↪ Por consiguiente, el uso de óxido de zinc en la producción porcina debe limitarse a un nivel máximo de 150 ppm, y por ello, se debería pensar en estrategias alternativas al óxido de zinc que permitan mantener una alta rentabilidad.
La producción porcina moderna se caracteriza por su alta intensidad. En muchos países europeos, los lechones son destetados después de 3-4 semanas, demasiado temprano para tener todas las actividades fisiológicas listas (como por ejemplo el sistema inmunitario y el enzimático).
Además, se ha pasado de la leche de cerda, altamente digestible y para cual los lechones están totalmente adaptados, al pienso sólido de iniciación para lechones.
Todo ello, asociado con los puntos estresantes mencionados, puede resultar en una reducción de la ingesta de alimentos en la primera semana después del destete y, por lo tanto, un retraso en la adaptación de la flora intestinal al alimento.
Dado que el sistema inmunitario de los animales aún no está completamente desarrollado, patógenos como la E. coli enterotóxica pueden colonizar la mucosa intestinal.
A partir de esta situación, se puede desarrollar una disbiosis potencialmente peligrosa, que conduce a una mayor incidencia de diarrea.
Una absorción no adecuada resulta en un crecimiento subóptimo con una peor conversión alimenticia, provocando pérdidas económicas debidas a los mayores costes de tratamiento, el menor rendimiento y las pérdidas de animales.
La diarrea es una de las causas más comunes de pérdidas económicas en la producción porcina.
- En el pasado, ésta era la razón del uso profiláctico de los antibióticos como promotores del crecimiento. Los antibióticos reducen la presión antimicrobiana y tienen un efecto antiinflamatorio. Además de reducir la incidencia de enfermedades, eliminan la competencia por los nutrientes en el intestino y, por lo tanto, mejoran la conversión alimenticia.
- Sin embargo, el uso de antibióticos como promotores del crecimiento está prohibido en la UE desde 2006 debido al aumento de la resistencia a los antimicrobianos. Como consecuencia, se ha utilizado el óxido de zinc (ZnO) como una alternativa eficaz a los antibióticos promotores del crecimiento utilizados anteriormente.
Un estudio realizado en España en 2012 (Moreno, 2012) mostró que el 57% de los lechones reciben ZnO antes del destete y el 73% durante la fase de crecimiento (27-75 días).
Óxido de zinc: las desventajas superan a las ventajas
¿Qué hizo el uso del óxido de zinc tan atractivo?
- El óxido de zinc es económico, está disponible en muchos países de la UE y puede utilizarse como oligoelemento en altas dosis a través de la premezcla.
- En algunos países se necesita una receta veterinaria, en otros el uso está prohibido ya.
- El zinc como oligoelemento está implicado en la división y diferenciación celular, así como en el efecto de las enzimas. Dado que también las células de defensa necesitan zinc, una administración cubriendo la demanda de zinc fortalece las fuerzas de defensa. A través de un efecto positivo sobre la estructura de la membrana mucosa, el zinc protege al cuerpo contra la penetración de gérmenes patógenos.
- Si se utiliza el ZnO en dosis farmacológicas, tiene un efecto bactericida contradictorio, como por ejemplo, los estafilococos (Ann et a., 2014) y varios tipos de E. coli (Vahjen et al., 2016).
- Así, el uso profiláctico previene la aparición de la diarrea y la consiguiente disminución del rendimiento. Pero el uso de óxido de zinc también tiene “efectos secundarios“.
1. Acumulación en el medio ambiente
Zinc pertenece al grupo de los metales pesados. Para usarlo como potenciador del rendimiento tiene que ser administrado en dosis relativamente altas (2000-4000 ppm). Estas altas cantidades están muy por encima de las necesidades fisiológicas de los animales.
Con tasas de absorción relativamente baja (biodisponibilidad aproximadamente 20% (Comisión Europea, 2003)) y una acumulación subsiguiente en el estiércol, el zinc puede causar una contaminación sustancial del medio ambiente.
2. Fomento del desarrollo de resistencias a los antibióticos
Además de la acumulación de zinc en el medio ambiente, otro aspecto también juega un papel importante. Según Vahjen et al. (2015), una dosis de ≥2500mg/kg de alimento aumenta la presencia de genes de resistencia a la tetraciclina y sulfonamida en las bacterias.
- En el caso del Staphylococcus aureus, el desarrollo de resistencia al zinc se combina con el desarrollo de resistencia a la meticilina (MRSA; Cavaco et al., 2011; Slifierz et al., 2015).
- Un efecto similar puede observarse en el desarrollo de E. coli multiresistente (Bednorz et al., 2013; Ciesinski et al., 2018).
La razón de esto es que los genes que codifican la resistencia a los antibióticos, es decir, los “responsables”, se encuentran en el mismo plásmido, una molécula de ADN que es pequeña e independiente del cromosoma bacteriano.
3. Consecuencia: no más óxido de zinc en la producción de lechones a partir de 2022
Los efectos negativos sobre el medio ambiente y el fomento de la transferencia de genes de resistencia a los antibióticos llevaron en 2017 a la decisión de la Comisión Europea de prohibir completamente el óxido de zinc, tanto como agente terapéutico como promotor del crecimiento en lechones en un plazo de cinco años.
Alternativas efectivas al uso de óxido de zinc
Por lo tanto, hasta 2022, la industria porcina debe encontrar una solución para el reemplazo de ZnO.
