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Introducción a la decisión de trabajar con grupos nutricionales

Escrito por: Fernando Bacha Baz - Director Técnico de NACOOP y Director técnico nutriNews, sección Rumiantes. , Jose Luis Ruiz Castillo - Veterinario Asesor Independiente en Nutrición

Desde hace años a menudo se les aconseja a los productores lecheros que dividan su rebaño de vacas lecheras en varios grupos. El agrupamiento o lotificación deberá ser eficiente y en todos los aspectos de la explotación. Sin embargo, hay algunos casos en los que la lotificación puede no ser económicamente rentable

Los ganaderos deben comprender las ventajas y las desventajas del sistema, para ver si esta sería una opción lógica para su granja. El manejo en grupos nutricionales (NG) mejora, por lo menos de manera teórica, la precisión nutricional de las dietas.

Debería reducir las pérdidas de nutrientes, y aumentar los “ingresos sobre los costes de alimentación” (ISCA) en el sector lácteo. 

Los ganaderos pueden agrupar a sus vacas en grupos nutricionales y/o grupos de manejo.

En los nutricionales, las vacas de cada grupo son alimentadas con una ración separada y diferente, se trata de satisfacer las necesidades de nutrientes de las vacas en diferentes etapas de lactancia.

Una desventaja clara es el aumento de la mano de obra para administrar y ejecutar el programa de alimentación, al mezclar una alimentación diferente para cada lote, otra puede ser las posibles confusiones entre lotes.

Por otro lado, existe desde siempre el uso de grupos de manejo, que son similares a los grupos nutricionales, aunque no requieren mano de obra adicional para mezclar una ración separada, ya que habitualmente tienen la misma alimentación excepto las vacas secas y novillas.

Este tipo de organización puede separar grupos, como novillas del rebaño de vacas adultas, inseminadas de corrales con toros para monta directa, vacas enfermas, vacas preñadas, vacas recién paridas y vacas de lactancia temprana en la cadena de ordeño, vacas más lentas en el ordeño, etc.

Estas separaciones, en general, nos permiten monitorear la condición corporal, preñez y estado de salud, de manera más sencilla.

 

Lotificación por manejo

Los grupos de manejo pueden potencialmente disminuir la competencia en el comedero y la cantidad de tiempo que las vacas pasan en el corral de espera del ordeño.

Estos grupos también requieren un poco de mano de obra adicional para mantenerlos y administrarlos.

Por lo tanto, agrupar a las vacas lactantes en varios corrales es una práctica común en las granjas lecheras. Sin embargo, la nutrición, por lo general, no se tiene en cuenta

Contreras-Govea et al. (2015) encontraron que la fertilidad, el consumo de materia seca, el estado sanitario y la producción de leche son los principales factores utilizados para agrupar a las vacas, también vieron que la principal razón para minimizar el número de raciones era el deseo de seguir con un manejo sencillo en las rutinas diarias de alimentación.

Es necesario tener en cuenta que el ganado bovino de manera natural, se organiza en grupos altamente estructurados, con una jerarquía social muy definida.

 

Las diferencias de comportamiento de cada individuo, entendiendo esto como el número y tipo de contactos sociales que mantienen con el resto de los integrantes de su grupo social, definen la estructura. Igualmente, cada animal tiene sus propias preferencias a la hora de interactuar con los demás miembros del rebaño y muestran diferente nivel de afinidad con unas o con otras compañeras de lote. 

Este comportamiento natural les provoca estrés al entrar a formar parte de un lote impuesto por condiciones externas al propio comportamiento y además, cada cambio de lote provoca un nuevo proceso de adaptación y el subsecuente estrés.

En un trabajo sobre el estudio del comportamiento publicado por Rochaa et al., 2020 encontraron que la estructura social de las vacas, depende del carácter individual. Se asume como interacción social que dos animales pasen tiempo uno junto al otro. En los grupos fijos encontraron, que la sociabilidad de cada vaca se mantuvo durante todo el periodo de observación, con preferencia por interactuar con individuos específicos y otras que iban cambiando. 

Un hecho llamativo es que los animales no interactuaron con los mismos individuos en la zona de descanso o fuera de esta.

Por otro lado, en los grupos dinámicos, cuando se introdujeron nuevos animales se mantuvo invariable la sociabilidad de cada individuo, lo que sugiere que se trata de un carácter que no depende del grupo en el que se encuentre la vaca, sino que es un rasgo individual, sin embargo, el escalafón social si varía. 

