno de la inversión que justifica su uso. Para cualquier información adicional, agradeceré entrar en contacto.

 

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