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“Minerales orgánicos”: ¿Sabes realmente lo que estás comprando?

Minerales

“Minerales orgánicos”: ¿Sabes realmente lo que estás comprando?

Introducción

La suplementación de minerales traza en los años 50 y 60 se ha basado en investigaciones que establecieron las necesidades mínimas de estos nutrientes para las más variadas especies de animales de producción. El fundamento básico en aquellos estudios consistía en determinar la cantidad mínima de cada mineral suplementado en las dietas a partir de la cual los animales no demuestren señales claras de carencia. Incluso en publicaciones más recientes como el NRC por ejemplo, tienen en cuenta las investigaciones realizadas en medio del siglo pasado; ¡créelo!

No se han realizado nuevos estudios, por una serie de razones que no se discutirán aquí. El hecho es que la agroindustria, de una manera más práctica, ha determinado sus propios niveles de suplementación, después de ello, las empresas genéticas han publicado tablas de niveles en sus manuales y actualmente, las agroindustrias y otros productores utilizan de forma rutinaria niveles más altos de suplementación de minerales traza por numerosas razones.

Para mayor claridad, minerales traza que pueden ligarse a moléculas orgánicas son los metales de transición: zinc, cobre, manganeso, hierro, cobalto y cromo. El selenio, clasificado como no metálico, a su vez, necesita un proceso diferente para ser incorporado a una molécula orgánica, ya que no puede ser quelado; pero esto lo dejamos para otra conversación.

 

El nacimiento de los “Minerales Orgánicos”

A finales de la década de 1960, se ha empezado a investigar y utilizar una nueva clase de minerales traza para suplementar los animales de producción. Los investigadores observaron que cuando se unía un mineral traza a una molécula de aminoácido, la utilización de este mineral por el organismo animal era optimizada. Las primeras observaciones de mejora de la utilización de minerales complejos tuvo éxito mediante pruebas de biodisponibilidad en animales de laboratorio y luego en la mejora substancial en el desempeño de los animales de producción.

Con el lanzamiento de nuevos productos por las industrias productoras de minerales, con diferentes conceptos de formación de complejos, se comprendió que los productos de diferentes proveedores tenían en común el hecho de que el mineral traza estaba vinculado a una cadena de carbono.

 

Desde un punto de vista químico, el término “mineral orgánico” es incorrecto, ya que el mineral que está presente en una molécula “inorgánica” (sulfato de zinc, por ejemplo) es el mismo que está presente en una molécula “orgánica” (complejo zinc-aminoácido). Lo que diferencia las dos moléculas es la parte que está conectada al mineral. En otras palabras, lo orgánico es, de hecho, el ligando de este mineral.

A pesar de la terminología incorrecta, usaremos el término habitual de la industria, que es el mineral inorgánico (ITM, del inglés “Inorganic Trace Mineral) y el” mineral orgánico “(OTM, del inglés Organic Trace Mineral).

Dejando de lado las definiciones químicas, las empresas que producen y comercializan este tipo de productos utilizan el término OTM con el obvio objetivo exponer todos los productos a la misma base de comparación, dando la impresión de que todos estos productos son iguales, lo que no es verdad. Con esto, se genera un verdadero caos, con errores hasta cierto punto absurdos en la evaluación de estos productos. Para poner un poco de orden en todo esto, la AAFCO, la asociación estadounidense de productores de alimentos para animales, ha adoptado una categorización de “minerales orgánicos”, clasificando los productos en grupos, que se describen abajo:

 

 

 

 

 

Esta categorización adoptada por AAFCO tiene, lamentablemente, serias deficiencias. Solo toma en consideración la clasificación química de los productos, no evaluando las diferencias prácticas, como por ejemplo, la absorción y metabolización de los minerales en cuestión y, más importante, cuáles son los resultados de usar cada uno de estos productos en relación al desempeño de los animales suplementados por ellos. Pequeñas diferencias químicas pueden producir resultados completamente diferentes. Por tanto, mantenga este mensaje:

Por tanto, para que el “mineral orgánico” pueda realizar todas sus funciones de forma diferenciada, debe ser absorbido intacto por el enterocito, y para ello su estructura química debe cumplir con los 4 atributos siguientes:

 

 

 

Si el mineral traza no cumple con al menos uno de estos atributos, ofrecerá menos beneficios al animal y no mejorará significativamente su salud y rendimiento. Los resultados del desempeño deben ser demostrados. En el caso de Zinpro, además de que sus productos tienen moléculas que cumplen con los 4 atributos; sus resultados están probados en más de 270 publicaciones científicas.

Por estas razones y otras innumerables, y también para facilitar la comprensión, podemos sintetizar los minerales traza del mercado en básicamente 3 grupos:

INORGÁNICOS El más común y económico de los minerales traza. Tienen su función, pero no pueden hacer mucho por sus animales.

ORGÁNICOS Encontramos innumerables tipos en el mercado; son minerales traza conectados a un ligando orgánico; pero que la mayoría de las veces forman moléculas con estructuras químicas que no permiten que el mineral se absorba intacto; por una o más causas. Motivo por lo cual los resultados de rendimiento de estos productos fluctúan tanto.

Por lo poco que se comentó aquí, sí hay mucho más por aclarar y demostrar, podemos concluir que definitivamente los “minerales orgánicos” no son todos iguales y no siempre cumplen el papel prometido.

Por tanto, antes de usar un producto, busque a alguien que sea una referencia para obtener más aclaraciones. Desde el proceso de producción y el control de calidad, pasando por el conocimiento de todas las etapas biológicas hasta la prueba científica del mejor desempeño y calidad de vida de los animales.

Estamos disponibles para mayor aclaración; y seguiremos evolucionando juntos. ¡En Zinpro somos mucho más que minerales!

 

Leer también “Absorción del zinc e interacciones antagonistas en el tracto digestivo”

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