Por otro lado, está recogido en la bibliografía que al realizar cambios importantes en la composición de los grupos (un tercio del total de los animales) se pueden producir interacciones violentas hasta que se restablezca la jerarquía del grupo.

Lotificación por nutrición

Una de las ventajas de la lotificación nutricional es que produce grupos con necesidades más homogéneas, esto facilita la mejor asignación de nutrientes en la dieta y, por lo tanto, la posibilidad de elaborar una dieta de precisión

La precisión nutricional de la dieta, puede definirse como la alimentación de las vacas más cercana a sus necesidades. 

 

Cuando se trabaja con una sola población la variación de necesidades es muy grande y la precisión nutricional es baja, por lo tanto, existirán en el rebaño vacas mal alimentadas y otras sobre alimentadas. En estos casos el control está dado, sólo por la capacidad de ingestión diaria de materia seca. 

Teóricamente, una mejor precisión nutricional aumentaría la producción de leche y reduciría la excreción de nutrientes, especialmente nitrógeno. Maltz et al. (2013) encontraron que alimentando vacas con dietas individuales que coincidían con las necesidades, aumentaron la producción de leche en 3,3 kg/vaca por día en comparación con una dieta de un solo grupo en vacas en lactancia temprana.

Requisitos para lotificar en grupos nutricionales

Empecemos por que las granjas, deben tener un tamaño de rebaño adecuado, a nivel práctico se habla normalmente de más de 100 vacas en ordeño y tener las instalaciones suficientes para acomodar los grupos separados. Una vez establecidos los grupos se deberían cumplir por lo menos tres condiciones: un claro beneficio económico para la granja, suficiente mano de obra especialmente para vigilar grupos y suficiente espacio y facilidad de movimiento de las vacas para acomodar grupos pequeños.

Saber por qué colocas una vaca en un grupo y otra en otro, dependiendo de la producción, y la capacidad de sostener este nivel de producción en el tiempo, ayuda a priorizar qué grupos deben crearse primero.

Por ejemplo, determinar las necesidades de las novillas de primer parto y las de vacas de segundo o más partos y buscarles acomodo según su nivel de producción.

Si en una granja solo se pueden hacer dos grupos separados, lo primero debería ser, separar a las novillas de primer parto de las vacas de más de dos partos, en el rebaño de ordeño. Las primerizas se pueden colocar en un grupo de manejo o nutricional, aunque es probable que puedan consumir la misma ración que el resto del rebaño de ordeño.

En general estos animales son más pequeños, lo que les dificulta hacerse un espacio en los cubículos para descansar, esto resulta en una disminución de la ingesta, que, a su vez, puede disminuir la producción de leche.

Las vacas recién paridas se deben controlar con especial cuidado por lo menos durante los primeros 21 días después del parto, para detectar cualquier problema metabólico o de otra índole relacionados con el parto. Tener un pequeño grupo de vacas frescas (recién paridas) separado puede facilitar que los productores detecten más rápido los problemas.

Por otro lado, la ingesta se ve disminuida en las vacas recién paridas y ponerlas en un área con menos competencia en el comedero ayudará a mejorar la cantidad de alimento que ingieran

Además, este grupo se puede alimentar con raciones que incorporen diferentes aditivos alimentarios y tipos de granos con velocidades de degradación del almidón más rápida, por ejemplo, maíz molido seco contra maíz con alta humedad o tratado con calor, o incluir cereales de invierno (cebada o trigo), esto ayudaría a tener mayor presencia de ácidos grasos volátiles y mejorar la capacidad de absorción de nutrientes de la pared ruminal.

¿Cómo agrupar ganado adulto? 

En las vacas adultas de más de dos partos se puede trabajar tanto en grupos de manejo como en grupos nutricionales.

Se pueden crear en función del tamaño del rebaño, de la cantidad de producción de leche o una mezcla de ambas.

La división de esta población de animales traerá una serie de ventajas, como reducir el tiempo que cada lote en el corral de espera para el ordeño (suponiendo que el número de ordeños se mantenga), dependiendo de las instalaciones; se disminuirá la competencia por el alimento y potencialmente aumentará la producción de leche. 

