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Cómo combatir el estrés térmico en las vacas lecheras

Podemos combatir el estrés térmico en las vacas lecheras gracias a un nuevo concepto holístico.

El estrés inducido por el calor aparece cuando un animal ya no es capaz de eliminar naturalmente el exceso de calor corporal.

 

Las pérdidas económicas debido al estrés térmico son difíciles de calcular. Sin embargo, los hallazgos de un estudio realizado en vacas americanas han demostrado que incluso cuando se toman medidas de prevención contra el estrés térmico (gestión, equipo), las pérdidas siguen ascendiendo a 100 USD/vaca/año, estando un 80% de estas pérdidas relacionadas con la producción y un 20% con el aumento de los gastos sanitarios.

También se ha demostrado que el estrés térmico durante la gestación tiene un impacto negativo en la lactancia y, por ende, en la posterior producción de leche. Debido a su metabolismo más alto, las vacas lecheras son más vulnerables a los factores térmicos y tienen un ITH más bajo que el observado en los humanos (Figura 1).

El estrés térmico se considera moderado en las vacas lecheras cuando el ITH está por encima de 72, mientras que en los humanos lo es cuando está por encima de 80. La Zona de Confort Térmico para una vaca en período de lactancia oscila entre 0 y 20 °C (32 y 68 °F).

Por ejemplo, una temperatura de 25 °C (77 °F) con un 50% de humedad corresponde a un ITH de 72. Las vacas lecheras son pues muy sensibles al estrés térmico.

Los efectos negativos del estrés térmico en la producción de leche

El estrés térmico reduce la producción de leche y sus componentes (disminución de los niveles de grasa láctea) y repercute negativamente tanto en la reproducción como en la inmunidad.

Los signos externos indicadores de estrés térmico son fáciles de observar en el rebaño:

 

La respuesta de supervivencia de una vaca lechera sometida a estrés térmico es una menor ingesta de materia seca. De hecho, la fermentación ruminal induce una reacción exotérmica. Por consiguiente, este calor incremental necesita evacuarse además de la termorregulación debido a las altas temperaturas exteriores.

 

También existe una correlación positiva entre el aumento de la temperatura ruminal (defecto de termorregulación) y un mayor riesgo de acidosis.

 

Por consiguiente, el estrés térmico provoca las mismas patologías que una acidosis clínica/subclínica crónica, afectando al estado de salud, produciendo cojera, problemas de fertilidad y aumentando la tasa de sacrificio.

Prevenir el riesgo de acidosis gracias a una mejor gestión del rebaño

Equipos como ventiladores o sistemas de nebulización se utilizan sistemáticamente en las explotaciones lecheras confrontadas con un estrés térmico anual.

Desgraciadamente, estas herramientas no son suficientes para preservar el potencial de producción lechera ya que se produce un doble impacto relacionado con el rumen:

 

Para reducir estos efectos, la ración de pienso debe ajustarse durante los períodos de alto riesgo.

Aditivos sensoriales para promover un «Better-being»

Un enfoque holístico del animal ha permitido desarrollar unos productos únicos basados en unos activos sensoriales que fomentan el «Better-being» del animal actuando en el cerebro.

El conocimiento profundo del cerebro y de los principios activos vegetales que trabajan en él han impulsado el desarrollo de VeO, una solución única compuesta principalmente por un extracto específico de la familia de las rutáceas que modula el mensaje de señalización de estrés en el sistema nervioso.

En consecuencia, las vacas lecheras perciben menos estrés térmico ambiental y se comportan con normalidad, lo que se traduce en menos cambios en la ingesta de pienso o de comportamiento.

El eje cerebro-microbiota-intestino, también denominado ecosistema cerebral, y el estudio de sus interacciones han proporcionado una sólida base para el desarrollo de la gama Oleobiotec basada en aceites esenciales y especias.

Además de probar la acción biorreguladora de la fermentación ruminal y la producción de ácidos grasos volátiles derivados de esta actividad, nuestros estudios científicos también han demostrado el poderoso efecto que una mezcla específica de especias podría tener en las sustancias tampón a nivel de la saliva.

Pruebas de campo

Hemos probado la combinación de estas dos soluciones sensoriales en vacas lecheras estresadas por el calor.

 

La solución neurosensorial VeO es adaptógena, lo que significa que las vacas tratadas regulan su consumo de pienso en función de las condiciones ambientales en tiempo real.

En este ensayo, nos dimos cuenta de que las vacas anticipaban las temperaturas máximas de la tarde, especialmente cuando las temperaturas de la mañana eran altas, adaptando su ingesta de pienso en consecuencia.

Por tanto, la fermentación exotérmica se produjo principalmente en momentos en los que la temperatura exterior seguía siendo soportable.

Por el contrario, la administración de suplementos no tuvo ningún efecto en la cantidad de pienso consumida por la tarde puesto que las temperaturas ya eran demasiado altas para la vaca como para querer arriesgarse a aumentar su temperatura corporal aún más.

 

Estos resultados de comportamiento coinciden con los registrados en anteriores estudios, en los que se obtuvieron efectos similares en la regulación de la ingesta de pienso.

Se ha establecido un modelo de regresión lineal teniendo en cuenta todos los parámetros registrados para evaluar el efecto de cada parámetro en la evolución de la producción de leche.

El uso de los dos aditivos sensoriales de Phodé podría aumentar la producción de leche en 0,79 l/día en vacas primíparas y en 0,92 l/día en vacas multíparas, lo que representa respectivamente el 32 y el 35% de estas variaciones en la producción de leche.

Conclusión

 

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