El consumo tanto de alimento como de agua son indicadores, por ejemplo, del estado de salud de un animal.
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Existe un creciente interés para mejorar el bienestar animal de granja basado en dos razones principales.
En las últimas décadas, la investigación en bienestar animal se ha centrado, entre otras cosas, en definir el concepto de bienestar, sentando las bases para poder evaluarlo y mejorarlo.
Existe un consenso generalizado que el bienestar animal integra cuatro grandes principios:
Si se consiguen alcanzar estas necesidades de forma satisfactoria, esto permitirá no solo que los animales tengan sus necesidades biológicas cubiertas, sino que además les proporcionará un estado emocional positivo, imprescindible para su bienestar.
Una buena alimentación es uno de los cuatro principios esenciales para conseguir un bienestar adecuado. Éste se basa en el hecho que no se puede garantizar el bienestar de los animales si no se garantiza el acceso adecuado a los alimentos y al agua.
Podría existir la tentación de pensar que la alimentación, por ser un elemento clave para la productividad en animales de granja, ya recibe la atención que merece en beneficio del productor. Sin embargo, hay algunos aspectos que han demostrado ser todavía una amenaza para el bienestar animal, los cuales vamos a discutir a continuación.
ACCESO AL AGUA
Sin embargo, cuando se
investigan problemas de
rendimiento productivo, a
menudo se analiza el alimento,
pero el suministro de agua se
suele pasar por alto.
Tabla 1. Recomendaciones de número de bebederos por
cantidad de cerdos en el corral según el tipo de bebedero y la alimentación
HAMBRE CRÓNICA Y MALNUTRICIÓN
En algunas ocasiones, los animales no disponen de acceso al alimento en modo suficiente que cubra las necesidades y/o sacie su motivación para comer.
Esto puede producirse por un manejo que restrinja la alimentación de forma deliberada, como ocurre con cerdas gestantes o en gallinas reproductoras, o bien de forma accidental.
Además de la cantidad, la calidad del agua es también un factor a tener en cuenta, tanto a nivel químico como bacteriológico, eliminando los elementos que puedan ser nocivos para la salud del animal.En ambos casos, se produce una sensación de hambre crónica que provoca un estado emocional negativo repercutiendo sobre el bienestar del animal.
Es importante destacar que la cronificación del hambre se da cuando los animales no pueden comer según sus necesidades, el cual es distinto del hambre temporal que actúa como motivación para comer
El hambre crónica desencadena un estado de frustración para el animal que puede visibilizarse por la aparición de conductas estereotipadas, como por ejemplo masticar al aire en cerdas gestantes, así como una mayor agresividad.
Esta agresividad suele aparecer por un aumento de la competitividad para acceder al alimento, provocando peleas y lesiones entre los animales.En consecuencia, es importante prestar especial atención a los animales sometidos a una alimentación restringida a fin de reducir la frustración que supone el hambre crónica, y si esto no es posible, implementar medidas para reducir al máximo las agresiones.
ESTRÉS Y DIGESTIBILIDAD
Estudios recientes han demostrado la importante relación entre el sistema nervioso central y el aparato digestivo en situaciones
de estrés.
El estrés provoca una disminución de la ingestión voluntaria, a través de la inhibición del apetito.
1- Entre los efectos del estrés sobre el aparato digestivo está también la alteración de la permeabilidad de nutrientes en las células intestinales, lo que desencadena una disminución de su digestibilidad.
En estas circunstancias, los nutrientes presentes en la luz del intestino dejan de ser accesibles para el organismo y se excretan en el contenido fecal, representando no solo una pérdida económica sino también un impacto para el
medio ambiente.
2- Los efectos del estrés en el aparato digestivo pasan también por la alteración de la microbiota entérica provocando un desequilibrio del microbioma intestinal.
El principal aspecto derivado de este desequilibrio es la aparición de patógenos
intestinales que pueden originar la aparición de diarreas.
En conclusión, las fuentes de estrés deben ser reducidas al mínimo o en su defecto, sus efectos deben ser mitigados, a fin de reducir el impacto del
estrés sobre la nutrición, el crecimiento y el bienestar de los animales.
COMPORTAMIENTO ALIMENTARIO COMO INDICADOR
La asociación entre la alimentación y el bienestar son evidentes en producción animal. Esta estrecha asociación hace que la alimentación, y más particularmente el comportamiento alimentario puedan ser utilizados para El consumo tanto de alimento como de agua son indicadores, por ejemplo, del estado de salud de un animal.
evaluar el bienestar animal.
Cuando un animal está enfermo, uno de los primeros indicadores es la alteración del consumo de alimento y agua, que a veces aparecen incluso antes de que se puedan distinguir los primeros síntomas clínicos.
Por lo tanto, el control del comportamiento de alimentación tiene el potencial de ser utilizado como sistema de alarma ante la aparición de problemas de salud, manejo, etc.
En la era de la ganadería de precisión, existen cada vez más herramientas que permiten el control del comportamiento alimentario.
El mercado de sensores de control de los animales es desigual entre especies, siendo el vacuno lechero, seguramente, el que dispone de más opciones tecnológicas para conocer cómo se alimentan las vacas.
El uso de estas herramientas permite la recopilación de grandes cantidades de datos, quienes pueden ser de gran ayuda a la hora de mejorar el sistema productivo.
No se puede menospreciar el reto que supone el análisis de semejante cantidad de datos, aun así, el potencial de conocer lo que está pasando en todo momento en la granja y prevenir posibles alteraciones es altísimo.
En conclusión, la adopción de herramientas para registrar el comportamiento alimentario puede ser muy útil para mejorar el control sobre el bienestar animal y la productividad en
explotaciones ganaderas.
En este artículo hemos analizado algunos de los principales factores de la estrecha relación que existe entre alimentación y bienestar animal.
La mayoría de estos aspectos, si se abordan adecuadamente, permiten no solo la mejora del bienestar de los animales sino también facilitar una mayor productividad y eficiencia del ganado.
Para este objetivo, el control exhaustivo de los animales y de su entorno (incluyendo el alimento) es clave, para que las herramientas de ganadería de precisión puedan ser de importante ayuda.