Si el ganadero decide agrupar a sus vacas en función de la producción, la manera más sencilla es tener un grupo de alta producción y otro de baja producción, siempre nos encontraremos con dificultad de decidir cuándo cambiar nuestros animales al grupo de baja.

 

El NASEM (2021. En la tabla 21-1) define como “vaca tipo” de mayor producción un animal de 700 kg de peso vivo (PV) con una producción de 55 kg de leche con un porcentaje de grasa del 3,5% y de proteína de 2,8% y 100 días en leche, esto nos podría servir como base en la toma de decisiones.

Las vacas de alta producción normalmente están en balance energético negativo, lo que significa que necesitarán movilizar reservas, principalmente grasa, para mantener la producción.

Esta movilización de grasa depende de la ingesta de materia seca del grupo, por lo que es importante asegurar que la dieta sea equilibrada para la mayor producción de leche. Se puede alimentar con una dieta más densa en nutrientes a un grupo de lactancia de alta producción para satisfacer sus altas demandas de energía.

El grupo de producción media y baja, estará formado, principalmente, por vacas en lactancia avanzada.

Normalmente en este periodo los animales se encuentran en equilibrio energético o en balance positivo lo que les hace ganar peso.

Deben depositar suficiente condición corporal y/o reservas de grasa para preparar el periodo de seco, es muy importante evitar que las vacas acumulen un exceso de condición corporal, especialmente en los rebaños con problemas reproductivos. Las raciones para este grupo se formulan con el objetivo de cubrir la producción de leche, pero intentando prevenir que las vacas engorden.

El período seco es el momento que la vaca lechera tiene para recuperarse de la lactancia y prepararse para la siguiente.

Un mal manejo y nutrición de las vacas secas puede dar como resultado una disminución significativa de la producción de leche en la siguiente lactancia.

Este grupo debe incluir vacas lecheras que acaban de ser secadas hasta 21 días antes de la fecha prevista de parto, deben entrar en esta etapa con una puntuación de condición corporal de 3,25, y mantener esta puntuación durante todo el período seco. 

Es recomendable que consuman alrededor del 2% de su peso vivo en de la ración total.

En caso de que el forraje sea ensilado de maíz, es importante que se dé con moderación entre un 30 a 50% del forraje en materia seca. Los excesos en energía nos pueden dar una condición corporal muy alta, lo que puede causar problemas metabólicos al comienzo de la lactancia.

Lote de transición

Este grupo debe incluir vacas que estén dentro de los 21 días antes de la fecha prevista de parto. Este período es crítico, especialmente para evitar los trastornos metabólicos durante la etapa postparto.

Un problema importante con las vacas en transición es su disminución en la ingesta de alimento. Es prudente considerar el uso de aditivos.

En muchos casos las enfermedades metabólicas se presentan de forma subclínica, por lo tanto, la única herramienta que tenemos es la prevención de estos trastornos metabólicos, además es mucho más económica que el tratamiento.

Para cada grupo hay que definir nutricionalmente una “vaca tipo” y a su vez calcular las necesidades. En el cuadro 1 definimos las necesidades de los cuatro grupos de los que hemos hablado anteriormente y además el “Lote de baja y media” lo hemos subdividido en dos, para los casos en que la explotación tenga las condiciones para tener 5 grupos.

Cuadro 1. Definición de la “vaca tipo” por lote y sus necesidades nutricionales:

Adaptado de “Nutritional Requirements of Dairy Cattle”, Van Saun, R,J; 2022,

a = Componentes de la leche 3,5% Grasa, 3,0% Proteína verdadera y 4,8% Lactosa

b = Todos los datos son en materia seca

c = Recomendación del autor, en la práctica llegar a un 19,5% es casi imposible con las materias primas con las que trabajamos, la reducción que recomendamos es de 500 g de proteína por animal y día con una ingesta de 15 kg de MS.

d = Esta es la concentración máxima de energía que se puede formular sin dar lugar a una cantidad insuficiente de fibra dietética o a un exceso de grasas en la dieta. Por lo general, esta concentración de energía no satisfará los requisitos de energía en esta etapa de lactancia y estas vacas perderán peso. Es conveniente también tener en cuenta que excesos de energía se han relacionado con problemas inflamatorios, generalizados y especialmente en el intestino delgado (https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC9564990/pdf/vfac059.pdf)

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