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Medidas de control de la FAO para la plaga del gusano militar de otoño (FAW)

El gusano militar del otoño o «fall armyworm» (FAW), Spodoptera frugiperda, es una polilla originaria de las regiones tropicales y subtropicales de América que se ha extendido por todo el mundo. En su fase larvaria, puede causar importantes daños a las plantas, a menos que haya un control natural, buenas prácticas agronómicas o variedades resistentes. La FAW tiene preferencia por los cultivos de maíz, pero también:

 

 

Una vez establecida en un país, la FAW es casi imposible de ser erradicada o controlada para evitar su propagación: un adulto puede volar hasta cien kilómetros en una sola noche.

 

 

Desde su llegada a África Occidental a principios de 2016, la FAW ha llegado a la mayoría de los países africanos. También se ha extendido al Oriente Próximo y a más de una docena de países asiáticos, entre ellos China, India y Japón. Se ha informado también de su presencia en Australia, Mauritania y Timor Oriental.

 

Las zonas del sur de Europa podrían ser las siguientes.

 

Sobre la base de las estimaciones de 2018 de 12 países africanos, podrían perderse hasta 17,7 millones de toneladas de maíz al año debido a la FAW en ese continente, suficiente para alimentar a decenas de millones de personas. El impacto más directo de estas pérdidas afecta a los pequeños agricultores de maíz, la mayoría de los cuales dependen de este cultivo para evitar el hambre y la pobreza.

 

NUEVA ACCIÓN GLOBAL 

La FAO ha desarrollado una nueva Acción Global para el control del gusano del otoño de tres años de duración, garantizando un sólido enfoque coordinado a nivel nacional, regional y mundial. La nueva iniciativa mundial de la FAO tiene como objetivo movilizar 10 millones de dólares estadounidenses en 2020-22 para tomar medidas radicales, directas y coordinadas para fortalecer las capacidades de prevención y control sostenible de la plaga a nivel mundial.

La Acción Global está ampliando de forma masiva los esfuerzos de la FAO contra las FAW gracias a los múltiples mecanismos disponibles, como las escuelas de campo para agricultores, las asociaciones con instituciones de investigación, el sector privado, la cooperación South-South, las organizaciones regionales y nacionales de protección de las plantas y por último, los grupos de trabajo nacionales específicos sobre FAW.

 

 

Los tres objetivos clave:

 

La Acción Global se está aplicando de forma coordinada y armonizada en estas tres regiones: África, Oriente Próximo y Asia-Pacífico. Las intervenciones se dirigen a los países prioritarios identificados a través de la nueva Iniciativa Mano a Mano de la FAO.

Esta iniciativa empareja a los países más desarrollados del mundo con los que tienen los mayores índices de pobreza y hambre, y de esta forma apoyar la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.

 

 

 

La Acción Global para el control de la FAW refuerza los esfuerzos para desalentar el uso generalizado de plaguicidas químicos altamente peligrosos, y hace hincapié más que nada en la prevención. Aboga por una combinación de buenos sistemas de vigilancia y alerta temprana, junto con la gestión integrada de plagas como base para apoyar a los agricultores en la respectiva gestión.

 

La Acción Global estableció un mecanismo de coordinación mundial para un diálogo abierto y de colaboración hacia soluciones sencillas. También apoya la creación y ampliación de grupos de trabajo nacionales sobre la FAW, y la movilización de recursos para la investigación aplicada orientada a soluciones prácticas y eficientes.

 

En los últimos tres años, la FAO ya ha encabezado 63 proyectos relacionados con la FAW, principalmente en África, estableciendo muchas buenas prácticas y acumulando muchos conocimientos valiosos en el camino.

 

ÉXITO DEL PROGRAMA CONTRA LA FAW 

Cuando en 2019 se constataron las pérdidas potenciales de esta plaga, la FAO puso en marcha una Acción Global para la lucha contra el Gusano del Otoño (FAW).

 

 

En toda África, Oriente Próximo y Asia, esto implicó un enfoque coordinado de control a nivel mundial, nacional, regional y local.

En ocho zonas un enfoque de gestión integrada de plagas (GIP) ha tenido mucho éxito. Además, ya se dispone de variedades de maíz resistentes al ataque de la plaga, que se están probando en África.

Por último, más de 140 000 agricultores, trabajadores de divulgación y otros profesionales se han beneficiado de la formación sobre métodos de lucha.

 

En los dos últimos años, las pérdidas de cosechas por esta plaga en el estado de África Occidental se han mantenido por debajo del 5%. Al menos en parte, esto se atribuye a la introducción de controles biológicos, que han demostrado una eficacia de alrededor del 90% en el campo

 

 

Fuente: FAO. Global Action for Fall Armyworm Control 2022

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