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Mezcla de aceites esenciales mejora el peso del huevo

Existe una creciente demanda por productos alternativos naturales en la alimentación de las aves, estos no deben dejar residuos en los productos de origen animal y deben tener la misma actividad enzimática que los productos sintéticos, entre las opciones se encuentran productos como pro y prebióticos, aceites esenciales, ácidos orgánicos, entre otros (Catalan et al., 2012).

Los aceites esenciales están compuestos por extractos de plantas y generalmente contienen moléculas de carácter terapéutico.

 

Presentan compuestos volátiles, lipófilos y de bajo peso molecular. Son sustancias derivadas del metabolismo secundario de las plantas, no están directamente ligadas al mantenimiento de la vida del vegetal, sin embargo, aportan ventajas a su supervivencia, permitiendo una mejor adaptación a las condiciones impuestas por el medio ambiente.

Pueden ser extraídos mediante arrastre con vapor de agua, hidrodestilación o expresión del pericarpio de frutos cítricos. No obstante, existen otros métodos de extracción como la enfloración (enfleurage), la extracción por CO2 supercrítico (utilizado en la industria) y solventes orgánicos no polares (Jorge, 2009).

Debido a su volatilidad, sus compuestos activos son sensibles en presencia de oxígeno, luz, calor, humedad y otros agentes ambientales, y pueden oxidarse y degradarse fácilmente, por lo que para uso industrial y alimentación animal es necesario desarrollar técnicas que permitan proteger y mantener las propiedades principales, como la microencapsulación (Hall et al., 2020).

La encapsulación fue desarrollada para la estabilización, solubilización y liberación controlada de compuestos, es un proceso mediante el cual un determinado material es rodeado o recubierto por otro material o conjunto de materiales.

En definitiva, se trata de un mecanismo de envasado, separación y almacenamiento de sustancias en cápsulas microscópicas para su posterior liberación, aprovechando un mayor uso de los componentes encapsulados (Gonçalves et al., 2017).

Por lo tanto, el uso de aceites esenciales para animales monogástricos, cuando se adicionan al alimento, ha demostrado buenos resultados, principalmente en la mejora de la digestibilidad de los nutrientes al mantener la eubiosis (condición de equilibrio saludable de la flora) del tracto gastrointestinal (Amad et al., 2011), una acción antimicrobiana en la reducción de bacterias patógenas (Alhajj et al., 2015), además de poder proporcionar un mejor consumo de alimento, aumentar las secreciones digestivas y ayudar en las actividades antioxidantes del organismo (Fonseca et al., 2015).

Además, la búsqueda de extractos naturales que puedan minimizar los efectos de los radicales libres en el organismo de las aves, así como en sus productos, carne y huevos, también ha impulsado la investigación sobre el uso de aditivos de plantas medicinales como antioxidantes, ya que la producción intensiva de las aves de corral aumenta la exposición de los animales a condiciones de estrés oxidativo (Zhao et al., 2011).

El estrés oxidativo se produce cuando existe un desequilibrio entre la generación de compuestos oxidantes y la acción de los sistemas de defensa antioxidantes, que pueden ser enzimáticos o no enzimáticos.

La generación de compuestos oxidantes (radicales libres) normalmente ocurre en las mitocondria, membranas celulares y citoplasma, siendo la mitocondria a través de la cadena de transporte de electrones el principal generador, esto se debe a que para obtener energía (ATP) hay una reducción progresiva y completa de oxígeno (O2), teniendo como productos dos moléculas de agua (H2O).

Cuando la reducción ocurre parcialmente, se forman electrones desapareados con capacidad de causar daño oxidativo conocidos como radicales libres (Barbosa et al., 2010).

Sin embargo, la denominación radical libre no es el término ideal para el conjunto de los agentes reactivos patógenos, ya que algunos de ellos no tienen electrones desapareados en su última capa, aunque forman parte de reacciones de oxidación-reducción.

Por lo tanto, los términos reactive oxygen species (ERO- especies reactivas de oxígeno) y reactive nitrogen species (ERN- especies reactivas de nitrógeno) se consideran más apropiados ya que describen mejor estos compuestos oxidantes (Vasconcelos et al., 2014).

Las ERO y ERN son extremadamente reactivas ante compuestos próximos, celulares o tisulares, cuya reacción tiene como objetivo capturar un electrón para obtener su estabilización, siendo capaces de dañar moléculas como el ADN, proteínas, lípidos y carbohidratos.

Como el oxígeno es sumamente importante para que las células obtengan energía a través de reacciones metabólicas, la producción de ERO y ERN siempre ocurre y se considera un proceso fisiológico normal, siempre y cuando se genere en pequeñas cantidades (Halliwell eGutteridge, 2015).

 

Esta reactividad del oxígeno y la consiguiente toxicidad para el organismo dio como resultado el desarrollo de mecanismos de defensa antioxidante del propio sistema, que incluye las enzimas Superóxido Dismutasa (SOD), Catalasa (CAT) y Glutatión Peroxidasa (GPx), con el objetivo de mantener la homeostasis oxidativa. y asegurar la supervivencia celular. Sin embargo, el organismo no es capaz de garantizar la defensa por sí solo, por lo que es necesario el uso de antioxidantes no enzimáticos para contener la propagación de la oxidación (Augustyniak et al., 2010).

