Las operaciones modernas de pollos de engorde y cerdos han experimentado cambios drásticos en las prácticas de producción en los últimos 50 años. Estos hechos nos llevan a considerar la estructura del intestino, su funcionamiento ideal y cómo se puede influir para mejorar la salud y la productividad de los animales. Una buena estrategia para ayudar a aumentar estos cuatro pilares se refiere al mejor uso del patrón de fermentación de la fibra dietética.
Así comienza la presentación de una excelente revisión realizada por Choct (2015) perteneciente a un equipo de investigadores australianos de la Universidad de Nueva Inglaterra. Tradicionalmente, los nutricionistas de pollos de engorde han trabajado con el control del contenido de fibra cruda en la dieta animal, siendo este el único enfoque que se practica habitualmente.
- Sin embargo, en los últimos años, con el avance de los mecanismos de identificación de estas fracciones de fibra y con el desarrollo de aditivos nutricionales capaces de modular una comunidad intestinal específica, el uso de esta clase nutricional ha ido tomando cada vez más espacio en investigaciones científicas (Ricke et al., 2020; Jha & Mishra, 2021, Tejeda & Kim, 2021).
Sobre el tema, en una revisión reciente publicada por el equipo de investigación de la Universidad de Arkansas (Ricke et al., 2020), los autores describen que los prebióticos se conocen como carbohidratos no digeribles que estimulan selectivamente el crecimiento de bacterias beneficiosas, mejorando así la salud del ave.
Inicialmente, el prebiótico correspondiente llega al intestino del ave, sin ser digerido en el tracto gastrointestinal (TGI) superior, pero es usado selectivamente por ciertas bacterias consideradas beneficiosas para el anfitrión;
Históricamente, los granos de cereales no se han considerado como una fuente prebiótica, pero un trabajo más reciente (Maesschalck et al., 2015) indicó que algunas fracciones que comprenden la hemicelulosa y la pectina (especialmente Xiloligosacáridos – XOS), pueden comportarse como prebióticos cuando se incluyen directamente en una dieta animal o, incluso, cuando se generan por la reducción de las cadenas de los Polisacáridos No Almidonosos (PNA), a través de una hidrólisis enzimática.
- Sin embargo, dadas las diferencias de composición entre los cereales y otras fuentes de fibra, es fundamental filtrar cada fuente por sus posibles propiedades prebióticas.
Con el objetivo de acelerar el uso de este contenido como fuente prebiótica en aves, recientemente se lanzó al mercado un nuevo grupo de estos aditivos bajo el nombre de Estimbióticos.
Los Estimbióticos pueden definirse como aditivos capaces de estimular un microbioma para degradar las fibras y aumentar su fermentabilidad, incluso cuando se utilizan en dosis claramente bajas. Esto permite una contribución significativa a la producción de AGV (Bedford, 2019).
Jha et al. (2019) realizaron una revisión, analizando la interacción de la fibra dietética sobre la salud intestinal de animales monogástricos.
- Los autores comentan que los alimentos y co-productos alternativos con un alto contenido de fibra, pueden usarse en dietas para reducir los costos de los alimentos y optimizar la salud intestinal.
La fibra dietética es capaz de estimular el crecimiento de bacterias intestinales promotoras de la salud en el intestino delgado distal y en el intestino grueso.
La fibra dietética es capaz de estimular el crecimiento de bacterias intestinales promotoras de la salud en el intestino delgado distal y en el intestino grueso.
Existen investigaciones que incluso demuestran que la suplementación materna con fibra dietética llega a interferir como una nueva estrategia sugerida para mejorar el efecto de una microbiota beneficiosa y sobre el desarrollo inmunológico de su progenie (Bourgot et al., 2014).
Según los autores, un mecanismo por el cual la fibra dietética mejora la salud intestinal es mediante el mantenimiento de un ambiente intestinal anaeróbico que posteriormente evita que aumenten las cepas anaeróbicas facultativas patógenas.
Por tanto, es importante tener información sobre los diferentes tipos de fibra dietética y su papel en la optimización de la salud intestinal.
En otras dos publicaciones (Maesschalck et al., 2015; 2019) comparando dos tipos distintos de fuente de fibra: (un polímero a base de Glucosa β1-4 fracción insoluble denominada D-glucopiranosa β-1,4 no ramificada) x Xiloligosacáridos Fermentables, fueron realizados por el mismo equipo de investigadores de la Universidad de Ghent, Bélgica.
Esta comparación es importante, ya que fueron realizadas por el mismo equipo de investigadores, en la misma unidad y con el mismo protocolo experimental, pero con dos fuentes de fibra con características totalmente diferentes.
Los autores observaron que la administración de Glucosa β1-4 en dietas a base de trigo en pollos cambió la composición de la microbiota cecal. El día 26, hubo una abundancia significativamente mayor (P<0.01) para el género Alistipes en el ciego de pollos de engorde alimentados con una dieta suplementada con Glucosa β1-4, lo que sugiere que esta fracción de fibra no es esencialmente inerte y puede alterar el microambiente intestinal; aunque no se observaron cambios en el rendimiento de las aves (P>0.05).
La adición de fuente de fibra fue del 0,2% de los 1 a 13 días de edad y del 0,5% de las aves de 14 a 39 días de edad.
Además, el número de copias del gen que codifica la enzima bacteriana clave para la producción de butirato (butiril-Co A:acetato CoA transferasa) aumentó significativamente (P<0.05) en el ciego de aves a las cuando se administró los XOS, indicativo del vigoroso proceso de fermentabilidad cecal y producción de AGV.
- En este grupo de pollos de engorde, a nivel de especie, Lactobacillus crispatus y Anaerostipes butyraticus aumentaron significativamente (P<0.05) en abundancia en el colon y ciego, respectivamente.
Estos datos muestran que los efectos beneficiosos de XOS sobre el rendimiento de los pollos de engorde cuando se agrega al alimento, o cuando se obtiene a través de la hidrólisis enzimática de fracciones de fibra específicas normalmente presentes en las dietas. Eso se puede explicar por la estimulación de bacterias productoras de butirato a través de la producción cruzada de lactato y efectos posteriores del butirato sobre la función gastrointestinal.
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