En los bovinos de leche, el período comprendido desde el nacimiento hasta el destete o desleche, es sumamente importante debido a que existe una estrecha relación entre la ganancia de peso de este período y la futura producción de las terneras.
Los rumiantes poseen tres pre estómagos: rumen, retículo y omaso; y un estómago verdadero que es el abomaso. Al nacimiento, las terneras presentan el abomaso como la porción más desarrollada y funcional (su fisiología digestiva es similar a la de los monogástricos).
El objetivo de la alimentación en esta etapa es el de lograr un crecimiento adecuado de las terneras, que permita una óptima ganancia diaria de peso y un rápido desarrollo de los pre estómagos, principalmente el rumen. Así las terneras pasaran de lactantes a rumiantes y pronto podrán alimentarse con materias primas más económicas (como forrajes o alimentos balanceado) que la leche.
Toma de calostro
Por cuestiones de manejo, sanitarias y económicas, las terneras suelen ser separadas de sus madres entre 24 y 72hs luego de nacidas. En ese período es muy importante el vínculo entre la madre y la cría para asegurar su supervivencia.
El calostro es la primera secreción de la glándula mamaria luego del parto y es de fundamental importancia para asegurar el buen estado de salud de la ternera recién nacida. La primera toma de calostro debe darse dentro de las primeras 6hs de vida.
A partir de una correcta ingestión de calostro, se logra disminuir la incidencia de enfermedades durante la vida productiva de la futura vaca debido a que, a través del mismo, la ternera recibirá los anticuerpos (inmunoglobulinas) para desarrollar su inmunidad. Luego del nacimiento, cuanto antes consuma el calostro la ternera, mayor proporción de inmunoglobulinas absorberá, ya que la pared intestinal irá perdiendo la capacidad de absorción siendo ésta nula pasadas las 24hs de nacida.
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