Se describe como antioxidante “cualquier compuesto presente en bajas concentraciones, en comparación con otros, que retrasa o previene significativamente la oxidación de sustratos oxidables”.

Tales sustancias pueden actuar directamente, neutralizando la acción de los radicales libres, o indirectamente, participando en sistemas enzimáticos con tal capacidad.

Los antioxidantes pueden ser caracterizados como sintéticos (producidos industrialmente) o naturales (compuestos fenólicos que se encuentran en productos de origen vegetal) (Ramalho y Jorge, 2006).

Entre los compuestos de origen vegetal se encuentran los aceites esenciales de pimienta roja, canela y orégano.

El orégano (Origanumvulgare L.) es una planta aromática que presenta en la composición química de sus hojas e inflorescencias hasta 1% de aceite esencial, siendo su principal constituyente el carvacrol, ha sido utilizado en experimentos por sus posibles efectos sobre el metabolismo animal, como antibacteriano, anticoccidial, antifúngico, antioxidante, antiinflamatorio y sobre el sistema inmune (Pasquali et al., 2014).

La canela (Cinnamomumverum) es un árbol de hoja perenne cuya parte interna de la corteza de su tronco es rica en aceite esencial compuesto principalmente por el ingrediente activo cinamaldehído, mientras que las hojas son fuentes de eugenol.

Las pruebas farmacológicas demostraron que el aceite esencial y su componente principal tienen actividad antibacteriana, antifúngica y antioxidante, además de tener una acción estimulante sobre las enzimas digestivas (Wang et al., 2009).

Las pimientas del género Capsicum tienen como principal compuesto activo la capsaicina, la cual es un alcaloide que ha demostrado ser eficiente para aumentar la secreción de enzimas pancreáticas e intestinales, resultando en un mejor proceso digestivo. Además de esto, en la pimienta se encuentran otros grupos de compuestos, como flavonoides, terpenoides y saponinas, tanto en el fruto como en las hojas de la pimienta (Pinto et al., 2013).

Sin embargo, si bien existen varios estudios en el área utilizando aceites esenciales y oleorresinas para aves, aún hay divergencias en los resultados obtenidos, debido principalmente a factores como:

  • El tipo y parte de la planta utilizada y sus propiedades físicas;
  • El tiempo de cosecha;
  • El método de preparación del aditivo fitogénico;
  • La compatibilidad con otros componentes alimenticios y nivel de suplementación en las dietas animales;
  • Además, los resultados también varían en relación con la técnica de procesamiento de extracción del aceite y el tipo de análisis de laboratorio realizados por los investigadores (Yang et al., 2009; Paschoal et al., 2014).

Ante esto, el grupo de investigación GENCO de la Universidad Estadual de Maringá, UEM, realizó estudios con el objetivo de evaluar la adición de aceites esenciales para gallinas ponedoras desde la fase de cría hasta la fase inicial de postura (35 semanas).

Se realizó un experimento con cinco dietas experimentales: (T1) control 0 mg de aceite esencial/kg de dieta; (T2) 100 mg/kg de mezcla de aceites esenciales; (T3) 200 mg/kg de mezcla de aceites esenciales; (T4) mezcla residual 100 mg/kg fase de cría y recría; (T5) mezcla residual 200 mg/ kg fase de cría y recría.

En la fase de postura (20 a 35 semanas de edad), a las aves del tratamiento uno, solo se les proporcionó el alimento basal durante la fase de cría y recría; para los tratamientos 2 y 3, las aves recibieron el mismo tratamiento durante la fase de cría y recría; y para los tratamientos 4 y 5, las aves recibieron el tratamiento de mezcla de aceites esenciales durante la fase de cría y recría y no lo recibieron durante el período de 20 a 35 semanas. La mezcla estuvo compuesta por: Oleorresina de capsaicina (pimienta roja) + Cinnamondehyde (canela) + Carvacrol (orégano).

Como resultado, no se observaron diferencias significativas para las variables de rendimiento evaluadas: peso corporal inicial, peso corporal final, consumo diario de alimento, tasa de postura, conversión alimenticia por kilo de huevos y conversión alimenticia por docena de huevos, entre los tratamientos.

Para las variables de calidad del huevo evaluadas: unidad Haugh, gravedad específica, espesor de cáscara, porcentaje de yema, albúmina y cáscara, índice de yema y albúmina, no se observaron diferencias significativas entre tratamientos. Sin embargo, para el peso del huevo sí hubo diferencia significativa, donde los tratamientos 1, 2 y 3 tuvieron mayor peso en comparación con los tratamientos 4 y 5.

Este resultado se puede explicar por el cambio en la dieta, considerando que las aves de los tratamientos 4 y 5 recibieron aceite esencial en su dieta desde el primer día hasta la semana 18 y al dejar de recibirlo en el periodo inicial de postura hubo una disminución en el tamaño promedio de los huevos.

Por lo tanto, se puede concluir que la adición de aceite esencial en la fase inicial de postura no afecta el rendimiento y calidad de los huevos de aves de 20 a 35 semanas. No obstante, las aves que recibieron una mezcla de aceites esenciales desde 1 día de edad mostraron mayor peso de los huevos en la fase de postura de las 20 a 35 semanas de edad.

 

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