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Recomendaciones nutricionales para porcino Ibérico

Escrito por: Álvaro Fernández de Juan - Nutrición y Gestión S. L.

Recomendaciones nutricionales para porcino Ibérico. Una adaptación a los sistemas actuales.

Introducción

Antes de entrar en materia, hay que aclarar que, dentro del sector del cerdo Ibérico, existe actualmente una variedad considerable de sistemas de producción, genotipos y objetivos comerciales. Todo esto, unido a la particularidad de cada explotación y sistema de manejo, dificulta la recomendación de niveles nutricionales comunes para la fabricación de piensos
La obligatoriedad del cumplimiento de la Norma de Calidad del Cerdo Ibérico BOE-A-2014-318 (RD 4/2014), que afecta en gran medida a los programas de manejo y alimentación en función del objetivo de producción, sumado al progreso genético, ha provocado la modificación de las recomendaciones nutricionales existentes hasta la fecha

 

Este documento pretende destacar aquellos aspectos más relevantes asociados a las recomendaciones nutricionales para cerdos del cruce industrial Ibérica × Duroc, teniendo en cuenta las características de los sistemas productivos actuales para cumplir con la legislación, diferenciándose de las genéticas de tronco ibérico puras, especialmente en estirpes no mejoradas.

 

Contexto de cambios

De igual manera que ha ocurrido en el porcino de capa blanca, la reducción del uso de antibióticos, junto con la prohibición del uso de óxido de zinc, ha supuesto un reto en la alimentación de los lechones.

A este particular, se ha hecho necesaria la limitación de los niveles de proteína bruta (PB), el incremento moderado de los niveles de fibra bruta y la incorporación de diversos aditivos para reducir la alta incidencia de problemas digestivos causados por Escherichia coli y otros microorganismos patógenos presentes en nuestras granjas.

No obstante, la mayor rusticidad de los lechones Ibéricos hace que sus necesidades nutricionales sean inferiores a las de los de capa blanca, por lo que los piensos deben ser menos concentrados en nutrientes para priorizar la salud y el desarrollo digestivo de los lechones, dejando la productividad en un plano secundario.

Desde el punto de vista del sistema de alimentación, la Norma de Calidad del Cerdo Ibérico (RD 4/2014) establece tres denominaciones, diferenciando entre animales de bellota”, en los que los últimos 46 kg de peso vivo deben ser repuestos por el aprovechamiento exclusivo de bellota, hierba y otros recursos pastables de la dehesa; animales de cebo de campo”, que, aunque hayan podido aprovechar recursos del campo, han sido alimentados con piensos; y animales de cebo”, que han sido alimentados exclusivamente con pienso. 

 

Dentro de las recomendaciones para animales “de cebo”, la mejora genética de la raza Duroc dentro del cruce industrial ha aumentado la capacidad de deposición magra de estos animales, lo que se traduce en necesidades superiores de energía y de aminoácidos (AA) respecto a las razas no mejoradas.

Por ello, en los piensos de crecimiento (FEDNA, 2023), los niveles de AA respecto a la PB son superiores a los presentes en las anteriores recomendaciones (FEDNA, 2013). 

Otra diferencia radica en el nivel de fibra, que se ha incrementado debido a que, en condiciones de campo, la incorporación de fuentes fibrosas en situaciones de restricción alimenticia mejora los resultados productivos debido a una reducción del estrés y un mayor confort intestinal de los cerdos

 

Además, la necesidad de garantizar niveles adecuados de grasa intramuscular y de cobertura en piezas nobles destinadas a producto curado implica un aumento de las necesidades destinadas a la deposición de grasa.

Por este motivo, para potenciar la deposición grasa, es recomendable limitar el contenido en AA en relación con la energía de los piensos utilizados durante la etapa de cebo.

Para los animales «de cebo de campo», al tratarse de animales que, por norma general, van a manejarse bajo un régimen de restricción más estricto que los animales “de cebo”, el pienso de crecimiento debe promover el desarrollo del sistema esquelético y muscular en detrimento de la deposición grasa.

 

De manera similar a las recomendaciones para animales “de cebo”, se hace imprescindible el uso de materias primas fibrosas y niveles relativamente altos de fibra bruta para garantizar el confort intestinal y la sensación de saciedad de los animales. 

En situaciones de restricción severa, resulta interesante utilizar niveles altos de minerales, en especial calcio y fósforo, con el objetivo de evitar posibles problemas asociados a deficiencias minerales como es el consumo de tierra.

En muchos casos, los cerdos de “cebo de campo” deben alcanzar un perfil de ácidos grasos específicos que favorezca la calidad del producto final.

Para ello, resulta necesario limitar el contenido en ácido linoleico del pienso (no superior al 10% de la grasa total) y, al mismo tiempo, potenciar el nivel de ácido oleico, especialmente en los piensos destinados a cerdos con más de 90 kg de peso vivo.

 

En los cerdos con calificación «de bellota», la fase de engorde durante el periodo previo a la entrada en montanera (hasta los 90-100 kg aproximadamente) debe estar orientada a conseguir un desarrollo esquelético y muscular óptimos, lo que comúnmente se conoce como “hacer caja”.

Además, se debe orientar la alimentación para alcanzar el perfil óptimo de ácidos grasos previo a la entrada en montanera.

En la práctica, un engrasamiento temprano empeora el rendimiento de los animales dentro de la montanera y dificulta, en gran medida, la obtención de los parámetros en cuanto al perfil de ácidos grasos deseado.
En este sentido, animales altamente engrasados a la entrada en montanera tendrán mayores dificultades para obtener un perfil de ácidos grasos adecuado a lo largo de ésta.

 

Respecto a las necesidades en vitaminas y oligoelementos, la información disponible es escasa.

Por lo tanto, se puede presuponer que estas necesidades estarán cercanas al rango inferior de las recomendadas para porcino de capa blanca debido a la menor productividad y mayor consumo de pienso por unidad producida

No obstante, utilizar niveles superiores de antioxidantes y vitaminas relacionadas con el metabolismo lipídico y la calidad de la carne (como la colina y vitaminas del grupo B y E), resulta una estrategia efectiva para mejorar la estabilidad de la grasa durante el proceso de curado.

 

COMENTARIOS FINALES

La gran variedad de sistemas, objetivos y exigencias de producción, hacen de la nutrición del cerdo Ibérico un campo desafiante y apasionante a partes iguales.
En este contexto, tanto el conocimiento de la explotación como el seguimiento de los animales por parte del nutricionista se hacen totalmente imprescindibles.

 

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