Los piensos representan una gran parte de los costes en la producción animal. Esto se debe principalmente a la inestabilidad y las oscilaciones de los precios de los principales insumos para la fabricación de dietas. En el caso de los piensos y en la nutrición de los peces, no es diferente, la dieta tiene un alto coste móvil en la producción.
Sin embargo, las exigencias de cada animal varían en función de factores como la especie, los hábitos alimentarios y la fase de desarrollo.
En general, los nutrientes que necesitan los peces se obtienen a través de alimentos naturales disponibles en el medio ambiente (como plantas, animales más pequeños, fitoplancton y zooplancton) o por medio de dietas comerciales (piensos).
Una nutrición adecuada proporcionará a los peces un crecimiento satisfactorio, beneficios para la salud y resistencia a los patógenos, especialmente en el caso de los animales sometidos a sistemas de cría intensivos y superintensivos.
La elaboración de dietas equilibradas para la producción de peces debe basarse en factores preponderantes como:
Hábitos alimentarios más comunes en los peces
Herbívoros: son animales capaces de ingerir alimentos fibrosos, ya que poseen abundante flora bacteriana intestinal. Esto les proporciona la capacidad de ingerir y digerir entre un 3 y un 4% de su peso vivo en fibra.
Omnívoros: son capaces de ingerir dietas basadas en diferentes tipos de ingredientes que van desde piensos industrializados, hasta pequeños invertebrados, plantas, frutas y materia orgánica en descomposición.
Peces carnívoros: consumen preferentemente alimentos de origen animal, incluidos invertebrados y otros peces. No obstante, pueden adaptarse al consumo de alimentos artificiales a partir de la fase postlarval.
Estos animales tienen en su mayoría un estómago de gran tamaño en comparación con otros peces con hábitos alimentarios diferentes.
Estas definiciones de los hábitos alimentarios de los peces reflejan su constitución anatómica y funcional. A través de las características anatómicas e histológicas del tubo digestivo podemos inferir acerca de los hábitos alimentarios de los peces.
Particularidades como la posición de la boca, el tipo de dientes, el aparato branquial, el desarrollo pilórico cecal y la segmentación del estómago contribuyen a definir la capacidad de captura de alimento. Así como el hábito alimentario de cada especie.
Los carbohidratos representan el grupo de nutrientes más controvertido en las dietas de los peces. Estos animales no manifiestan carencias ni síntomas de deficiencia evidentes cuando son sometidos a dietas sin este nutriente.
Los niveles de carbohidratos en la dieta varían en su aporte, con valores entre el 7 y el 20%, según los hábitos alimentarios de cada especie.
Para llevar a cabo una correcta gestión de la alimentación en la producción de peces es importante tener en cuenta factores como:
Fase de desarrollo
Después de la eclosión, las larvas disponen de un saco vitelino rico en nutrientes para completar su desarrollo. Así, entran en la fase postlarval, en la que empiezan a consumir dietas exógenas según el hábito alimentario de la especie.
Fase postlarval
Frecuencia alimentaria
Durante las fases de desarrollo, debe tenerse en cuenta la frecuencia de alimentación, es decir, el número de veces que se suministrará el alimento.
Cabe señalar que las primeras fases exigen una mayor frecuencia de alimentación debido a la mayor necesidad de nutrientes para el crecimiento y el desarrollo.
En cambio, para los animales que están en fase de reproducción, para la frecuencia de alimentación hay que tener en cuenta sobre todo el hábito alimentario de la especie.
Tasa de alimentación
La tasa de alimentación comprende la cantidad de alimento que se suministra y suele calcularse en función del porcentaje de peso vivo. Los animales jóvenes, en la fase inicial, requieren una mayor cantidad de alimento en relación con su peso.
En esta fase, el suministro de la dieta comienza con referencia al 100% del peso vivo del animal.
Consideraciones finales