El calentamiento global supone una amenaza creciente para la producción animal y el sector porcino, ya que los períodos sostenidos de altas temperaturas son cada vez más frecuentes.
REGULACIÓN DE LA TEMPERATURA CORPORAL EN PORCINO
Los cerdos tienen un metabolismo elevado y producen un calor considerable, además en comparación con otras especies de animales de granja, los cerdos son más sensibles a las altas temperaturas ambientales porque tienen un tejido subcutáneo grueso, glándulas sudoríparas subdesarrolladas y no jadean de forma eficiente.
Cuando los cerdos no pueden disipar el calor corporal debido a las altas temperaturas ambientales, entran en lo que se conoce como estrés por calor.
La percepción del ambiente termal no depende únicamente de la temperatura del aire, sino que aspectos como su velocidad, humedad, la temperatura de las superficies próximas o la posibilidad de mojar la piel, son factores determinantes en el confort térmico de los animales en general y de las cerdas en particular. |
Los cerdos responden al estrés por calor activando un complejo de factores fisiológicos, conductuales y mecanismos anatómicos destinados a facilitar la pérdida de calor o minimizar la ganancia de calor del medio ambiente.
Cuando la sensación térmica aumenta, los cerdos son capaces de disipar el exceso de calor mediante procesos de convección, radiación, conducción y evaporación:
Figura 1. Mecanismos de pérdida de calor a 24o y a 34oC.
(Renaudeau et al., 2014). Adaptado de INRA UMR PEGASE, H. Flageul
IMPACTO DEL ESTRÉS POR CALOR EN LA CERDA LACTANTE
Desde el siglo XIX, los esfuerzos de los genetistas en la industria porcina han conseguido incrementar la productividad, resultando en cerdas con muchos más lechones por parto y produciendo mucha más leche que en el pasado. Además, la selección en crecimiento de los engordes ha acarreado un aumento del peso vivo de las cerdas.
La consecuencia de todo esto es que las cerdas están produciendo más calor, que debe disiparse, sin mucho esfuerzo, para evitar entrar en “estrés”.
Además, las respuestas directas de las cerdas al estrés por calor afectan el crecimiento de los lechones (Renaudeau and Noblet, 2001).
Para intentar tener una visión de conjunto de las consecuencias del calor en cerdas, se ha realizado una revisión de literatura (638 trabajos, 94 seleccionados) y el metaanálisis correspondiente (Bjarne Bjerg, et al 2020). |
Los parámetros analizados en esta revisión fueron:
Ritmo respiratorio
Gráfico 1. Frecuencia respiratoria en función de la temperatura del aire (Bjarne Bjerg, et al 2020).
Mientras la temperatura del aire está por debajo de los 20ºC, la tasa respiratoria media fue de 26 bpm. A partir de los 25ºC la frecuencia respiratoria aumentó en aproximadamente 6 bpm por cada grado que aumenta la temperatura del aire.
Temperatura rectal
La temperatura rectal aumentó aproximadamente 0,075 ºC/ºC de aumento de la temperatura ambiental, y esta cifra aumentó a 0,099 ºC/ºC cuando las comparaciones incluyeron sólo los estudios en los que el grupo de baja temperatura, ésta fue superior a 20ºC.
Temperatura de la piel
La temperatura de la piel en el flanco, la espalda y la ubre aumentó en promedio 0,29 ºC por ºC de aumento de la temperatura del aire incluyendo todos los estudios.
Gráfico 3. Temperatura de la piel en función de la
temperatura del aire (Bjarne Bjerg, et al 2020).
Consumo de pienso
De media, la ingesta de alimento disminuyó en 230 g /día y ºC. Sin embargo, no se observó un efecto significativo de la temperatura del aire cuando las cerdas se expusieron a una temperatura por debajo de 27 ºC. Cuando las cerdas se expusieron a una temperatura del aire de 27 ºC y superior, la ingesta diaria de alimentación se redujo en 270 g /día y ºC.
Gráfico 4. Consumo en función de la temperatura
de aire (Bjarne Bjerg, et al 2020).
Producción de leche
La producción de leche disminuyó una media de 184 g/día y ºC. Sin embargo, ninguno de los estudios presentó resultados que indicaron un efecto estadísticamente significativo de las temperaturas del aire por debajo de 27 ºC.
Tabla 1. Reducción de la producción de leche a temperaturas a temperaturas del aire elevadas (Bjarne Bjerg, et al 2020).
Pérdida de peso
Gráfico 5. Perdida de peso en función de la
temperatura del aire (Bjarne Bjerg, et al 2020).
La pérdida de peso corporal de las cerdas aumentó en 1,5 kg/ºC durante la lactación. De forma similar a los resultados presentados para la ingesta de alimento y la producción de leche, no se encontraron efectos significativos de las temperaturas del aire por debajo de 27 ºC para la pérdida de peso.
Gráfico 2. Intercambio térmico (calor) entre un cerdo y su con predicción de diferentes
estrategias de refrigeración en relación con el intercambio de calor (Mayoraga et al. 2018).
Ganancia de peso de la camada
Gráfico 6. Ganancia de peso de la camada en función
de la temperatura del aire (Bjarne Bjerg, et al 2020).
A partir de una temperatura ambiental de 25ºC, la ganancia de peso diaria de la camada disminuyó de media 49 g /día y ºC (incluyendo todos los estudios)
Con los datos anteriores, en el caso de la cerda lactante sometida a una temperatura de 27ºC, el efecto sobre su productividad sería el siguiente:
parámetros productivos de la cerda lactante (Bjarne Bjerg, et al 2020).
Si tenemos en cuenta que las cerdas lactantes prefieren una temperatura de 15–18 °C (Park and Oh 2017), la mejor manera de combatir el calor es disponer de instalaciones adecuadas
PIROTERM, LA SOLUCIÓN FITOGÉNICA PARA MITIGAR EL EFECTO DEL ESTRÉS POR CALOR EN LA CERDA
En algunas situaciones, especialmente en el caso de instalaciones viejas, no se disponen de las instalaciones adecuadas que permitan el confort térmico de las cerdas.
Durante la prueba, la temperatura media diaria en la zona fue de 26.7ºC, oscilando entre los 19.4 y los 40.2ºC
El número de cerdas lactantes en el experimento fue de aproximadamente 700 (17% primer parto), divididas en dos grupos dependiendo si el pienso contenía o no Piroterm.
Los resultados de campo que pudieron medirse indicaron lo siguiente:
Tabla 3. Parámetros productivos en la cerda tras la suplementación del pienso de lactación con Piroterm.
CONCLUSIÓN