Por todos son sabidas las ventajas en cuanto a eficacia del uso de formaldehído.
Si además se combina con unos terpenos capaces de disminuir su volatilidad y, por lo tanto, aumentar su eficacia, estamos hablando de Salmocid-F®.
Desde ADIVETER se ha apostado fuerte por esta molécula para defenderla y mantenerla en el mercado de los aditivos, por eso en 2010 presentó un dossier de revalidación ante la Unión Europea. La Opinión de EFSA es pública y favorable, ver: http://www.efsa.europa.eu/en/efsajournal/doc/3562.pdf
Numerosos estudios realizados ponen de manifiesto que su capacidad bactericida es muy superior a la de otros ácidos orgánicos libres o combinados con sus sales.
La inclusión de dosis de tan solo 0,3 Kg/Tm de Salmocid-F® reduce en 3 logaritmos la contaminación bacteriana, sin que ningún otro tratamiento logre tal reducción a dosis ni siquiera similares (ver tabla 1).
A dosis algo superiores (1,2 Kg/Tm), pero todavía muy inferiores a las empleadas con cualquier otro principio activo (≥6 Kg/Tm), se logra el mayor efecto bactericida, observándose una reducción de 7 logaritmos a partir de una contaminación inicial de 109 UFC.
Otro de los estudios refleja como para siembras iniciales de 109 ufc/g de Salmonella enteritidis, Salmonella typhimurium y Escherichia coli se consiguen reducciones iguales o superiores a 3 unidades logarítmicas con dosis de 0,3 Kg/Tm de Salmocid-F® (ver tabla 2).
A partir de dosis de 0,5 Kg/Tm se obtuvieron reducciones iguales o superiores a 4 unidades para todos los microorganismos estudiados.
En cuanto a la permanencia se refiere, el uso de terpenos estabilizadores en su composición garantiza la eficacia de Salmocid-F® en el tiempo.
En otra de las pruebas realizadas, en este caso en piensos en harina, Salmocid-F® disminuyó los recuentos bacteriológicos y también fúngicos inmediatamente tras su aplicación (día 0) y a lo largo del tiempo (día 30) (ver tabla 3).
Los análisis del residual de bactericida mostraron como a día 0 la dosis equivaldría a 1 Kg/Tm, a día 15 se mantuvo el 80% del residual y a día 30 el 70%, lo que significa que aún queda efecto bactericida disponible para actuar más tiempo.
Lo mismo se observó realizando el estudio en piensos granulados, siendo los niveles microbiológicos de las muestras analizadas, como es de esperar, menores a los descritos en el pienso en harina pero evidenciándose nuevamente las diferencias del pienso tratado y el no tratado con Salmocid-F® (ver tabla 4).
Los análisis del residual de bactericida mostraron como a día 0 la dosis equivaldría a 0,7 Kg/Tm, a día 15 se mantuvo el 70% del residual y a día 30 el 60%, lo que demuestra que aún y por las temperaturas de granulación el residual de Salmocid-F® persiste en el pienso final.
Otra de las ventajas de Salmocid-F®, en este caso en gallinas reproductoras y aplicado a 2 Kg/Tm, es la mejora tanto en la viabilidad de los huevos (incubabilidad) como en la propia viabilidad de las aves (mortalidad, número de huevos totales por gallina, huevos incubables y número total de pollitos nacidos) (ver tabla 5).
La inclusión de Salmocid-F® en el pienso a dosis altas (4 Kg/Tm), seguidas de dosis bajas como mantenimiento (2 Kg/Tm), permite obtener niveles óptimos de prevalencia de Salmonella en naves de gallinas reproductoras. Así mismo se consigue disminuir los recuentos de enterobacterias en heces y disminuir los porcentajes de prevalencia de Salmonella en la integración de broilers a la semana 25 (ver gráfico 1) tras la eliminación de la misma en las reproductoras.
También se observan beneficios en granja en el caso de pollos de engorde y lechones. Un estudio revela la tolerancia de dietas con hasta 4 Kg/Tm de Salmocid-F® en pollos de engorde, obteniéndose el mejor IC (1,54) a dosis de 2 Kg/Tm (ver tabla 6).
El mismo estudio realizado en lechones revela una tolerancia de hasta 5 Kg/Tm, siendo 2,5 Kg/Tm la dosis que obtuvo un mejor IC (1,39) y velocidad de crecimiento (ver tabla 7).
En ponedoras, la inclusión de 0,8 Kg/Tm de Salmocid-F® mejora el porcentaje de puesta, el índice de conversión y disminuye el porcentaje de huevos rotos, sin modificar significativamente otros parámetros como la mortalidad, el consumo y la calidad del huevo (grosor de cáscara, huevos sucios, Unidades Haugh y gravedad específica).
El incremento en coste por kg de pienso (ver Tabla 8) se vio altamente compensado por las mejoras obtenidas en parámetros productivos.