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La gestión del rendimiento mediante la gestión del estrés

El potencial genético de los animales de producción aumenta constantemente. Sin embargo, el rendimiento del ganado sigue manteniéndose por debajo del potencial que prometen los genetistas, y eso que nunca habíamos podido controlar tanto los parámetros de cría: alimentación, entorno, salud…

De hecho, para mejorar el rendimiento de un animal, en general ya solo nos centramos en su entorno (lo que no deja de ser un elemento primordial), y nunca directamente en el animal, aunque es al animal al que exigimos un rendimiento cada vez mayor.

Esta situación crea un aumento del estrés en el ganado que no puede apreciarse exclusivamente por los parámetros de cría (que de hecho son a veces contradictorios). El estrés que siente el animal se convierte entonces en el factor que limita la expresión de su óptimo rendimiento.

Figura 1 . Modulación de la percepción del estrés

 

El concepto del “Mejor-Estar” y el enfoque holístico

En este contexto, los Laboratorios Phodé, especialistas en la olfacción, han desarrollado el concepto del “Mejor-Estar” para el ganado con el fin de reducir las consecuencias del estrés en la ganadería moderna.

Su principio básico es simple:

Si bien la premisa es simple, su aplicación es más compleja:

Respuestas cerebrales específicas relacionadas con la anticipación de la recompensa . Áreas involucradas: hipocampo, cortex prefrontal y amigdala

Figura 2 : Accion cerebrale : Veo

Reference : Clouard C., Etienne P., Noirot V., Champagnac M., Val Laillet D. Impact of a sensory feed additive on the brain activity of piglets during th early post-weaning period.

El aditivo sensorial* creado para su uso en situaciones de estrés es un producto complejo :

 

El estrés térmico: ¿y si la causa del menor rendimiento fuera un escaso consumo de agua?

El comportamiento normal bajo el estrés térmico es el consumo excesivo de agua

Este fenómeno se da por ejemplo en las aves de corral: cuando el estrés térmico se prolonga durante el día, los animales acaban sufriendo como consecuencia una deshidratación. El bajo consumo de alimentos y la pérdida de rendimiento que pueden observarse sistemáticamente en estas condiciones son solo una consecuencia del consumo insuficiente de agua, que debería ser excesivo para compensar. Lo mismo sucede con la sobremortalidad en situación de estrés térmico, en gran parte debido a la deshidratación.

Sin embargo, cuando el agua se encuentra disponible en la explotación, se trata pues de una situación de estrés excesivo (en este caso demasiado largo) que lleva a los animales a seguir un comportamiento que no está lo suficientemente adaptado a las circunstancias.

El aditivo sensorial* utilizado ha demostrado en múltiples ocasiones que permite mantener un consumo elevado de agua (mejor recompensa durante el comportamiento de consumo de agua).

Los animales consumen mejor el alimento, engordan más y la mortalidad se reduce considerablemente.

Este caso ilustra bien el efecto adaptógeno de la gama de estos aditivos sensoriales* por la búsqueda del mejor-estar en el comportamiento de las aves de corral.

Estrés provocado por la alta densidad de población: paliar la disminución de rendimiento individual debido al estrés

La alta densidad de población siempre conlleva un descenso en el consumo de alimentos, lo que implica una disminución del rendimiento en materia de crecimiento.

Este fenómeno se ve ampliamente compensado por el aumento en la producción por construcción que la densidad excesiva tiene como objetivo.

La ganadería moderna se ve obligada a favorecer el rendimiento global por encima del rendimiento individual…Pero, ¿se trata realmente de dos principios tan opuestos?

Obviamente, no podemos volver atrás y fomentar una disminución de la densidad de población, sería negar la realidad del mundo moderno. Con todo, el problema merece una mayor atención para analizar su origen.

En este caso, también hemos favorecido el entorno del animal (la densidad relativa en términos económicos) en comparación con la consideración del animal en sí mismo. Sin embargo, la causa de este fenómeno es simple y merece recibir un mayor interés: el estrés por la secreción de cortisol que induce estimula la producción de leptina en los mamíferos y de interleuquinas en las aves de corral, que a su vez limitan el consumo de alimentos.

El uso de aditivos sensoriales* permite a los animales (cerdos y aves de corral) limitar la percepción de este estrés de densidad y reavivar en parte el interés por el consumo.

Por su parte, el rendimiento se ve totalmente restaurado, una vez más gracias a la disminución de los efectos del estrés (por el catabolismo del cortisol). Para ampliar este fenómeno, puede resultar útil enriquecer el medio, sobre todo en las gallinas ponedoras, muy sensibles al picoteo.

 

Estrés por redistribución: la aplicación de la jerarquía puede hacerse de un modo más pacífico

Cuando se lleva a cabo una redistribución de animales (homogeneización de los lotes de cerdos, introducción de cerdas en una piara, traslado de pollitas a su lugar de puesta…), debe establecerse una nueva jerarquía, lo que da lugar inevitablemente a múltiples enfrentamientos.Estos enfrentamientos totalmente naturales para las especies domésticas pueden generar comportamientos anómalos y patológicos en forma de mordeduras, rasguños o picoteo, a menudo hasta la muerte de las víctimas.

Reiteradas agresiones aumentan el estrés circundante y propagan por ende estos trastornos comportamentales como una epidemia.

El uso de aditivos sensoriales* no disminuye la frecuencia de los enfrentamientos entre animales; de hecho, puede incluso observarse un ligero aumento al principio.

Figura 3. Mixing stress, respuesta comportamental con cerdos

En cambio, se limita la duración de los enfrentamientos, y aún más la intensidad de las lesiones observadas, al punto de que la recuperación de los animales es muy rápida. (figura 3). Una vez más, los aditivos sensoriales* no actúan contra la naturaleza, simplemente atenúa sus mecanismos.

Figura 3 : Mixing stress, respuesta comportamental con cerdos

» Estos ejemplos nos permiten llegar a la conclusión de que este nuevo concepto puede aplicarse independientemente del estrés impuesto a los animales. Teniendo en cuenta que el estrés está siempre presente durante las distintas fases del ciclo de cría, desde la llegada a la explotación hasta el día de evacuación, es fácil imaginar que su aplicación sin interrupción permite aumentar significativamente el rendimiento de producción, así como reducir considerablemente la tasa de mortalidad debido a las agresiones o el estrés (vacunas, evacuación, transporte…).

»Los aditivos sensoriales* representan un concepto único que permite mantener el rendimiento de las explotaciones más exigentes teniendo en cuenta el mejor-estar individual del animal.

*El aditivo sensorial presentado en el artículo es VeO

 

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