Debe desarrollar estrategias que hagan que la futura producción porcina sea eficiente, incluso sin sustancias como los antibióticos y el óxido de zinc. Con tal fin, se deben adoptar las medidas a diferentes niveles, como:
- la gestión de las explotaciones y la bioseguridad (por ejemplo, una gestión eficaz de la higiene).
- Lo más importante, sin embargo, es la promoción de la salud intestinal para un alto rendimiento de los animales.
Promoción de la salud intestinal a través de la microbiota intestinal estable
Eubiosis es el nombre para el equilibrio de los microorganismos que viven en un intestino sano, que debe ser mantenido para prevenir la diarrea y garantizar el rendimiento. Sin embargo, el destete, el cambio de alimentos y otros factores estresantes externos pueden poner en peligro este equilibrio.
Como resultado, los gérmenes potencialmente patógenos pueden “sobrecrecer” el microbioma comensal y desarrollar disbiosis. Mediante el uso de complementos funcionales se puede mejorar la salud intestinal.
Fitomoléculas – potentes compuestos creados por la naturaleza |
Las fitomoléculas o compuestos secundarios de plantas son sustancias formadas por plantas con una gran variedad de propiedades. El grupo más conocido son probablemente los aceites esenciales, pero también hay sustancias amargas, sustancias picantes y otros grupos.
En la nutrición animal, las fitomoléculas como el carvacrol, el aldehído de canela y la capsaicina pueden ayudar a mejorar la salud intestinal y la digestión. Estabilizan la flora intestinal retardando o deteniendo el crecimiento de patógenos que pueden causar enfermedades. ¿Cómo? :
- Las fitomoléculas, por ejemplo, hacen que las paredes celulares de varias bacterias sean permeables para que el contenido celular pueda escapar.
- También interfieren parcialmente con el metabolismo enzimático de la célula o intervienen con el transporte de iones reduciendo la potencia motriz de los protones.
Estos efectos dependen de la dosis: todas estas acciones pueden destruir las bacterias o al menos prevenir su proliferación.
» Otro objetivo de las fitomoléculas es la comunicación entre microorganismos (percepción de quorum). Las fitomoléculas pueden impedir que los microorganismos liberen sustancias conocidas como “autoinductores” y coordinar acciones conjuntas como la formación de biopelículas o la expresión de factores de virulencia.
Triglicéridos y ácidos grasos de cadena media |
Los triglicéridos y los ácidos grasos de cadena media (TCM y AGCM) se caracterizan por una longitud de seis a doce átomos de carbono.
Gracias a su eficiente absorción y metabolismo, pueden utilizarse de forma óptima como fuente de energía en la alimentación de los lechones.
Los triglicéridos de cadena media (MCT) pueden ser completamente absorbidos por las células epiteliales de la mucosa intestinal e hidrolizados con lipasas microsómicas. Por consiguiente, sirven como fuente de energía inmediatamente disponible y pueden mejorar la estructura epitelial de la mucosa intestinal (Hanczakowska, 2017).
Además, estos complementos tienen una influencia positiva en la composición de la flora intestinal.
- Su capacidad para penetrar las bacterias a través de membranas semipermeables y destruir estructuras bacterianas inhibe el desarrollo de patógenas como la salmonela y los gérmenes coliformes (Boyen et al., 2008; Hanczakowska, 2017; Zentek et al., 2011).
- Las AGCM y los TCM también pueden utilizarse muy eficazmente contra gérmenes grampositivos como los estreptococos, estafilococos y clostridios (Shilling et al., 2013; Zentek et al., 2011).
Prebióticos |
- En los cerdos se utilizan principalmente manano-oligosacáridos (MOS), fructo-oligosacáridos (FOS), inulina y lignocelulosa.
Otra parte del efecto positivo de los prebióticos sobre la salud intestinal se debe a su aglutinación con patógenos.
Las bacterias patógenas y los manano-oligosacáridos pueden unirse entre sí a través de la lectina. Esta aglutinación impide que las bacterias patógenas se adhieran a la pared de la mucosa intestinal y, por lo tanto, que se colonicen (Oyofo et al., 1989).
Probióticos |
Hay también probióticos que tienen la comunicación entre los patógenos como objetivo.
Kim et al. (2017) encontraron en un experimento que la adición de probióticos que interfieren con la comunicación bacteriana (percepción de cuórum) puede mejorar significativamente la microflora en lechones destetados y por lo tanto su salud intestinal.
Ácidos orgánicos |
Los ácidos orgánicos muestran una buena actividad antibacteriana en los animales.
- En su forma no disociada, el ácido puede penetrar la bacteria.
- Dentro, la molécula de ácido se descompone en un protón (H+) y un anión (HCOO-).
- El protón reduce el valor de pH en la célula bacteriana y el anión interfiere con el metabolismo proteico de la bacteria.
Como resultado, el crecimiento bacteriano y la virulencia se inhiben.
Resumen Hoy en día existen varias posibilidades en la nutrición de los lechones para apoyar eficazmente a los lechones después del destete. El eje principal es mantener una flora intestinal equilibrada y, por lo tanto, la salud intestinal, cuyo deterioro a menudo provocaría diarrea y reduciría los beneficios. La salud intestinal es promovida por la promoción de bacterias “buenas” y por la inhibición de gérmenes patógenos. Esto puede lograrse mediante aditivos alimentarios que tienen un efecto antibacteriano y/o mejoran la mucosa intestinal, como las fitomoléculas, los prebióticos y los ácidos grasos de cadena media. Mediante una combinación de estas posibilidades se pueden lograr efectos aditivos. |
Bibliografía disponible bajo petición