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Moringa Olefeira como alternativa forrajera durante la sequía

Las condiciones de sequía pueden afectar considerablemente a la producción agrícola, sobre todo en regiones donde el ganado depende de una disponibilidad constante de forraje.

Ante los retos que plantean los periodos de sequía prolongada, los investigadores están estudiando especies vegetales alternativas que puedan proporcionar una fuente fiable de nutrición al ganado. La Moringa oleifera, una planta resistente, se perfila como una opción prometedora para alimentar al ganado durante las sequías.

Beneficios nutricionales y medioambientales de la moringa

La moringa ofrece una serie de beneficios nutricionales que la convierten en una atractiva alternativa forrajera.

Además de su valor nutritivo, la moringa tiene ventajas medioambientales. El aceite de la planta tiene propiedades antimicrobianas que pueden reducir la presencia de bacterias nocivas en el tracto gastrointestinal de los animales.

Además, la alimentación de rumiantes con moringa se ha asociado a una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, contribuyendo así a reducir la huella medioambiental de la ganadería.

Consideraciones sobre el cultivo y la gestión de la moringa

Aunque la moringa es una planta resistente y tolerante a la sequía, ciertas prácticas de gestión son esenciales para maximizar sus beneficios como forraje.

Otra consideración importante es la gestión del crecimiento de la planta, sobre todo la altura a la que se cosecha. Mantener una proporción equilibrada entre tallos y hojas es crucial para garantizar la digestibilidad y la calidad nutricional del forraje. Cosechar la moringa a una altura óptima puede ayudar a conseguir este equilibrio, lo que se traduce en mejores resultados cuando la planta se utiliza como ensilaje o alimento directo.

Recomendaciones generales para el cultivo de la moringa

La moringa puede propagarse fácilmente a partir de semillas y requiere unos cuidados mínimos, lo que la hace adecuada para regiones con recursos limitados. La planta puede cultivarse con distintas densidades en función del rendimiento deseado y de las posibilidades de gestión. Mientras que las densidades más altas pueden aumentar la producción total de forraje, una plantación más espaciada puede facilitar la gestión y el mantenimiento.

Para obtener un crecimiento y una calidad de forraje óptimos, se recomienda iniciar el proceso de plantación utilizando métodos controlados, como la germinación de semillas en tubos, antes de trasplantarlas al campo. Este enfoque permite un mejor control de las fases iniciales de crecimiento y ayuda a mitigar problemas como la competencia de las malas hierbas y las plagas.

Conclusiones

La Moringa Oleifera representa una opción viable para los ganaderos que buscan fuentes alternativas de forraje en condiciones de sequía. Sus beneficios nutricionales, unidos a su resistencia a entornos adversos, la convierten en una valiosa incorporación a las prácticas ganaderas sostenibles.

Sin embargo, para que el cultivo y el uso de la moringa como forraje tengan éxito, es necesario gestionar con cuidado el control de plagas, el crecimiento de las plantas y la reposición de nutrientes, a fin de garantizar los mejores resultados tanto para el ganado como para el medio ambiente.

Fuente: Instituto de Zootecnia

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