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Uso de ácidos grasos esenciales en cerdas hiperprolíficas

Escrito por: David Rosero - The Hanor Company , Dean Boyd - Professor of Animal Nutrition at North Carolina and Iowa State Universities. , Eric van Heugten - North Carolina State University

Este artículo es de relevante interés, ya que pone de manifiesto que, en situaciones de moderado estrés por calor, las necesidades de ácidos grasos esenciales (EFA, por sus siglas en inglés) no son satisfechas por las dietas para cerdas en lactación comúnmente utilizadas.

Estos EFA, en concreto el ácido linoléico y α-linolénico, están directamente relacionados con una gran variedad de procesos de reproductivos. Por tanto, un déficit en de estos ácidos grasos puede explicar las dificultades para la salida en celo, una baja tasa de partos y una disminución de los nacidos totales. La recuperación del anoestro estacional depende de la adecuada ingestión de cada EFA durante el periodo de lactación.

 

Requerimientos nutricionales de las cerdas lactantes modernas

Los requerimientos nutricionales de las cerdas lactantes modernas de alta producción han aumentado sustancialmente debido a las mejoras genéticas para aumentar el tamaño de la camada.

Para camadas más grandes y de rápido crecimiento, la demanda de producción de leche ha aumentado dramáticamente, ya que la cerda moderna necesita producir casi 10 kg de leche / día, que es mucho mayor que la cerda estándar de años atrás y que producía aproximadamente 7,5 kg / día. Sin embargo, las cerdas modernas de alta producción son animales más magros, con menos reservas corporales y que durante la lactación presentan un menor apetito.

Asegurar la nutrición óptima de la cerda de alta producción es particularmente importante para maximizar la producción durante la lactación y la productividad a largo plazo.

La limitación de la ingestión de energía y nutrientes representa un desafío para la cerda, lo que resulta en la movilización de reservas corporales para reemplazar la deficiencia de nutrientes. Este es especialmente el caso del estrés por calor que provoca que las cerdas reduzcan drásticamente su nivel de ingestión.

Además, la exposición de las cerdas a altas temperaturas ambientales produce cambios fisiológicos y metabólicos que pueden conducir a un deterioro de la función de la barrera intestinal y al aumento del estrés oxidativo.

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