Dietas con altos niveles de alimentos concentrado son alternativas de la nutrición animal que pueden aportar beneficios para algunos objetivos en la producción de caprinos y ovinos. Principalmente, usadas en sistemas de producción intensiva, como el confinamiento.
Esta estrategia puede colaborar con mejores resultados en la producción de carne, leche y en alcanzar indicadores zootécnicos, como la ganancia de peso. Pero se necesita orientación para que esta alternativa, utilizada de manera inapropiada, no produzca daños, como enfermedades que incluso pueden causar la muerte de los animales.
El veterinario Marcos Cláudio Rogério, investigador de nutrición animal de Embrapa Caprinos e Ovinos, CE, advierte que “La dieta con alto concentrado, DAC, puede aportar beneficios, como permitir un alto rendimiento y ganancia de peso rápida en categorías con un ciclo de producción más corto, como los corderos en confinamiento para finalización [engorde para su posterior sacrificio]. Pero existe el mito de que este tipo de dieta puede ser una “solución mágica” para reemplazar el forraje, que es escaso en ciertas épocas del año en regiones como la Semiárida”.
El investigador es uno de los autores de la publicación “Dietas con alto concentrado para ovinos de engorde: Potencialidades y limitaciones“, que proporciona una aclaración sobre el uso de esta dieta para ovinos de engorde. Según Rogério, el documento surgió para atender las demandas y dudas de los productores y técnicos, como un apoyo para que puedan usar de forma adecuada dietas con altos niveles de alimentos concentrados, aprovechando el potencial sin generar riesgos para los rebaños.
Cuando se respeta una proporción mínima de alimento voluminoso (de fuentes tales como plantas forrajeras, en pasto o en formas de conservación como ensilaje y heno), utilizada para ciclos cortos de producción y observando un período de adaptación, las DACs pueden traer buenos resultados para sistemas de producción de ovinos de engorde y caprinos lecheros. Entre ellos, una mayor eficiencia en la producción de leche o carne de ovina con mejor calidad.
Esto se debe a que el alimento concentrado proporciona energía y proteína necesarias para los requerimientos nutricionales de los rebaños donde se esperan índices más elevados de productividad.
Ampliación del potencial productivo
La publicación menciona un experimento realizado por investigadores de la Universidad Federal de Maranhão, UFMA, con corderos mestizos de las razas Dorper (especializada para ganancia de peso) y Santa Inês (raza más rústica y adaptada localmente a condiciones semiáridas). El estudio mostró que, con diferentes proporciones de concentrado en la dieta total (70% a 100%), los animales mostraron ganancias de peso diarias de 120 a 232 gramos. Otras pruebas con diferentes razas también presentaron ganancias de desempeño en peso y rendimientos en la carcasa de los animales, generando potencial para una carne de mejor calidad.
“En general, estas ganancias también dependen de factores como el grupo genético del animal, la composición del pasto, la suplementación. Pero la DAC permite que se exacerbe el potencial productivo. Con ella, razas como Dorper y Texel, centradas para ganancia de peso, pueden aumentar de 300 a 350 gramos por día. Los animales más rústicos como Somalis y Morada Nova pueden incrementar de 160 a 200 gramos diarios. En otras dietas en las que no se aprovecha este potencial productivo, el resultado suele ser 10% a 20% menor”, explica Marcos Cláudio.
Las dietas con alto concentrado pueden promover ganancia de peso rápido en categorías de ciclo de producción corto.
Las DACs también se usan en capricultura lechera. En la Región Sudeste, es una práctica adoptada por los productores de caprino lechero en sistema de confinamiento, con el objetivo de aumentar la productividad animal. Un ejemplo es Capril Triqueda, en Coronel Pacheco (MG), donde la estrategia trae mejoras en la producción de leche y ganancias en otros indicadores, como la eficiencia en el uso de mano de obra, en una mejor relación de la cantidad de litros de leche de cabras producidos diariamente por cada persona involucrada en la producción.
“Observamos un mejor desempeño en las categorías de cría y recría, reduciendo así la edad al primer parto, en comparación con la de los animales lactantes”, destaca el zootecnista Marcus Vinícius Fonseca, socio propietario de una explotación caprina que hoy posee 210 animales de la raza Saanen, de los cuales 130 son reproductoras (hembras adultas) aptas para la producción de leche.
