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Mantenimiento de la integridad intestinal en aves para evitar camas húmedas

Escrito por: Manuel Contreras - DVM, MS, Diplomate ACPV Director técnico veterinario
intestinal

La importancia de una microflora intestinal equilibrada es crítica para el buen desarrollo de las aves comerciales.

No hay duda de que con los avances en el desarrollo genético que se ha logrado en las últimas décadas, cada vez es mayor la presión que reciben estos animales para crecer más rápidamente.

Toda esta productividad adicional ocurre gracias a la capacidad del sistema gastrointestinal de absorber y convertir los nutrientes ingeridos en carne y huevos.

En años recientes, gracias a las nuevas técnicas de biología molecular desarrolladas, se ha facilitado el determinar la composición genética de las bacterias que componen el tracto gastrointestinal en aves comerciales y se ha demostrado que la población bacteriana alrededor del mundo es muy similar.

 

Mantener la integridad intestinal (bienestar de las estructuras intestinales) y evitar la disbacteriosis o ausencia del balance necesario en la microflora es primordial para prevenir enfermedades como la Salmonelosis y la enteritis necrótica (E.N.)

 

Con frecuencia se nos olvida que los intestinos, además de realizar la función digestiva, representan una barrera muy importante entre el medio ambiente y el organismo del ave y que constituyen cerca de un setenta por ciento (órgano más grande) del sistema inmune aviar.

 

 

Problemas de origen dietético 

Concentraciones elevadas de sodio/Na (sal) en el alimento

Tradicionalmente los niveles normales de Na añadidos a dietas comerciales son de aproximadamente 0,16 a 0,20%. Si se incluyen niveles más altos, ocurrirá una mayor eliminación de agua en las heces.

 

Uso de carbonato cálcico con altos niveles de magnesio (Mg)

Cuando se añade piedra caliza (carbonato cálcico) que contiene niveles altos de Mg, lo que se conoce como dolomita, un mineral compuesto de carbonato de Ca y Mg, se pueden presentar heces de consistencia acuosa. El nivel normal de Mg en el carbonato cálcico debe ser menor de 1%. En la dolomita los niveles de Mg llegan a 10-13%.

 

Uso del carbonato de Ca en forma de partículas

Esta práctica de manejo nutricional es más crítica en gallinas comerciales viejas. Se pueden reducir las camas húmedas añadiendo el carbonato de Ca en forma de partículas de 3 a 5 mm, en lugar de usar el producto en forma de polvo. Si todo el carbonato cálcico que se añade a la dieta está en polvo, aumentará la eliminación de agua en las heces.

La gran ventaja de seguir esta recomendación es que, al hacerlo, disminuye el número de huevos quebrados porque el cascarón se fortalece y ocurre una menor incidencia de huevos rotos.

 

Inactivación incorrecta de los inhibidores naturales presentes en las harinas de soya, cebada y semilla de lino

Estos granos pueden causar, si no han sido tratados adecuadamente, el bien conocido síndrome de tránsito rápido del alimento.

 

Exceso de proteína en la dieta, especialmente harina de soya

Las gallinas comerciales que consumen más de 17% de proteína en la dieta producen un exceso de ácido úrico que es eliminado a través de los riñones.

 

Consumo elevado de Na y K en el alimento o en el agua de bebida

Las raciones con niveles altos de harina de soya presentaran mayores concentraciones de K, lo que pueden afectar la consistencia de las heces.

 

Exceso de grasa animal o grasas de mala calidad como el “yellow grease” en el alimento o ácidos grasos rancios producto de la oxidación de las grasas

Todos estos elementos afectan la digestibilidad de los aceites e inciden en la consistencia de la excreta. Inclusión de niveles elevados de trigo, cebada y/o centeno sin añadir enzimas que mejoren su digestibilidad.

 

Estos granos pueden estimular la producción de moco e incrementar la viscosidad de la ingesta, condiciones favorables para el crecimiento del Clostridium perfringens.

