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Uso de probióticos en producción animal

Escrito por: Marta Olivé - Product Manager en Andersen S.A.

Un sector en adaptación continua

En los últimos años la sociedad ha experimentado grandes cambios, siendo cada vez más exigente con todo aquello relacionado con su salud y, por tanto, también más decisivo en cuanto a los alimentos que consume.

Los cambios normativos están también dirigiendo la producción animal hacia un modelo productivo más sostenible sanitariamente, potenciando las empresas con mejores medidas de manejo y bioseguridad, menor uso de antibióticos y mejor índice de bienestar animal.

 

Actualmente, en el mercado existe gran variedad de productos que pueden ser usados en el alimento como parte de una estrategia global, pero hay que tener presente que el principal objetivo debe ser el cuidado del intestino y la microbiota que reside en él, pues es el órgano inmunitario más importante del animal.

 

 

La microbiota intestinal

En el caso de animales mamíferos, la colonización del intestino y establecimiento de la microbiota empieza ya en el canal del parto durante el nacimiento.

En aves, los microorganismos presentes en la cama y ambiente de la granja son los que tendrán mayor importancia.

Según Borda-Molina et al. 2018, «el tipo de cama empleada en los animales jóvenes, nueva o reutilizada, tiene gran influencia en la composición de la microbiota tanto ileal como cecal, aunque en este último caso el efecto observado sea menor«.

Adicionalmente a las condiciones iniciales que pueden influenciar en el establecimiento de una microbiota intestinal, con mayor o menor proporción de bacterias “beneficiosas”, debemos tener en cuenta los diferentes retos a los que el animal está sometido a lo largo de su vida productiva, siendo:

algunos de los factores que pueden dar lugar a desequilibrios en la microbiota intestinal.

En este sentido, mantener la biodiversidad y estabilidad de la microbiota a lo largo de la vida del animal es fundamental, pues se ha relacionado con una menor presencia de patologías intestinales y mejor rendimiento productivo.

Por otra parte, recientes estudios están demostrando la relación entre diferentes géneros bacterianos y un mayor crecimiento de los animales.

Ramayo-Caldas et al., 2016, por ejemplo, comprobaron que los animales con mayor presencia de los géneros Prevotella y Mitsuokella presentaban mayor tasa de crecimiento y peso vivo durante el post-destete.

 

Uso de probióticos en alimentación animal: tipos y modos de acción

Los probióticos se utilizan en alimentación animal desde hace décadas, pero son los retos actuales los que hacen más interesante y necesario el uso de estos aditivos.

Entre los microorganismos probióticos encontramos levaduras y bacterias vivas, el modo de acción será diferente según la especie.

De forma general podemos considerar que su acción frente a patógenos está relacionada con:
  • La competencia por nutrientes
  • La competencia por el sitio de adhesión en el epitelio intestinal
  • La producción de ciertos compuestos antibacterianos
  • La modificación del ambiente intestinal
  • Cierta acción inmunomoduladora (sobre todo en el caso de las bacterias probióticas que no residen de forma habitual en el intestino de los animales).

 

Para poder valorar el uso de uno u otro probiótico, es importante conocer diferentes características como por ejemplo:

 

Bacillus toyonensis viene siendo usado como probiótico desde hace más de 40 años, pero sus resultados son contrastados año tras año para demostrar su eficacia a pesar de los cambios en la genética así como en el manejo y nutrición que han experimentado los animales a lo largo del tiempo.

Recientes estudios realizados en diferentes países han demostrado una vez más la eficacia de B. toyonensis tanto en avicultura como en porcinos.

 

Según una prueba reciente en lechones destetados, realizada en Tailandia, la metagenómica de la microbiota fecal demostró que los lechones que consumieron B. toyonensis, presentaban mayor proporción de bacterias del género Prevotella, las cuales son capaces de romper carbohidratos complejos y por tanto, dar al animal una fuente de energía que de otra forma no podría aprovechar.

⇒ Estos hallazgos se dieron al mismo tiempo que los animales presentaban mejor índice de conversión y menor incidencia de diarreas.

 Tabla 1. Prueba en lechones destetados. Granja experimental. Tailandia, 2019 

 

 

La eficacia de B. toyonensis también se ha podido comprobar en avicultura.

Según las nuevas pruebas en pollos broiler realizadas en México, los animales que recibieron este probiótico en la dieta presentaron una ganancia de peso vivo significativamente superior, así como una mejor conversión alimentaria, en relación con el grupo control.

Mediante el estudio histológico se comprobó que los animales del grupo con probiótico presentaban mayor superficie de absorción de nutrientes, pudiéndose relacionar con los beneficios a nivel productivo.

Adicionalmente, se vieron resultados muy interesantes a nivel comercial, pues el peso de las partes más demandadas del animal, como pechuga y muslo, fue mayor en el caso de los animales suplementados con B. toyonensis.

 

 

Las evidencias a nivel sanitario fueron asimismo positivas, pues los animales que consumieron el probiótico presentaron menor tasa de mortalidad.

 

Gráfico 1. Prueba realizada en broilers, granja comercial (México, 2019)

 Tabla 2. Prueba realizada en broilers, granja comercial (México, 2019) Pechuga (kg) Muslo y contramuslo (kg) 

 

Conclusiones

Ante los cambios sociales y normativos, están obligando a aplicar medidas en producción animal para conseguir explotaciones rentables, que garanticen al mismo tiempo la salud y bienestar de los animales.

Para tener éxito en esta estrategia orientada a optimizar la salud y productividad de los animales, debemos garantizar la funcionalidad del intestino y, para ello, es esencial mantener la biodiversidad y estabilidad de la microbiota intestinal.

Así pues, el uso de probióticos que modulen la microbiota inicial que debe establecerse en los animales jóvenes y la mantengan lo más estable y equilibrada posible durante todo el ciclo será un recurso de gran importancia en producción animal.

B. toyonensis, ha demostrado su eficacia para mejorar parámetros productivos y sanitarios tanto en porcino como en avicultura, ya sea en situaciones de campo como a nivel experimental.

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