Según Marcus, el desafío para los productores es utilizar el alimento concentrado de manera eficiente, para garantizar una mejor cantidad de litros de leche por cada kilo de alimento concentrado suministrado a los animales. Por lo tanto, la compra de insumos para la nutrición animal debe ser hecha de forma estratégica. “La inversión en nutrición, hoy, representa alrededor de 60% de los costos de producción. Es necesario tener un equilibrio para extraer al máximo la producción lechera, sin extrapolar en el aspecto financiero y, por lo tanto, utilizar la nutrición como una herramienta para un mejor desempeño: económico y productivo”, afirma el zootecnista.
Entre los criadores de cabras en el sudeste que usan dietas para animales en confinamiento, hay quienes compran el concentrado en forma de alimento comercial y otros que eligen preparar la dieta en su propiedad. Lo importante, según Fonseca, es observar los criterios establecidos y contar con la orientación de un profesional especializado para formular las dietas en cada categoría animal, a fin de evitar problemas metabólicos. “Lo ideal es usar dietas formuladas con base en las exigencias nutricionales para caprinos, cumpliendo con la fibra mínima requerida“, señala.
Dietas con alto concentrado
Ventajas:
para confinamiento;
Fuentes de alimento – Concentrado: maíz, harina de soja, salvado de trigo, pulpa de cítricos, torta de algodón u otras fuentes alternativas de energía y proteína en la región de producción. Estas fuentes también son a menudo la base de la alimentación comercial. – Voluminoso: plantas forrajeras en pasturas (nativas o cultivadas), en un área de verdeos o en forma de conservación (heno o ensilaje). |
Cuidado en la formulación
Para lograr resultados productivos, es necesario que, al formular la dieta, los productores y los técnicos sean conscientes de que en la DAC se deben observar algunas condiciones específicas. Según Rogério, no se recomienda por largos períodos de tiempo (e incluso puede generar altos costos si se administra de esta manera), ni para todas las categorías de animales. Además, no puede substituir completamente el consumo de plantas forrajeras en cabras y ovejas, ya que son importantes fuentes de fibra para la nutrición animal.
“En el momento de la formulación, se debe considerar un mínimo de fibra para que un animal herbívoro lo consuma”, enfatiza el investigador, destacando la necesidad de equilibrar los alimentos concentrados y voluminosos”. “El consumo de forraje estimula la masticación y favorece una serie de reacciones que facilitan el proceso digestivo. Si no hubo un mínimo de fibra o si hay un suministro de la DAC muy rápido, sin adaptación, puede haber un desarrollo de enfermedades metabólicas, como resultado de la ingesta excesiva de carbohidratos del concentrado”, explica el experto.
Entre estos trastornos se encuentran: acidosis ruminal (acumulación de ácido láctico que afecta el pH ruminal), timpanismo (alta producción de gases en el rumen que impide que el animal los libere por mecanismos fisiológicos normales) y laminitis (inflamación en los cascos de ovejas). La primera, en particular, puede causar serias pérdidas. “El animal puede reducir su consumo, tener pérdida de la producción e incluso morir”, advierte el investigador.
Además de una formulación guiada por un profesional especializado, que observa el contenido de los alimentos y la disponibilidad de las fuentes de concentrado y forraje para la realidad de cada productor, es necesario un período de adaptación a la DAC. Un período mínimo recomendado, con inclusión gradual del concentrado, es de 14 días, un tiempo necesario para minimizar los riesgos de efectos adversos, como la reducción del consumo de materia seca o agua, o incluso la ocurrencia de diarrea.
Durante este período, una proporción de alimento concentrado puede aumentar gradualmente. “Si el animal inicialmente se alimenta solo de pastos, podemos comenzar la dieta con una proporción de 50% de forraje y 50% de concentrado en el período inicial de tres a cinco días. Luego, el contenido del concentrado puede aumentar en otro 20%, dependiendo de cómo el productor rural verifique que es viable”, ejemplifica la zootecnista Luciana Guedes, investigadora visitante de la Embrapa Caprinos e Ovinos en el área de nutrición animal.
Fuente: Adilson Nóbrega (MTb 01.269 / CE). Embrapa Caprinos y Ovinos