Esta es una bacteria que forma parte de la flora microbiana normal pero que bajo condiciones especiales se convierte en patógena y puede afectar severamente la salud intestinal.

 

 

 

Antimicrobianos

Coccidiostatos como Lasalocid se caracterizan por aumentar la eliminación de agua a través de las heces en pollos de engorde. Cuando se usa el producto, la concentración ideal de Na en la dieta de pollos debe ser de 0,15% para evitar que las camas se humedezcan.

En general algunas compañías añaden 70 g/TM de alimento para evitar camas húmedas pero el nivel óptimo de inclusión para la prevención de coccidiosis es de 100 g/TM.

 

Uso excesivo de antibióticos. Pueden eliminar bacterias benéficas como los Lactobacilus y facilitar el crecimiento de Salmonellas, E. coli y Clostridium perfringens.

 

Patógenos bacterianos y virales

Virus como los reovirus, enterovirus y adenovirus son capaces de afectar la absorción de nutrientes y provocar camas húmedas.

 

Tóxicos/Micotoxinas

Existen varias micotoxinas que afectan el tejido epitelial y que por lo tanto pueden tener un efecto negativo sobre la integridad intestinal. Las más conocidas son la toxina T2, diacetoxiscirpenol (DAS) y el monoacetoxiscirpenol (MAS).

Estas tres micotoxinas pueden predisponer a las aves a las infcciones con la E.N. Las Fumonisinas y Vomitoxina (DON) dañan la barrera epitelial de los intestinos, inhiben la síntesis de proteína y predisponen a las aves a que desarrollen E.N.

Comercialmente la micotoxina que más frecuentemente puede provocar camas húmedas es la Ocratoxina, por el efecto que tiene sobre los riñones. Este tipo de lesión permite la eliminación de una mayor cantidad de agua en las heces. Los casos de camas húmedas causadas por Citrinina, otra micotoxina nefrotóxica, no son comunes en condiciones comerciales, de acuerdo con la experiencia del autor de este artículo.

 

 

Ambientales

El estrés por calor conduce a un consumo excesivo de agua porque el ave necesita compensar las altas temperaturas ambientales mediante la hidratación. El resultado final es que las camas presentarán un nivel de humedad más alto.

Agua de pozo con niveles altos de Na, K y Mg provocará una mayor eliminación de agua en las heces.

 

En conclusión, el mantenimiento de un sistema digestivo sano es el resultado de controlar muchos factores de manera simultánea, como hemos revisado en este artículo. Un enfoque simple, no va a resolver todos los problemas y no nos permitirá mantener el equilibrio gastrointestinal adecuado. Como casi siempre ocurre en avicultura, es necesario trabajar mejorando varios factores a la vez para resolver los problemas que se presentan a diario.

Un ejemplo indicativo del gran esfuerzo que es necesario realizar para que las aves se mantengan libres de patógenos gastrointestinales ocurre cuando los pollos de engorde se someten al ayuno por unas 8 a 12 horas, previo al transporte al matadero. El hecho de que la parte superior del sistema digestivo (buche) esté libre de alimento provocará que el pH suba (pasa a ser alcalino).

Ese ligero cambio en el pH intestinal permite el crecimiento de las Salmonellas, un gran problema mundial en el área de salud pública. Eso ha motivado a la industria avícola en algunas áreas a usar acidificantes para obtener un pH bajo (ácido) y así evitar el crecimiento de estas bacterias que pueden contaminar la carne de pollo a nivel de matadero.

Foto 1. Heces de consistencia sólida en una granja de gallinas comerciales alojadas en jaulas.

 

Foto 2. Heces de consistencia líquida en una granja comercial de gallinas alojadas en jaulas.

 

Foto 3. Depósitos de urato en el riñón de un ave que consumió alimento contaminado con Ocratoxina.

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