Un consorcio catalán crea un sistema que aprovecha residuos agrícolas mediante el uso de insectos para crear abonos y piensos
- El proyecto, surgido del consorcio entre la Cooperativa Agraria Conca de la Tordera y el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA), se centra en la cría de larvas de mosca soldado para dar una segunda vida a restos vegetales en un proceso basado en la biotecnología y la economía circular.
- La iniciativa ha contado con el apoyo del Gobierno, por medio de ACCIÓN (Departamento de Empresa y Trabajo), a través de una ayuda de 122.409 euros provenientes de la línea Núcleos de I+D Green en economía circular.
- El consorcio, con la colaboración de la Federación de Agrupaciones de Defensa Vegetal Selmar, ha realizado las primeras pruebas en campos agrícolas del Alto Maresme con el objetivo de escalar el proyecto y empezar el proceso de comercialización próximamente.
Un consorcio formado por la cooperativa agraria Cuenca de la Tordera, el Instituto de Investigación y Tecnología Alimentarias (IRTA) ha desarrollado un sistema basado en la biotecnología, entomología y la economía circular para dotar de una segunda vida los residuos agrícolas a partir de insectos. En concreto, el proyecto se centra en la cría de larvas de mosca soldado (Hermetia illucens) que se alimentan de restos vegetales (como por ejemplo excedentes de producción o el tallo del puerro, por ejemplo) y, después del proceso de degradación, permitan obtener un compuesto que sirva como abono. También colabora la Federación de Agrupaciones de Defensa Vegetal Selmar.
Para llevar a cabo este proyecto, el consorcio ha contado con la ayuda del Gobierno, por medio de ACCIÓN -la agencia para la competitividad de la empresa del Departamento de Empresa y Trabajo-, con una ayuda de 122.409 euros provenientes de la línea Núcleos de I+D Green en economía circular, destinada a iniciativas de investigación y desarrollo relacionados con los residuos para iniciar nuevos procesos a la empresa o mejorar los existentes a partir de innovaciones tecnológicas.
El proyecto tiene como punto de partida la necesidad de Cuenca de la Tordera de gestionar sus residuos agrarios y la posibilidad de hacer frente a partir del uso de insectos que se alimenten de estos restos. Este objetivo se suma a la experiencia de la IRTA en el ámbito de la entomología, contribuyendo a la robustez del proyecto desde el punto de vista científico. De este modo, según el responsable del proyecto en la IRTA, Jordi Riudavets:
“la innovación del proyecto rae sobre todo en el hecho que por un lado, se aprovecha un residuo que no tenía cabe otro uso hasta ahora, como fuente de alimento para la cría de los insectos que, cuando crecen, completan todo el ciclo y acaban compostando este producto, que se puede convertir en abono”.
En una primera fase, el proyecto se ha centrado en la implementación del sistema de cría de larvas de moscas soldado escalable para que sea suficientemente productivo para suministrar la cantidad necesaria de insectos que permita reciclar los restos vegetales con que se alimentan. Riudavets explica la importancia de este primer paso, que permita “determinar el número exacto de larvas necesarias para tener un porcentaje de degradación de productos hortícolas más elevado”.
En un segundo estadio, los insectos criados participan en el proceso de degradación y reutilización de restos vegetales para convertirlas en fuente de abono y compostaje. De este modo “se puede optimizar el rendimiento económico y de recursos a la vegada que se maximiza el volumen de residuos aprofitables”, asegura. De hecho, el objetivo del proyecto es “tener la capacidad de reutilizar como mínimo la mitad de los residuos vegetales”, especifica Riudavets.
La primera fase de testaje se ha realizado a las instalaciones de la Cooperativa Cuenca de la Tordera, que recibe la producción agrícola de campos de la zona de Malgrat de Mar, Palafolls, Santa Susanna, Tordera (Maresme) y Blanes (La Selva). El consorcio también ha trabajado con la Federación de Agrupaciones de Defensa Vegetal Selmar, que les ha facilitado una unidad de cría de larvas de mosca soldado para el proyecto.
Ya han elaborado pruebas a pequeña escala para determinar la calidad del compuesto creado y su utilidad para mejorar los cultivos, que próximamente quieren ampliar. De cara a los próximos meses, el consorcio prevé implementar el sistema a sus propias instalaciones y trabaja en la escalabilidad del proyecto para comercializar al mercado del sector agrícola.
A partir de los resultados del proyecto, una vez escalada la producción, el objetivo de Cuenca de la Tordera es contar con una nueva línea de negocio, tanto de venta de abono a sus socios y clientes como de apoyo técnico en la gestión de residuos agrícolas. Cuenca de la Tordera es una cooperativa agraria establecida en Palafolls y Santa Susanna (Maresme) y Blanes (La Selva) y especializada en la recepción, manipulación y distribución de los productos de sus asociados: verduras, judía de la aguja de gancho y tomacó. Cuenta con 92 trabajadores en plantilla y genera un volumen de negocio de 13.298,004 euros.
El Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) está adscrito al Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación de la Generalitat de Cataluña. Tiene el objetivo de modernizar, impulsar la competitividad y el desarrollo sostenible de los sectores agrario, alimentario, agroforestal, acuícola y pesquero a partir de fomentar la I+D tecnológica y facilitar la transferencia de los adelantos científicos al conjunto del sector.