Los principales ingredientes que componen las dietas para cerdos son el maíz como fuente energética mayoritaria, los subproductos de la extracción de aceite de soja (harina, expeller y pellets) como fuente proteica y aceites vegetales (aceite de soja) como concentrados energéticos en dietas que así lo requieran.
Materias Primas Energéticas
El maíz es el grano más accesible en Argentina, aunque por diferentes circunstancias de precio, región geográfica y disponibilidad, se utilizan también sorgo, trigo, avena y cebada en diversas formulaciones.
Estos cereales son ingredientes de importancia, ya que ocupan un porcentaje de inclusión elevado dentro de las dietas para cerdos; la característica principal es su alto valor energético, aportado principalmente por el almidón y la grasa, presentando diferencias respecto a su composición entre los diferentes cultivos.
Algunos de ellos presentan limitaciones en su uso debido a la falta o baja presencia de enzimas digestivas en los animales que dificultan la ruptura de enlaces químicos para que se liberen nutrientes, siendo aconsejable la utilización de enzimas exógenas (β-glucanasas, xilanasas, proteasas, fitasas) para un mejor aprovechamiento de los mismos.
El maíz se caracteriza por su alto valor energético, buena palatabilidad y baja presencia de factores antinutricionales; el nivel de inclusión dentro de las dietas (50 a 70%) influencia de forma significativa la calidad de la misma, aportando el 63% de la energía metabolizable y 25% de la proteína en dietas de engorde.
Rostagno señala que los granos dañados tienen peor valor nutricional en comparación con el grano normal debido a los cambios en su composición química, con reducción de biodisponibilidad de algunos nutrientes, presencia de factores antinutricionales y la proliferación de hongos con o sin producción de micotoxinas.
Por ello, analizar el tipo de grano que utilizamos en nuestras formulaciones es importante, ya que granos quebrados poseen 90 Kcal de Energía Metabolizable/Kg menos que los granos enteros (Dale, 1994),
También es importante evaluar las condiciones de almacenamiento (temperatura, humedad, acciones de hongos, insectos) ya que si estas son inadecuadas, pueden disminuir de 5 a 25 % la Energía metabolizable del maíz (Krabbe, 1995).
Las grasas de origen animal y derivadas de oleaginosas son muy utilizadas en nutrición animal. La soja y el girasol son los cultivos de oleaginosas más importantes en nuestro país, siendo la primera la de mayor crecimiento y volumen, colocando a Argentina dentro de los principales exportadores a nivel mundial.
La industria acompañó este crecimiento, por lo cual el aceite de soja es un insumo disponible en las zonas productoras de cerdos. El aceite se obtiene a partir del prensado y o extracción por solvente (Hexano) del poroto de soja.
El aceite obtenido contiene 99,6 % de grasa y una cantidad importante de ácido linoléico (52,57%) (Rostagno, 2011).
La inclusión en las dietas tanto de engordes como de reproductoras, permite alcanzar niveles energéticos deseables en situaciones particulares, como por ejemplo:
- Animales con bajo consumo debido a condiciones ambientales
- Cuando se quiere reducir la conversión alimenticia
- Hembras lactantes de alta producción láctea y bajo consumo, etc.
Es importante controlar la calidad del aceite a utilizar, ya que cualquier alteración influye y perjudica el desempeño de los animales.
Controlar la acidez (índice de acidez) determina el contenido de ácidos grasos libres, siendo una medida del deterioro del aceite; y el índice de peróxidos, que mide la rancidez oxidativa del aceite, la cual implica transformaciones químicas que cambian las características organolépticas.
Leer también «Cómo maximizar el consumo de alimento en el engorde a corral»
Mantente al día con nuestros boletines
Reciba gratuitamente la revista en versión digital REGISTRO ACCEDA A
SU CUENTA ACCEDER ¿Ha perdido la contraseña?