DISCUSIÓN
La cuestión que se dilucida es hasta qué punto las micotoxinas son o no un problema real en nuestros países. |
Evidentemente, la respuesta no será la misma si lo comentamos con un representante de una empresa que producen aditivos de control de micotoxinas, con un técnico de campo, o con un nutricionista, ni será la misma en diferentes países (en algunos de Latinoamérica se consideran un problema grave a lo largo del año)
Cuando discutimos en relación a su presencia o no en los alimentos de las aves, debemos diferenciar al menos entre dos categorías de problemas asociados con su presencia: los problemas clínicos más o menos evidentes que la presencia de un nivel elevado de una micotoxina concreta puede producir, y un posible problema productivo, o subclínico, que la presencia general de estas sustancias acarree, en términos zootécnicos. |
Por otra parte, cada empresa cuenta con los resultados analíticos de sus laboratorios, pero esta no deja de ser una visión parcial de la posible realidad de un país.
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Me refiero en primer lugar a los análisis realizados por Qualimat a los maíces que han entrado en el país desde Enero de 2021.
En relación al maíz
Se muestra en primer lugar la evolución del parámetro micotoxinas total (suma de todas las micotoxinas encontradas en los análisis, sin determinar cuál en concreto, se analizan Fumonisina B1 y B2; Toxina T2 y HT2; Aflatoxina B1; Ocratoxina A: DON y Zerealenona)
También se observa un evidente incremento del nivel de la suma de micotoxinas en el segundo trimestre del año, de modo que un primer resumen de este efecto trimestral sería el siguiente:
Aunque los niveles hallados no son especialmente altos, sí se reproduce esta diferencia entre trimestres a lo largo del año. En cuanto a valores individuales, los mayores niveles de presencia se observan en las Fumonisinas y el DON, unos 10 veces mayores que los correspondientes a Zerealenona y T2 y con una presencia residual de Aflatoxina B1 y Ocratoxina A. |
En general, Fumonisina suele ser la micotoxina que se observa con mayor frecuencia en los análisis de las diferentes materias primas.
SI HACEMOS UN ANÁLISIS SIMILAR PARA EL TRIGO, OBTENEMOS ESTA TENDENCIA:
En primer lugar, llama la atención que los niveles de la suma total de micotoxinas son bastante más altos (entre cinco y seis veces más) que los correspondientes al maíz, lo que no deja de ser un hallazgo interesante.
En cuanto a la distribución por trimestres, en el caso del trigo da la impresión de que el más complicado puede ser el cuarto.
En el caso de la presencia relativa de cada una de las micotoxinas, en el caso de los trigos analizados, la más prevalente, con una importante diferencia es el DON, con valores cinco veces superiores a los de Fumonisinas, T2 o Zerealenona, y residuales de Aflatoxina u Ocratoxinas (pero siempre muy superiores a los del maíz) |
Finalmente, para los DDG, que es materia prima con justa fama de potencialmente peligrosa, la evolución del dato es al siguiente:
En este caso, después de unos años bastante estables en cuanto a su presencia en los DDG, la evolución del dato no puede ser más reveladora, con un incremento notabilísimo de su presencia, cinco o seis veces superior a la anterior (particularmente en el segundo y tercer trimestre).
En este caso, la micotoxina más prevalente es de nuevo la Vomitoxina (DON), seguida a cierta distancia por las Fumonisinas, y valores mucho menores del resto (especialmente Ocratoxina y Aflatoxina).
COMENTARIOS
Desde luego, da la impresión de que la presencia de micotoxinas, en términos generales, ha sido este año 2023 especialmente significativa en nuestro país, y que esta es la consecuencia de una determinada tendencia ascendente que se aprecia desde principios de 2021.
Por un lado, tenemos las lesiones que las micotoxinas pueden provocar en los animales, y que generan procesos patológicos más o menos evidentes. |
También podemos encontrar micotoxinas, de nuevo en valores relativamente bajos, en la aparición de lesiones de hígado graso, especialmente en ponedoras de cierta edad. De nuevo, la presencia de micotoxinas se ha descrito que es uno de los factores predisponentes más evidentes de dicho proceso. |
Si hay micotoxinas es que, en algún momento, los hongos han colonizado la materia prima o el pienso.
Y es posible que, bien por tratamientos antifúngicos o por la propia naturaleza de la contaminación, estos hongos ya hayan desaparecido, de modo que no se puedan encontrar en un análisis específico.
Pero si los hongos han estado presentes en el producto, hasta el punto de poder producir un nivel de micotoxinas detectable, es evidente que han debido alimentarse de los nutrientes de esta materia prima o alimento. |
Así que podemos estar seguros que si una materia prima presenta presencia de micotoxinas en un grado mayor o menor su valor nutricional se reducirá.
Merece la pena detenerse a considerar esto, y tratar de cuantificar, de una forma más o menos razonable dicha pérdida antes de limitarnos a decir que realmente las micotoxinas no representan ningún tipo de problema en la actualidad en nuestro país. |