Efectos del estrés crónico y la inflamación intestinal en la salud y el rendimiento de las aves de corral: Revisión
INTRODUCCIÓN
Los pollos de engorde modernos son, sin duda, la manifestación más visible de los avances genéticos que, acompañados de la alimentación, las medidas sanitarias y las prácticas de manejo intensivo, han dado lugar al éxito de esta producción. Sin embargo, para alcanzar estos objetivos, es necesario mantener el tracto gastrointestinal (TGI) en buen estado.
El TGI es el órgano responsable de la digestión y absorción de nutrientes. El costo de la coccidiosis subclínica o la enteritis necrótica en los pollos de engorde es, probablemente, mayor que el de las infecciones agudas clínicamente identificadas en aves de corral, dado que la conversión alimenticia representa más del 70% del costo total de producción (Aggrey et al., 2010).
A medida que se acorta el período de crecimiento de los pollos de engorde y mejora la eficiencia alimenticia, la necesidad de programas mejorados de salud y nutrición se vuelve más evidente.
Debido a que los cambios durante el desarrollo intestinal son pequeños, a menudo se pasan por alto, por lo que, la salud intestinal impacta en la salud general y la productividad.
La sustitución de antibióticos en los sistemas de producción por productos alternativos, mejores prácticas de manejo, estricta bioseguridad, ingredientes de calidad, ausencia de enfermedades (Mycoplasma/Salmonella) y programas efectivos de inmunización son estrategias eficaces para alcanzar los objetivos de salud y productividad.
En este trabajo, nos centramos en revisar las repercusiones significativas del estrés crónico y la inflamación intestinal en la salud y el rendimiento de las aves comerciales.
INTERACCIÓN MICROBIOTA-CEREBRO-INTESTINO
Además de digerir alimentos y absorber agua y nutrientes, el tracto intestinal contiene una comunidad microbiana diversa y compleja (Celluzzi & Masotti, 2016), así como un sistema nervioso entérico (SNE) que es considerado el “segundo cerebro” del organismo (Schneider et al., 2019).
Esta población microbiana puede igualar en número a las células somáticas encontradas en este tejido (Wallis et al., 2004; Zhu et al., 2010; Li et al., 2014; Sender et al., 2016).
Aparte de la complejidad en la estructura y las relaciones microbianas, en los pollos, el tejido linfoide asociado al intestino (GALT, por sus siglas en inglés) contiene la mayor concentración de célu...