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Nutrición de precisión en cerdos para disminuir el impacto ambiental

El impacto ambiental generado por las distintas explotaciones intensivas, ha tomado en la actualidad una gran relevancia en la opinión pública.

Desde organismos privados y públicos, ONGs e incluso, los propios consumidores, se exige que se produzcan alimentos de origen animal cuidando el bienestar de los mismos y con el menor impacto ambiental posible.

La producción porcina no está ajena a ello.

 

El tratamiento de efluentes, la producción de energía a partir de las excretas y la disminución de las deposiciones a través del manejo nutricional, son las herramientas más difundidas para disminuir el impacto ambiental.

Desde el punto de vista de la Nutrición Animal, es fundamental basarse en los conocimientos para alimentar a los animales de modo que el alimento que consuman pueda ser asimilado en un gran porcentaje, con una baja eliminación de sustancias nocivas para el medio ambiente.

La digestibilidad de las materias primas con la que se trabaja es fundamental a la hora de armar una dieta. Es por este motivo que es importante contar con una buena caracterización de los elementos utilizados, así como de una mínima variación en su composición, ya que de lo contrario los nutrólogos se verán obligados a utilizar márgenes de seguridad muy amplios para cubrir las necesidades, lo que puede implicar consecuencias negativas no solo desde el punto de vista ambiental sino también económico.

Los conocimientos de la nutrición de los cerdos sumado a las herramientas informáticas con las que se cuenta hoy en día, permiten diseñar dietas más precisas en cuanto a los nutrientes que requieren los cerdos y lo que se les suministra.

Gracias a estos avances, se pudo reducir en gran medida la eliminación de Nitrógeno (N) y de otros minerales, las emisiones de amoniaco como así también, los olores; disminuyendo el impacto ambiental de los efluentes, sin que eso afecte los rendimientos productivos.

Las estrategias nutricionales aplicadas en las granjas porcinas para disminuir el volumen y la contaminación de los efluentes son variadas y vamos a desarrollarlas a continuación.

 

 

♠ Alimentar por fases

Cuanto más exacta sea la dieta sobre los requerimientos nutricionales de cada fase, mejor aprovechamiento se le va a dar a esa ración, disminuyendo al mínimo las pérdidas de nutrientes por heces y orina.  Por lo tanto, es necesario definir las necesidades para cada uno de los nutrientes según la categoría y su estado fisiológico (crecimiento, gestación, lactación, reproducción, etc.).

Estas necesidades no son siempre igual y dependen de varios factores, tales como:

 

Los requerimientos nutricionales durante el engorde, no solo varían con el peso de los animales, sino también con el sexo y si están castrados o no.  Los cerdos no castrados utilizan de forma más eficiente los nutrientes que los castrados, debido al rol que juegan las hormonas esteroideas.

 

 

 

♠ Minimizar el desperdicio del alimento

El alimento que es entregado a los animales pero no es consumido por los mismos, va a aumentar el volumen de los efluentes.

Los principales motivos de estos desperdicios son:

 

Se estima que la cantidad de alimento desaprovechado es de un 6-7%, lo que genera, además,un alto impacto en los costos de alimentación.

Para evitar los desperdicios hay diversas alternativas, entre las cuales tenemos:

 

 

♠ Disminuir la proteína de la dieta

Del N aportado en la dieta solo el 35% es retenido por los cerdos en crecimiento, siendo esta retención más baja en las cerdas reproductoras (23%) y más alta en los lechones de destete (48%). El resto del N será eliminado, la mayor parte a través de la orina en forma de urea y, otra parte, por las heces en donde se suman además las secreciones endógenas y los desechos bacterianos.

La cantidad de N excretado dependerá de la cantidad de proteína de la dieta, así como de su digestibilidad y disponibilidad para ser aprovechada por el animal.

A estas pérdidas se les suma la excreción de proteínas endógenas. Estas últimas no pueden ser fácilmente manipuladas por el hombre, pero sí se puede intervenir sobre la eliminación de N de la dieta, donde una menor ingesta de proteína y un aumento en su disponibilidad, disminuirán notablemente las pérdidas.

