La importancia de una microflora intestinal equilibrada es crítica para el buen desarrollo de las aves comerciales.
No hay duda de que con los avances en el desarrollo genético que se ha logrado en las últimas décadas, cada vez es mayor la presión que reciben estos animales para crecer más rápidamente.
Toda esta productividad adicional ocurre gracias a la capacidad del sistema gastrointestinal de absorber y convertir los nutrientes ingeridos en carne y huevos.
- Para que toda esta maquinaria funcione de manera impecable es necesario mantener el crecimiento adecuado de la flora microbiana intestinal favorable que a su vez facilita el buen mantenimiento de la integridad intestinal.
En años recientes, gracias a las nuevas técnicas de biología molecular desarrolladas, se ha facilitado el determinar la composición genética de las bacterias que componen el tracto gastrointestinal en aves comerciales y se ha demostrado que la población bacteriana alrededor del mundo es muy similar.
Mantener la integridad intestinal (bienestar de las estructuras intestinales) y evitar la disbacteriosis o ausencia del balance necesario en la microflora es primordial para prevenir enfermedades como la Salmonelosis y la enteritis necrótica (E.N.) |
Con frecuencia se nos olvida que los intestinos, además de realizar la función digestiva, representan una barrera muy importante entre el medio ambiente y el organismo del ave y que constituyen cerca de un setenta por ciento (órgano más grande) del sistema inmune aviar.
- Estructuras anatómicas como las tonsilas cecales y las placas de Peyer, entre otras, juegan un papel importante en el desarrollo de inmunidad.
- Los agregados linfoides que se identifican durante la necropsia como zonas hemorrágicas y que se conocen como “hemorragias de agonía”, distribuidos a lo largo de los intestinos, constituyen una primera línea de defensa.
Problemas de origen dietético
Concentraciones elevadas de sodio/Na (sal) en el alimento
Tradicionalmente los niveles normales de Na añadidos a dietas comerciales son de aproximadamente 0,16 a 0,20%. Si se incluyen niveles más altos, ocurrirá una mayor eliminación de agua en las heces.
Uso de carbonato cálcico con altos niveles de magnesio (Mg)
Cuando se añade piedra caliza (carbonato cálcico) que contiene niveles altos de Mg, lo que se conoce como dolomita, un mineral compuesto de carbonato de Ca y Mg, se pueden presentar heces de consistencia acuosa. El nivel normal de Mg en el carbonato cálcico debe ser menor de 1%. En la dolomita los niveles de Mg llegan a 10-13%.
Uso del carbonato de Ca en forma de partículas
Esta práctica de manejo nutricional es más crítica en gallinas comerciales viejas. Se pueden reducir las camas húmedas añadiendo el carbonato de Ca en forma de partículas de 3 a 5 mm, en lugar de usar el producto en forma de polvo. Si todo el carbonato cálcico que se añade a la dieta está en polvo, aumentará la eliminación de agua en las heces.
La gran ventaja de seguir esta recomendación es que, al hacerlo, disminuye el número de huevos quebrados porque el cascarón se fortalece y ocurre una menor incidencia de huevos rotos.
Inactivación incorrecta de los inhibidores naturales presentes en las harinas de soya, cebada y semilla de lino
Estos granos pueden causar, si no han sido tratados adecuadamente, el bien conocido síndrome de tránsito rápido del alimento.
Exceso de proteína en la dieta, especialmente harina de soya
Las gallinas comerciales que consumen más de 17% de proteína en la dieta producen un exceso de ácido úrico que es eliminado a través de los riñones.
Consumo elevado de Na y K en el alimento o en el agua de bebida
Las raciones con niveles altos de harina de soya presentaran mayores concentraciones de K, lo que pueden afectar la consistencia de las heces.
Exceso de grasa animal o grasas de mala calidad como el “yellow grease” en el alimento o ácidos grasos rancios producto de la oxidación de las grasas
Todos estos elementos afectan la digestibilidad de los aceites e inciden en la consistencia de la excreta. Inclusión de niveles elevados de trigo, cebada y/o centeno sin añadir enzimas que mejoren su digestibilidad.
Estos granos pueden estimular la producción de moco e incrementar la viscosidad de la ingesta, condiciones favorables para el crecimiento del Clostridium perfringens.
Antimicrobianos
En general algunas compañías añaden 70 g/TM de alimento para evitar camas húmedas pero el nivel óptimo de inclusión para la prevención de coccidiosis es de 100 g/TM.
Patógenos bacterianos y virales
Virus como los reovirus, enterovirus y adenovirus son capaces de afectar la absorción de nutrientes y provocar camas húmedas.
Tóxicos/Micotoxinas
Estas tres micotoxinas pueden predisponer a las aves a las infcciones con la E.N. Las Fumonisinas y Vomitoxina (DON) dañan la barrera epitelial de los intestinos, inhiben la síntesis de proteína y predisponen a las aves a que desarrollen E.N.
Comercialmente la micotoxina que más frecuentemente puede provocar camas húmedas es la Ocratoxina, por el efecto que tiene sobre los riñones. Este tipo de lesión permite la eliminación de una mayor cantidad de agua en las heces. Los casos de camas húmedas causadas por Citrinina, otra micotoxina nefrotóxica, no son comunes en condiciones comerciales, de acuerdo con la experiencia del autor de este artículo.
Ambientales
En conclusión, el mantenimiento de un sistema digestivo sano es el resultado de controlar muchos factores de manera simultánea, como hemos revisado en este artículo. Un enfoque simple, no va a resolver todos los problemas y no nos permitirá mantener el equilibrio gastrointestinal adecuado. Como casi siempre ocurre en avicultura, es necesario trabajar mejorando varios factores a la vez para resolver los problemas que se presentan a diario.
Un ejemplo indicativo del gran esfuerzo que es necesario realizar para que las aves se mantengan libres de patógenos gastrointestinales ocurre cuando los pollos de engorde se someten al ayuno por unas 8 a 12 horas, previo al transporte al matadero. El hecho de que la parte superior del sistema digestivo (buche) esté libre de alimento provocará que el pH suba (pasa a ser alcalino).
Foto 1. Heces de consistencia sólida en una granja de gallinas comerciales alojadas en jaulas.
Foto 2. Heces de consistencia líquida en una granja comercial de gallinas alojadas en jaulas.
Foto 3. Depósitos de urato en el riñón de un ave que consumió alimento contaminado con Ocratoxina.