Un estudio realizado en el Altiplano de San Marcos, Guatemala, destaca el valor nutricional y el uso agroforestal de las especies leñosas forrajeras en la alimentación de pequeños rumiantes, tales como ovejas y cabras.
La investigación, titulada «Uso de Leñosas Forrajeras con Enfoque Agroforestal y su Contenido Nutricional en Alimentación de Pequeños Rumiantes en el Altiplano de San Marcos, Guatemala», fue conducida por Rubén Francisco Ruiz Mazariegos y Gesly Bonilla, de la Universidad de San Carlos de Guatemala, junto a Herminio Boira Tortajada, de la Universidad Politécnica de Valencia, España.
Los autores detallan cómo las especies forrajeras evaluadas, que incluyen árboles y arbustos como Erythrina berteroana y Morus alba, proporcionan altos niveles de proteína cruda (PC) y digestibilidad de la materia seca (DIVMS), superando incluso a algunos pastos tropicales.
Además, estas plantas no solo son nutricionalmente ricas, sino que también desempeñan un papel esencial en la sostenibilidad de los sistemas agroforestales al conservar la humedad del suelo y aportar nutrientes.
Desarrollo del ensayo
El equipo de investigación realizó su trabajo en cuatro localidades de la microcuenca del río Naranjo, abarcando áreas de altitudes entre 2.461 y 2.578 metros sobre el nivel del mar.
Se evaluaron los sistemas agroforestales existentes, como los sistemas mixtos con cultivos agrícolas y pastos asociados con árboles que no solo enriquecen el suelo, sino que también generan leña y madera.
Resultados
Se encontraron niveles de proteína superiores al 20% en especies como Ficus sp. y Morus sp., mientras que la ingestión del follaje de Morus alba permitió a las cabras alcanzar un consumo de hasta el 3,5% de su peso vivo.
Estos valores nutricionales pueden cubrir hasta un 75% de las necesidades energéticas digestibles para el mantenimiento y un 100% de los requerimientos de proteína de los animales.
El impacto de estos hallazgos es significativo para los pequeños productores del altiplano, ya que el uso de estas especies forrajeras contribuye a una producción ganadera más sostenible y eficiente, reduciendo la necesidad de alimentos comerciales costosos y promoviendo prácticas respetuosas con el medio ambiente.
La investigación concluye que la integración de especies leñosas forrajeras en los sistemas agroforestales puede mejorar la productividad animal y, al mismo tiempo, beneficiar la salud del ecosistema.