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¿Por qué se han vuelto necesario los aromatizantes en la ganadería?

Los aromatizantes llevan utilizándose muchos años en la alimentación animal con el fin de garantizar su palatabilidad. Sin embargo, estas sustancias pueden ir más allá de la simple nota aromática aportando características adicionales que favorecen la producción animal.

¿Cómo pueden ser beneficiosos los aromatizantes para la ganadería?…

La fisiología de los animales

Los animales están mejor equipados que los humanos a la hora de oler y probar lo que comen.

Por ejemplo, una vaca tiene 20 000 papilas gustativas (Davies et al, 1979), cuando los humanos solo tienen unas 4 600 (Witt & Reutter, 2015).

El epitelio olfativo, esencial para oler y probar, tiene una superficie aproximada de 30 000 mm² en los cerdos salvajes (Pihlström et al, 2005), y de solo 1 125 mm² en humanos (Pihlström et al, 2005).

Método Porter : sensabilidad natural a las móleculas olfativas

Todos los animales tienen una sensibilidad natural a las moléculas olfativas y el Método Porter (Porter et al, 1999) adaptado (Noirot & Gabarrou, 2017) establece la manera de identificar las moléculas olfativas que atraen a los animales o que, por el contrario, los repelen.

Método Porter © Imagen : Laboratories Phodé

Este reconocido protocolo científico se basa en el modelo del polluelo, un animal con receptores olfativos fácil de manejar.

Su principio consiste en observar la reacción de los polluelos cuando se les presenta una molécula olfativa específica delante del pico, donde se sitúan los receptores.

Las moléculas se introducen en un gotero y se liberan ejerciendo varias presiones en el mismo.

 

Los animales también tienen preferencias naturales hacia sabores específicos. Los animales jóvenes, como los lechones o los terneros, prefieren el sabor dulce. Los rumiantes prefieren las notas olfativas verdes y se sienten atraídos por una cierta acidez.

 

Aprovechar la fisiología del animal para favorecer la producción animal con los aromatizantes

El olor es el primer contacto que el animal tiene con su pienso, seguido por el gusto. Teniendo en cuenta la sensibilidad de los animales hacia los olores y los sabores está claro que los aromatizantes pueden contribuir a favorecer la producción animal.

Los beneficios de los aromatizantes para el ganado dependen de diversas áreas de especialización que van más allá del campo aromático.

→ Los animales son neofóbicos

Incluso un cambio de olor o sabor, considerado como algo nuevo en su entorno, puede tener un impacto negativo en su consumo de pienso.

 

El zoólogo Konrad Lorenz (1903 – 1989) identificó y caracterizó la impronta como una facultad de aprendizaje a través de los sentidos, desde el nacimiento hasta un período de tiempo variable en función de la especie y el individuo.

Cuando nace un ser humano o un animal, lo primero que hace es respirar aire y las moléculas olfativas presentes a su alrededor.

Basándose en este mecanismo de la impronta, los aromatizantes pueden administrarse con el fin de evitar la caída del consumo de pienso durante el destete y las transiciones alimenticias.

Todas estas fases tienen algo en común: suponen una novedad para los animales y estrés. La incorporación de un mismo aromatizante en el pienso de la madre y en los posteriores piensos de los animales jóvenes hará que sea percibido por el ganado joven como un parámetro estable, que los animales siempre han conocido y que no cambia. Los animales lo reconocerán en cada ocasión y no percibirán el pienso como una novedad, haciendo que resulte más fácil mantener su consumo de pienso durante estas etapas críticas.

→ El olor y la memoria

Además, el olor y la memoria están estrechamente relacionados. La percepción hedónica de un olor y su comportamiento relacionado es el resultado de la memorización conjunta del propio sabor y del contexto emocional vinculado al mismo. Esta es la razón por la cual un olor percibido durante el período perimaterno de los mamíferos siempre se integra como atractivo y tranquilizador.

 

La última palabra en cuanto a los buenos y malos sabores la tienen los animales… ¡y el aromatizante!

Parece lógico hablar de sabores y olores agradables con los aromatizantes, pero también lo es hablar de malos sabores. Estos pueden deberse al uso de determinadas materias primas, combinaciones o compuestos, como puede ser una cantidad importante de colza o la presencia de minerales.

Como hemos comentado más arriba, los animales son excelentes probando y oliendo, tanto las notas agradables como las desagradables.

Y los sabores desagradables representan un problema importante, ya que provocan la caída del consumo de alimentos.

Los aromatizantes desarrollados específicamente para ocultar los malos sabores pueden resolver este problema haciendo que se vuelva aceptable para los animales y permitiendo al fabricante de pienso seguir utilizando los ingredientes en cuestión.

 

El proceso de alimentación representa un desafío para los aromatizantes

Un aromatizante se compone de moléculas volátiles, lo cual es lógico: para poder ser detectadas por la nariz, las moléculas deben encontrarse en el aire.

Los aromatizantes tienen dos misiones completamente opuestas:

Las moléculas aromatizantes son unos compuestos frágiles debido a su volatilidad. Pese a ello, un aromatizante para piensos peletizados debe ser resistente a la peletización. De hecho, el proceso de peletización afecta al sabor e influye en su persistencia e intensidad, pudiendo también cambiar ligeramente su perfil olfativo.

 

Un aromatizante se puede desarrollar con una estructura bastante compleja para responder a las necesidades que puedan surgir tras la peletización reforzando las moléculas más sensibles para que sean resistentes al tratamiento térmico.  Pero siempre tiene que ser equilibrado para resultar agradable en su forma pura y poder utilizarse en piensos no peletizados.

« Los aromatizantes se adaptan a los diversos niveles de resistencia del proceso industrial frente a la peletización.

Figura. Ejemplo de complejidad y perfil equilibrado de un aromatizante (fuente: Phodé Ellipsense)

Conclusión

El olor constituye el primer paso antes de la ingesta de pienso, seguido de cerca por el sabor.

La fisiología de los animales los hace muy sensibles al olor y al sabor, de ahí que los aromatizantes puedan desempeñar un papel clave en su alimentación.

Al mejorar y suavizar el olor y el sabor del pienso, los aromatizantes dan respuesta a los desafíos que plantea la alimentación del ganado, como son la transición alimenticia, los cambios en las materias primas o los sabores desagradables. En lo que respecta al sabor, los edulcorantes representan una excelente opción junto con los aromatizantes para aumentar la palatabilidad del pienso.

Esta es la razón por la que, teniendo en cuenta todo lo anterior, los actuales desafíos de alimentación a los que se enfrentan los animales y la alta producción esperada, los aromatizantes se han convertido en una necesidad y una herramienta valiosa.

 

Los aromatizantes son un instrumento esencial para mejorar el better-being del ganado a través de su alimentación, lo que favorece la producción animal.

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