Efecto de la reducción proteica en la dieta sobre las características de los efluentes (adaptado de Pertejoie y cols., 2004).

Efecto del tratamiento de la dieta: ***: p = 0,001; ** p = 0,01; *: p = 0,05; ns: no significancia

 

La mejor manera de reducir el porcentaje proteico de la ración, sin que se vean afectados los parámetros productivos, es tener en cuenta el concepto de aminoácidos limitantes. En este sentido, cuando la síntesis proteica se interrumpe a causa del primer aminoácido limitante, el resto de aminoácidos no pueden ser utilizados y son excretados en forma de N.

Utilizando aminoácidos sintéticos, se puede llegar a reducir del 25 al 30% de N total excretado.

La disminución de proteína en la dieta también reduce el impacto ambiental de los efluentes debido a un menor volumen, ya que las dietas con alto contenidos proteicos generan un aumento en el consumo de agua para eliminar el exceso de N en forma de urea. Además, al utilizar menor contenido de proteina en el alimento, disminuyen los olores dentro de las granjas.

 

 

♠Fitasas

Uno de los problemas ambientales más preocupantes para la sociedad es la presencia de altas cantidades de fósforo (P) por su contribución a la eutrofización de las aguas superficiales y la contaminación del suelo y las aguas subterráneas.

Como la mayoría de las dietas para cerdos están constituidas por materias primas de origen vegetal, el fósforo suministrado se encuentra en forma de fitato, lo que lo hace apenas disponible para los animales. Es debido a esto que, para poder cubrir los requerimientos de P, es necesario hacer una suplementación extra con P mineral o bien, incluir enzimas fitasas en la ración para que las mismas liberen al P dejándolo disponible para su absorción.

La primera opción, no solo genera un gasto extra en los costos de alimentación, sino que también aumenta los niveles de P excretados al medioambiente. En cuanto al uso de fitasas, el máximo de digestibilidad nunca supera el 60-70%, incluso cuando se incorpora en altos niveles.

Sin embargo, al agregar estas enzimas en la dieta, también se ve mejorada la digestión y absorción de otros minerales (Ca, Mg, Na, K y Cu), proteínas, y/o energía, ya que las fitasas degradan los complejos formados por los fitatos con las proteínas y el almidón de los vegetales.

Por lo tanto, las fitasas no solo disminuyen la eliminación de P al medioambiente, sino también de otros nutrientes mejorando, a su vez, la respuesta productiva de los cerdos.

 

♠Ácidos orgánicos

Los ácidos orgánicos son ácidos grasos de cadena corta, entre los que se encuentran: ácido láctico, ácido benzoico, ácido fosfórico, ácido malico, etc. La disminución de las excretas de los cerdos mediante el uso de ácidos orgánicos se deben, principalmente, al aumento de la digestibilidad de las proteínas y a un incremento en la absorción de minerales, mayormente, Ca y P. Se ha demostrado que los ácidos orgánicos fomentan una mayor actividad de las enzimas proteasas y fitasas. Además, ejercen una acción antibacteriana, evitando de esta manera las diarreas en lechones.

 

 

♠Incorporar polisacáridos no estructurales.

Algunas materias primas que contienen un alto porcentaje de polisacáridos no amiláceos no estructurales, como la pulpa de remolacha o la cascara de soja, estimulan la producción de ácidos grasos volátiles por parte de las bacterias propias del intestino y, de esa forma, disminuyen el contenido de urea en la orina y el pH intestinal, con la consecuente menor excreción de N al ambiente.

 

♠Conclusiones

El impacto ambiental generado por la eliminación de efluentes en las explotaciones porcinas, puede ser reducido a partir de un buen manejo nutricional, sin perjudicar los parámetros productivos de los animales. Las herramientas utilizadas son variadas y van desde buenas instalaciones y manejo adecuado del alimento, a ajustar de forma precisa las dietas de acuerdo a los requerimientos de los cerdos, como también el uso de aditivos.

Todas estas alternativas coinciden en mejorar la disponibilidad del alimento por parte de los animales, obteniendo como resultado menor excreción de sustancias contaminantes al medio ambiente y un mayor retorno económico.

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