Relación entre la ocurrencia de micotoxinas y el cambio climático
La producción de micotoxinas en el campo por los mohos depende de las interacciones entre el patógeno, el huésped y el medio ambiente.
La sensibilidad del huésped al moho específico, la toxigenicidad de la cepa específica del moho y la aparición de condiciones óptimas de crecimiento para el moho o la presencia de factores estresantes como parásitos, cambios climáticos o pesticidas, determinarán el tipo y la cantidad de micotoxina que se producirá.
Debido a la importancia del medio ambiente en la síntesis de micotoxinas, el cambio climático tiene un papel grande en la ocurrencia y el riesgo de las micotoxinas.
La comprensión de estas interacciones y el uso de bases de datos de ocurrencia de micotoxinas permite desarrollar herramientas de predicción y evaluar patrones de ocurrencia.
Estos patrones de ocurrencia están bien definidos a escala global, con un mayor riesgo por tricotecenos (DON, T-2 / HT-2) en el hemisferio norte, y un mayor riesgo por fumonisinas (FUM) y aflatoxinas (AF) en las regiones más cálidas del sur. A nivel local, esa es otra historia.
CONSECUENCIAS DEL CAMBIO CLIMÁTICO EN LOS MÉTIDOS DE PREDICCIÓN
Las variaciones en el clima afectan la génesis de micotoxinas, por lo tanto, tendremos un impacto del cambio climático en la aparición de las mismas. Las condiciones climáticas locales, las prácticas de cultivo, las variedades vegetales, etc., todos son factores que influyen en el riesgo de micotoxinas, que por lo tanto pueden desviarse significativamente de las tendencias mundiales.
Tales casos se han observado en diferentes regiones recientemente.
El clima más cálido y seco en Bretaña del verano pasado pareció favorecer la contaminación por nivalenol (NIV) contra DON en el ensilaje de maíz, siendo el valor medio en la cosecha de 455 ppb para NIV y 203 ppb para DON, mientras que en años anteriores la mediana para DON fue de 975 ppb y 300 ppb para NIV.
Parece que la estación seca favoreció el desarrollo de Fusarium poae contra F. graminareum, aumentando así el riesgo de tener NIV vs DON. Además, las altas temperaturas durante el verano llevaron a una cosecha temprana que redujo el desarrollo de micotoxinas en el otoño, más favorable para la producción de DON.
Una de las consecuencias de este cambio en la contaminación es que los agricultores pueden subestimar el riesgo de contaminación por micotoxinas si solo analizan el DON.
Para evitar esta subestimación se recomienda realizar un análisis cromatográfico que incluya NIV, y por supuesto utilizar un adsorbente de micotoxinas de amplio espectro en caso de policontaminación.
En otro escenario distinto, se informó de una mayor policontaminación, pero con una menor ocurrencia de DON, en el Medio Oeste de los Estados Unidos, mientras que el DON siempre ha sido la principal amenaza en esta región. No se informó de riesgo de DON en los estados del norte, pero sí de contaminación significativa por toxinas T2/HT2 y zearalenona (ZEA).
En este contexto, los planes habituales de control de micotoxinas pueden llevar a una estimación errónea del riesgo, que lleva a tomar decisiones equivocadas.
El cambio climático está socavando el conocimiento consolidado sobre la distribución mundial de hongos, al tiempo que hace hincapié en el problema emergente de la co-ocurrencia de hongos. Esto ya está teniendo un impacto en los niveles de policontaminación y co-ocurrencia de micotoxinas.
En un estudio de Giorni et al, en 2019, verificaron la producción de AF y FUM en maíz de plantas no tratadas, plantas inoculadas con F. verticillioides, plantas inoculadas con Aspergillus flavus y plantas inoculadas con ambos mohos durante 2 años consecutivos, 2016 y 2017. 2016 fue más frío que 2017, con temperaturas promedio de 23º C vs 28ºC.
Encontraron una mayor producción de FUM en el maíz de un solo hongo en 2016 y una mayor producción de FUM en el maíz coinoculado en 2017, por lo que la co-ocurrencia de hongos estimuló la producción de FUM con temperatura fresca y la redujo con una temperatura más cálida.
Encontraron una mayor producción de AF en el maíz coinoculado en 2016 y poca producción de FA en el maíz coinoculado en 2017, por lo que obtuvieron el efecto opuesto de la co-ocurrencia de hongos en comparación con FUM. La situación más común ahora es tener muestras con de 6 a 10 micotoxinas al mismo tiempo (base de datos Olix- Labocea, 2022).
¿CÓMO AFRONTAR EL DESAFÍO?
El calentamiento global está alterando el conocimiento básico sobre la presencia de micotoxinas.
Los efectos a corto plazo serán un aumento de eventos extremos como olas de calor, inundaciones o sequías extremas que provocarán la aparición inesperada de micotoxinas. Los efectos a largo plazo incluyen la pérdida de áreas de cultivo adecuadas, que concentrarán los cultivos y esto conducirá a una mayor susceptibilidad a la contaminación por hongos.
Esto tendrá un impacto en las herramientas de predicción. El cambio climático ha hecho (parcialmente) inexactos los modelos predictivos de contaminación por micotoxinas. Los nuevos datos de investigación ayudarán a ajustarlos, con una mejor comprensión de la co-ocurrencia de hongos y una mejor consideración de las condiciones ecológicas en la producción de micotoxinas.
El cambio climático también tiene consecuencias en los planes de control de micotoxinas, tanto en las políticas globales, haciendo que las autoridades reconsideren los niveles máximos recomendados para las micotoxinas, como en los planes de control de los productores de piensos, exigiéndoles que tengan un análisis más exhaustivo sobre la contaminación por micotoxinas en sus materias primas.
Las consecuencias económicas pueden ser graves, ya que este aumento en el riesgo de micotoxinas conducirá a más problemas de bienestar y rendimiento en los animales.
Por lo tanto, se necesita una gestión avanzada y completa del riesgo de micotoxinas en la producción animal. Un plan adecuado de control de micotoxinas es decisivo. Cuanta más precisa sea la información sobre la contaminación por micotoxinas, mejores decisiones se pueden tomar.
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